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- 05/11/2021 00:00
- 05/11/2021 00:00
El virus SARS-CoV-2 ha recorrido el mundo a una velocidad impresionante.
La gripe de 1918, que tardó en avanzar en toda Europa y luego en llegar hasta los Estados Unidos de América, tras atravesar el océano Atlántico también tuvo un efecto arrasador: el rápido el contagio con millones de muertos y efectos sociales y económicos.
El virus SARS-CoV-2 se esparció debido a la evolución del transporte moderno y la aviación.
Aunque no existían las vacunas, la celeridad para lograrlas fue un triunfo de la ciencia que se consolidó con su seguridad y su efectividad, en tanto la capacidad de producción aún es lenta ante la demanda humanitaria del todo el planeta que se traduce en miles de miles en millones por dosis.
La distribución de vacunas contra el virus SARS-CoV-2 tiene una logística complicada que requiere de organización, planificación y profesionalismo preciso.
Son detalles que muchos no siguen ni observan, empero, y a la hora de opinar lo hacen sin tomar en cuenta los esfuerzos realizados.
La covid-19 no viaja en maletas por avión. Se hospeda y esconde, pese a ser un enemigo invisible, en las gargantas y el organismo humano.
La vacunación en lugares inaccesibles e inhóspitos es una odisea con riesgos.
Llevar las vacunas a estas regiones del país, es mil veces más difícil que viajar al espacio sideral, sin embargo, el ingenio humano logra lo imposible con una maniobra feliz.
La situación en el distrito de Kankintú, en la comarca Ngäbe-Buglé cuyos habitantes son tan panameños como todos nosotros y donde un helicóptero no puede aterrizar, ha motivado el movimiento de mis dedos sobre el teclado del computador.
Quien tomó estas fotos, tal vez, no imaginó lo que se interpreta a la vista del ojo humano. Es una contribución a la concienciación de cómo hacer patria y no es una crítica sin sustento humano.
Caminar entre montañas y caminos accidentados con un cargamento de vacunas en la cintura y sostenido con los hombros, subir a una góndola corrediza ajustada a una catalina para rodar por un cable de acero sobre un río caudaloso y de mal humor, es lo que defiendo y admiro.
Y lo simplifico y recalco como el significado de salvar vidas y hacer patria en apoyo al panameño que vive en lo recóndito, y tiene iguales derechos a la salud y a la vida.