Vida y trabajo, la importancia del balance

Actualizado
  • 18/01/2023 00:00
Creado
  • 18/01/2023 00:00
El sobreempleo, también conocido como exceso de trabajo, es uno de los males que aqueja al mercado laboral de América Latina. 2023 podría ser un año importante para hacer cambios importantes en lo que conocemos como labor
Se prevé que en 2023 los trabajadores se adueñen de su tiempo y exijan jornadas reducidas, según Forbes.

El exceso de trabajo es un problema real en América Latina; la barrera que divide el tiempo personal del laboral es una de las más delgadas.

En promedio, las personas con empleos formales de Latinoamérica trabajan 39,2 horas a la semana, de acuerdo con los últimos datos proporcionados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su reporte 'El tiempo de trabajo y el equilibrio entre el trabajo y la vida privada en el mundo', publicado a principios de este mes.

Esta no es la primera vez que la región es señalada debido a la mala gestión del tiempo.

Según estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), países como México, Costa Rica y Colombia son algunos de los que destacan por tener el peor balance entre el empleo y el tiempo personal debido a la ausencia de límites.

Las mujeres tienden a ser víctimas de las 'doble jornadas', al ser responsables del hogar.

Los diferentes convenios pactados por la OIT especifican que las jornadas laborales diurnas deben ser de ocho horas y semanalmente se podrán acumular hasta 48 horas de trabajo, es decir seis días de trabajo, debido a que es lo mínimo que un colaborador debe descansar.

Sin embargo, fenómenos como la pandemia, el teletrabajo y la nueva perspectiva que ha brindado el confinamiento a la población en cuanto al manejo del tiempo son solo algunas de las razones por las que se ha abierto la conversación sobre el cambio al modelo laboral actual.

Cambios importantes

De acuerdo con la revista Forbes y las observaciones del psicólogo Daniel Selling, CEO del Williamsburg Therapy Group, en 2023 diferentes empresas se abrirán a la posibilidad de jornadas laborales de cuatro días.

Las jornadas reducidas también podrían representar estrés para algunos empleados, todo dependerá de su situación personal.

Con los nuevos cambios presentados por la vida durante el nuevo coronavirus, se espera que los empleados se adueñen de su tiempo y exijan cambios pertinentes.

Existe la posibilidad de que esto orille a las empresas a tener jornadas de cuatro días para mantener al talento que se encuentra actualmente en la compañía y también atraer talento a futuro.

Según Selling, esto podría beneficiar a los trabajadores en diferentes aspectos, como la mejora de la productividad, la salud física y la satisfacción laboral, así como provocar menos estrés.

El equilibrio entre la vida personal y el trabajo se vería afectado de manera positiva por la disponibilidad de tiempo y la flexibilidad a la hora de trabajar. Pero todos los beneficios que conlleva una jornada más corta no están garantizados y dependen del trabajo de la persona.

El balance entre la vida y el trabajo puede evitar enfermedades como la depresión o la ansiedad.

Algunos empleados pueden percibir el cambio como una nueva fuente de estrés, lo que podría afectar su salud mental a largo plazo.

La manera en la que un trabajador se adapte a una jornada reducida dependerá del tipo de trabajo que realice, así como su situación personal y familiar.

El reporte de la OIT propone la estipulación de turnos laborales para evitar las irregularidades. Con este sistema los trabajadores tendrían la libertad de escoger un horario y poder intercambiarlo o arreglarlo dependiendo de sus compromisos personales. La metodología de turnos es muy utilizada alrededor del mundo, exceptuando oficinas o empleos del gobierno.

Limitar las jornadas de trabajo y la repartición equitativa de las labores sigue siendo una tarea por resolver.

La salud física y mental de los empleados debe ser siempre la prioridad al crear normas de trabajo, especialmente en el caso de las mujeres, las cuales en muchas ocasiones trabajan doble jornada o tienen el doble de responsabilidad que los hombres, al tener que mantener un salario y también ser responsables del hogar, por el cual no son remuneradas.

De no tener un buen balance, esto puede afectar las dinámicas familiares y ser una fuente de estrés para la persona.

La repartición equitativa del tiempo y las tareas trae consigo diferentes beneficios, como el sentimiento de seguridad en la labor y la facilitación del cumplimiento de metas sociales.

Un balance saludable entre lo personal y el trabajo es recomendado para evitar trastornos como la ansiedad y la depresión, así como evitar la insatisfacción con el empleo o en las relaciones interpersonales.

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