Panamá se enfrenta a agravados desafíos en la protección de la niñez

Actualizado
  • 16/06/2020 00:00
Creado
  • 16/06/2020 00:00
En el marco de la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil y bajo el contexto de la crisis sanitaria, autoridades vaticinan que la infancia podría regresar a la venta informal, trabajo doméstico, y abandonar la escuela

Panamá, encaminada a erradicar el trabajo infantil en 2020, logró importantes avances reconocidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sin embargo, este progreso podría ser teñido por el contexto de la emergencia sanitaria y el país se enfrentaría a nuevos o agravados desafíos.

En el mundo, el trabajo infantil ha disminuido en 94 millones desde 2000, una mejora que ahora podría verse amenazada.

No solo Panamá, el mundo atraviesa por momentos difíciles debido a la pandemia del nuevo coronavirus. Millones de niños corren el riesgo de tener que realizar trabajos como consecuencia de la crisis de la Covid-19, lo que podría propiciar un aumento del trabajo infantil por primera vez tras 20 años de avances, según se desprende de un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

“Hay dos grandes líneas que pensamos se pueden empeorar en Panamá: el trabajo doméstico y la venta en los semáforos, es decir la venta informal, todo lo que guarda relación con el trabajo infantil en áreas urbanas, principalmente”, detalla Sara Rodríguez Suárez, directora general de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (Senniaf). “Otro de los riesgos de la crisis económica”, agrega Rodríguez, “es el abandono escolar”.

“Si el niño requiere, por las condiciones económicas familiares, regresar o entrar a una actividad económica, su capacidad para atender la escuela disminuye, en el mejor de los casos, pero sabemos que un escenario muy posible es que tenga que abandonar la escuela”, advierte Rodríguez.

Según el informe “La Covid-19 y el trabajo infantil: período de crisis, momento para actuar”, los niños que ya trabajan podrían tener que hacerlo durante más horas, o en peores condiciones. Muchos de ellos podrían verse obligados a realizar las peores formas de trabajo, lo que causaría un daño significativo a su salud y a su seguridad.

“La Covid-19 podría resultar un aumento de la pobreza y por tanto en un incremento del trabajo infantil, ya que los hogares utilizan todos los medios disponibles para sobrevivir”, apunta el informe. Algunos estudios aseguran que un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza conlleva un aumento del 0,7%, o más, del trabajo infantil.

“En tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias”, dijo la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore. “A medida que la pobreza aumenta, las escuelas cierran y la disponibilidad de los servicios sociales disminuye, más niños se ven empujados a trabajar”, enfatizó.

Panorama nacional

En el marco de la conmemoración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil (12 de junio), una de las líneas de trabajo infantil que las autoridades están viendo como posibles áreas de incorporación de incidencia es el tema del trabajo doméstico. Sin cifras oficiales, la acción se puede identificar culturalmente como un apoyo al menor. “Es decir, ante la situación económica, la familia no pueda asumir su cuidado y se pueden dar casos que la niña, niño o adolescente pase a una casa de terceros a realizar una labor doméstica a cambio de techo y necesidades básicas que su familia no puede brindarle. Creyendo muchas veces, que se le brinda una ayuda al infante”, manifiesta Rodríguez.

En este sentido, la Oficina de Género e Igualdad de Oportunidades Laborales del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) apunta que las niñas son las más afectadas con el trabajo infantil doméstico.

Casa Esperanza como oenegé aliada en la lucha contra este flagelo, reconoce dos clases de esta modalidad de trabajo infantil, uno que se realiza en casa, sin salario, y otro que se realiza fuera del hogar, con salario, pero “ambos igualmente peligrosos”.

Según la Senniaf, “la explotación sexual es uno de los rostros detrás del trabajo infantil doméstico”. Panamá cuenta con diferentes leyes para delitos relacionados con el trabajo infantil, tipificados en el Código Penal Procesal, con los factores que inciden en el mismo.

Pese a las posibles amenazas contra la población menor, la OIT reconoce que, en la región, Panamá presenta índices a la baja en materia de trabajo infantil, sin embargo, hay aspectos que se deben vigilar y atender de manera integral.

La Encuesta de Trabajo Infantil 2016, con la última cifra oficial con la que se cuenta, reportó que en Panamá un total de 23 mil 885 niños y adolescentes entre los 5 y 17 años (de un total de 963,848) fueron encontrados en situación de trabajo infantil. De esta población trabajadora, el 73,9% (17,635) era masculina y el 26,1% (6,220) femenina, concentrándose la mayor proporción de trabajadores infantiles en el grupo etario de 10 a 14 años con un 50,7% (12,098). En Panamá se mantiene el trabajo infantil en la agricultura, pesca, y en los hogares.

Según la directora de la Senniaf, la entidad cuenta con un programa de prevención, donde junto a oenegés se le da seguimiento a la identificación de niños, niñas y adolescentes en las áreas de mayores incidencias y se realizan evaluaciones socioeconómicas a la población infantil identificada para brindarle apoyo.

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