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Regulación del trabajo de cuidados, fundamental para la equidad social
- 28/10/2023 00:00
- 28/10/2023 00:00
A diario, más de 16.000 millones de horas son dedicadas al trabajo doméstico y de cuidados alrededor del mundo, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). A pesar de esta realidad, las ocupaciones dentro de este campo laboral siguen siendo poco remuneradas o no cuentan con alguna remuneración.
De acuerdo con esta misma entidad, en situaciones como el envejecimiento de la población mundial, la cifra de horas que se dedican al trabajo doméstico y los cuidados en general solo irá en aumento. Por esta razón es fundamental comprender la infrautilización de la mano de obra de este campo así como las tendencias y las desigualdades, especialmente en cuanto al género.
Cuando se habla de cuidados, se refiere a todas las actividades que regeneran diaria y generacionalmente el bienestar físico y emocional de las personas. Estas abarcan las tareas cotidianas de gestión y sostenimiento de la vida, como el mantenimiento de los hogares, el cuidado de los miembros de la familia, la educación de hijas e hijos y el propio autocuidado.
“Sin cuidadores, millones de personas no podrían ir a trabajar, lo que significa que los padres no podrían mantener a sus familias y las empresas perderían un valioso talento. La Organización Internacional del Trabajo hace un llamado para que se invierta fuertemente en la economía del cuidado y en políticas que garanticen la protección de la maternidad, el permiso parental, la educación y el cuidado de la primera infancia y los servicios de cuidados de larga duración”, destacó Gilbert F. Houngbo, director general de la OIT, en su pronunciamiento para conmemorar el primer Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo.
Por decisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se escogió el 29 de octubre como el día para celebrar a los trabajadores de cuidado con motivo de visibilizar la carga que recae principalmente sobre las mujeres en este campo, lo que dificulta su pleno acceso a derechos básicos.
De la misma manera, la organización señaló que el trabajo de cuidados remunerado y no remunerado es de vital importancia para crear un futuro con trabajo decente, sin embargo, el crecimiento de la población, el envejecimiento de las sociedades, los modelos de familia cambiantes, el lugar todavía secundario de las mujeres en los mercados de trabajo y las deficiencias en las políticas sociales exigen que tanto gobiernos como empleadores, sindicatos laborales y ciudadanos adopten medidas urgentes para afrontar los déficits en la prestación de servicios de cuidado.
“Ante la posibilidad de que aumente la demanda mundial de trabajadores domésticos, la Organización Internacional del Trabajo intensifica sus medidas para garantizar que estos tengan acceso a un trabajo en condiciones dignas. Estas políticas apoyarán a las familias, crearán hasta 300 millones de puestos de trabajo y contribuirán a lograr la igualdad de género”, también comentó el director general de esta entidad, haciendo frente a la situación actual de las personas en este renglón.
De no tomar acciones colectivas, se corre el riesgo de crear una situación “grave e insostenible” que resultaría en una crisis del cuidado a nivel mundial y aumentaría las desigualdades en este tipo de trabajos, de acuerdo con la ONU y la OIT.
La inversión en la economía del cuidado es una de las tantas soluciones que presentan algunos organismos para evitar caer en este posible escenario. Esto no solo significa suplir la demanda en aumento de guarderías o centros de cuidados de ancianos, que generan una gran cantidad de puestos de trabajo, sino realizar las prestaciones adecuadas, brindar mejores salarios y proteger de manera eficaz a los trabajadores de este sector que se exponen a perjuicios físicos, mentales, y en algunos casos sexuales, según la ONU.
Para esto es necesario la creación de políticas gubernamentales que fiscalicen este tipo de trabajo. De acuerdo con ONU mujeres, reconocer, reducir, redistribuir, remunerar y representar el trabajo de cuidados son las cinco principales metas que se postulan para avanzar hacia la sociedad del cuidado, en la que se aboga por un nuevo acuerdo de corresponsabilidad, entre ambos géneros como entre el Estado, el mercado, la comunidad y los hogares, para suplir las necesidades de todos en cuanto al cuidado.
“Es necesario reconocer y valorar el trabajo del cuidado remunerado y a las personas cuidadoras como trabajadoras esenciales. Se deben adoptar también medidas que combatan los estereotipos de género relacionados con los cuidados, así como los relacionados con la raza, el origen étnico, la edad o el estatus migratorio, para reducir la segregación ocupacional en el trabajo del cuidado”, explicó esta misma organización.
También reconocieron que hay que facilitar la transición del trabajo informal a lo formal y decente, y crear empleos de calidad en la economía del cuidado. Esto puede evitar escenarios de división sexual, que anteriormente han tenido un impacto negativo en el desarrollo y autonomía de las mujeres de este renglón, en quienes recae la mayoría de tareas ya sea de manera no remunerada en sus hogares o en el ámbito laboral.