La Ciudad de Saber conmemoró su vigésimo quinto aniversario de fundación con una siembra de banderas en el área de Clayton.
- 21/10/2023 00:00
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En 2019, el Centro Cultural Chino Panameño tenía una propuesta de equipo de remo de Argentina, para participar en la competencia de Botes de Dragón. Las participantes eran sobrevivientes de cáncer. Panamá no tenía equipo para esa categoría, entonces publicaron un anuncio, y Floribeth Campos lo vio y dijo: “Estoy. Me encanta hacer ejercicio”. Pero no sabía que iba a ser “tan difícil conseguir a otras sobrevivientes que también se sumaran”.
Sin embargo, lograron llegar “al número mágico” que necesitaban para la competencia: 14 deportistas sobrevivientes de cáncer. Tuvieron su primera participación contra equipos de Argentina y Colombia. “Nos encantó. Fue increíble para nosotras”, expresa Campos, quien actualmente es presidente de la Asociación Pink Warriors Panamá.
Aunque solo habían entrenado durante dos meses, ganaron los 200 metros. En los demás metros quedaron en segundo lugar. “Hicimos un buen trabajo contra estos equipos que tenían muchos años [de estar] formados. Nos gustó, nos motivó mucho el deporte. Además que al conocernos, empezó esa química entre nosotras y nos convertimos en un grupo de apoyo. Abrimos convocatorias para hacer el equipo más grande, y en octubre de ese mismo año duplicamos el número, o sea, ya éramos 28”, dice la presidente.
Cuando llegó la pandemia por covid-19 tuvieron un receso en los entrenamientos, pero siguieron apoyándose por medio de un grupo de WhatsApp. Un día se dieron cuenta de que querían hacer algo más, “ayudar a más personas, a chicas que tal vez habían pasado por lo mismo que nosotras y no tenían las condiciones económicas. Nos empezó a llegar información de niños y adultos que estaban necesitados”.
“Quisimos ir un poco más allá y hacer una asociación, formalizarnos. Somos una organización sin fines de lucro, abrimos el compás y no solamente somos el equipo de remo, sino que también ayudamos a otras personas que han pasado por el cáncer, apoyamos a sus familias, a sus hijos. Sabemos que después de la enfermedad vienen otras cosas”, añade.
Las Pink Warriors tiene un grupo de apoyo formado por 80 mujeres. A través de WhatsApp brindan asesoría a quienes no saben qué hacer o a dónde deben ir cuando les diagnostican cáncer.
“Realizamos reuniones periódicas con psicólogos con los que hemos establecido alianzas. Sin embargo, estas charlas están dirigidas, principalmente, a los miembros del grupo de apoyo. Todavía no hemos llevado a cabo esta iniciativa a gran escala”, cuenta Elsy Yanisselli, vicepresidente de la asociación.
“También organizamos un evento anual llamado 'Juntas para ti', que se celebra en octubre para conmemorar el Día de la Prevención del Cáncer de Mama. Se llevan a cabo actividades de nutrición y psicología. Participan cirujanos, quienes hablan sobre el cuidado antes y después de la recuperación. Además, contamos con la presencia de una psicóloga para empoderar a todas estas mujeres que ya han pasado por la experiencia o están pasando por ella, para que no se sientan solas”, agrega Yanisselli.
Por medio del grupo han surgido amistades. Pero también preguntas: “¿Dónde puedo comprar una peluca?” o “¿En qué momento debo raparme el cabello?”. Las repuestas las reciben en el grupo. Además de estas actividades específicas para pacientes o sobrevivientes, realizan tres donaciones importantes al año.
La primera consiste en proporcionar útiles escolares a los hijos de pacientes, ya que a menudo estos pacientes deben centrarse en su tratamiento y en su enfermedad, y no siempre cuentan con los recursos económicos necesarios para asegurar la educación de sus hijos. “Por lo tanto, entregamos mochilas con útiles escolares a los hijos de los pacientes con cáncer”.
A mitad de año “organizamos una colecta para donar artículos de aseo personal a los propios pacientes. También entregamos meriendas saludables dos veces al año. Al final de año organizamos una fiesta de Navidad para los hijos de los pacientes, en la que les damos regalos y comida, así como entretenimiento para que disfruten de un momento agradable”, asegura la vicepresidente.
“Estos son los eventos que tenemos actualmente. Estamos empezando y aún no contamos con los fondos suficientes para ampliar nuestras actividades a gran escala. Nos ayudan empresas, hospitales, doctores que dan un aporte económico, pero también donan su tiempo para dar las charlas”.
Para las Pink Warriors el principal objetivo de lo que hacen es promover el deporte. “Las miembros del equipo cambian cuando ingresan, porque comenzamos a entrenar. También prestamos atención a nuestra alimentación y buscamos nutricionistas. Siempre estamos abiertas a que más personas nos apoyen, nuestros médicos, compañeros de trabajo, amistades y familias son quienes nos respaldan y nos ayudan a recaudar fondos para promover el deporte, mantenernos activas y ser una fuente de inspiración para otras”, destaca Campos.
En un gimnasio hacen ejercicios funcionales. Practican remo en una piscina y salen en bote al mar. No se han limitado a solo practicar el deporte, han competido internacionalmente y han traído medallas. “Somos deportistas. Esta parte de elevar el ánimo de todas nosotras como sobrevivientes a través del deporte es un aporte adicional”.
La presidente de la asociación resalta que el equipo de remo no es solo recreación, sino también una terapia para aquellas que han pasado por una mastectomía y deben trabajar en el drenaje linfático. “El deporte actúa como un drenaje linfático natural, porque es terapéutico y divertido a la vez. Tratamos de combinar ambas facetas”.
La visión que tiene Pink Warriors como asociación es lograr acompañar a las sobrevivientes de cáncer después de la enfermedad. “Queremos ir más allá, ya que debemos regresar a nuestras vidas. Por eso es que buscamos el empoderamiento de la mujer. Todas estas mujeres que pasan por el tratamiento saben que el cáncer no se acaba. Después tienen que seguir con una terapia, muy probablemente hormonal y tomar medicamentos”, explica Campos.
La presidente de la asociación afirma que regresar al trabajo después del cáncer genera inseguridad en algunas mujeres. “Muchas no se sienten bien consigo mismas porque perdieron un seno; me gustaría apoyar a estas mujeres no solo en el aspecto deportivo, sino también en la búsqueda de alianzas con médicos especializados en cirugía plástica para asuntos de reconstrucción mamaria. No es simplemente una cuestión de vanidad. Es una parte importante del cuerpo. Incluso hay mujeres que, al no tener un seno, pueden experimentar problemas de columna debido al cambio de peso y otras cuestiones”.
Además, a Yanisselli le gustaría ver a Panamá con una sede del Instituto Oncológico en cada provincia. “No es justo que los pacientes que viven en Chiriquí, tengan que viajar de madrugada hacia la ciudad para poder atenderse. Llegan al Oncológico en la madrugada para regresar a las 5:00 p.m. agotados y sin poder comer bien. No es justo”, finaliza la vicepresidente.