La ceremonia del traslado del féretro del papa Francisco, que falleció este lunes a los 88 años, de la capilla de Santa Marta, comenzó a las 9.00 hora...
- 11/05/2023 17:09
El Teatro Anayansi se transforma en un karaoke multitudinario. Más de dos mil voces cantan a todo pulmón: "Estás mintiendo, ya lo sé. Vete, olvida que existo, que me conociste y no te sorprendas, olvida de todo que tú para eso tienes experiencia". Corean desde el corazón el tema que ha acompañado a generaciones desde el año 1982. Así transcurre el concierto que celebra los 40 años de carrera de los Pimpinela.
Son las 9:00 p.m. de este miércoles 10 de mayo. Pero, desde dos horas antes las personas llegan al lugar, algunas en pareja, otras con amigos y otros en familia. Hay una cantidad numerosa de adultos mayores, están felices, los acompañan sus hijos y nietos.
El lobby del Anayansi se convierte en un after office, tragos, boquitas y tertulias se apoderan del espacio. Los asistentes cuentan anécdotas de su niñez: "Mi mamá los escuchaba bastante". "Yo hacía el performance para mi familia". "Yo, cuando tenía cinco años, pensaba que Joaquín se llamaba Pimpi y Lucía, Nela", relatan los treintañeros que crecieron escuchando a los artistas.
El telón lo abre el dúo Monalisa y Rodrigo. Ella, descalza, sentada sobre un cajón flamenco que toca al tiempo que canta. Él, la acompaña con su guitarra. El público se contagia de la buena música panameña y les agradece con aplausos.
A las 9:22 p.m. se enciende la pantalla que está al fondo del escenario, se proyecta un video que repasa los 40 años de vida artística de los hermanos Galán. Apenas empieza y ya las personas están eufóricas. Lucía y Joaquín aparecen en la tarima. Ella, vistiendo un jumpsuit café de lentejuelas y lleva el cabello rubio con ondas, denotando elegancia. Él, vestido con traje y zapatos negros. Caminan de un lado a otro para saludar. Suena: Esto no es amor. Los bailarines irrumpen en el escenario. El público está expectante.
“Realmente estamos felices porque hemos vuelto a Panamá con un cumpleaños, porque estamos celebrando nuestro aniversario, con la música, con todos ustedes. ¡Es increíble!, han pasado 40 años desde aquellas canciones (…) ustedes siguen ahí, pasando la música de padres a hijos. Levanten la mano todos los hijos e hijas que nos conocen por los padres”, expresa Joaquín Galán con una sonrisa.
Lucía Galán le sigue: “Buenas noches, ¿cómo están?, esta noche vamos a contar y a cantar historias con las que muchos de ustedes se van a sentir identificados y aquí vale todo, vale emocionarse, vale reírse y chicas, por favor, lo más importante: cantar conmigo. Vamos a empezar por esta historia que formó parte de los años de 1980 a ver si la recuerdan”. Suena: Vivir sin ti, no puedo.
El histrionismo se mimetiza con las voces de los artistas y los instrumentos. Parece una novela musical. Se escucha: “Es imposible hacer lo que no has hecho en tantos años, en un momento. Olvídame. Para cambiar no es tarde. No tiene solución, solo se cambia por amor y tú te quieres más que a nadie. Yo me pude equivocar, pero nunca te he mentido, yo me pude equivocar, pero sé que te he querido”, interpretaron Olvídame.
Tras ello cantan: Cómo le digo. Siguen con Ese estúpido que llama. Intercambian diálogos, como hacen las parejas reales. Lucía dice: “No vas a decir absolutamente nada más, lo que tengas que decir Dímelo delante de ella”.
“Ven aquí, quiero decirte algo. A esa, que te aparta de mí, que me roba tu tiempo, tu alma y tu cuerpo. Ve y dile. ¿Qué quieres? Que venga”. Continúa el drama, Lucía empodera a las mujeres y canta Valiente. Ahora, están sentados cada uno en una silla; en la pantalla se proyecta el videoclip de Solo hay un ganador. Siguieron cantándole al desamor con Si cada uno de nosotros.
De las rupturas de pareja pasan al amor que triunfa, que se atreve y supera obstáculos. Amor gitano, los acompaña el cuerpo de baile y el videoclip al fondo. Las más de dos mil personas ahora bailan Buena onda. Regresaron a las peleas de pareja y cantaron Mañana.
Joaquín habla sobre su madre, quien falleció en 2020. “Nuestra madre, María Engracia, se fijaba en el alma de los hijos, veía a través de nosotros. Descubrió una vocación que ya se notaba, en mí porque tenía un grupo musical y Lucía estudiaba teatro. Mi mamá empezó a insistir en que dejara el grupo y ella se acoplara a mí para hacer un dúo. ¡Imagínense! Para mí cantar con mi hermana era lo más aburrido del mundo. Le dije: ‘si un día se me ocurre algo distinto, te aviso y a lo mejor hacemos el dúo’, ella insistía e insistía.
Se proyecta un video de la mamá en el que dice: “Yo quería que ellos dos cantasen juntos, me gustaban mucho las canciones y como quedaban en las dos voces. Pero, ellos no querían saber nada, sobre todo Joaquín, decía que dónde iban a cantar dos hermanos o qué iba a parecer, qué canciones iban a cantar. Así que a mí me tocaba insistir nada más”
Le responde Joaquín como si se tratara de una videollamada: “Yo percibí que vos querías que yo fuera el guardaespaldas de Lucía”. María Engracia contestó: “Eso es verdad, pero también me gustaban mucho las canciones que tú componías”. Intervino Lucía: “Claro, porque siempre fue tu favorito”. “Tú te callas”, la interrumpió la madre. “Si soy su favorito y qué”, retó el hermano. “Tú también te callas”, lo silencia también.
“El caso es que ellos tenían un sueño, que era cantar, triunfar cantando y yo tenía mi sueño de que cantasen juntos. Yo estaba convencida de que cuando uno tiene un sueño, lo sigue y lucha por él, a la larga lo consigue”, finaliza la madre de los hermanos Galán. En eso comienza el homenaje a ella con la canción Siempre vivirás dentro de mí.
Las lágrimas invaden a los asistentes. Lucía cuenta la historia de su padre, quien migró de Austria en un barco. Él falleció en 1985. Es el momento de El amor no se puede olvidar. Continúa el homenaje con Mi familia. Dramatizan una cena. Hay una mesa sobre el escenario y personas brindando y compartiendo tal como se hace en un hogar, entre seres queridos. Siguen las lágrimas en los rostros de público.
Entre canciones, comparten en video los saludos y felicitaciones de parte de Gloria y Emilio Estefan, Ricardo Montaner, Julio Iglesias y Maluma. Mientras Joaquín presenta a los músicos, Lucía se cambia de ropa tras el esecenario y regresa con un jumpsuit negro de lentejuelas.
Con los temas Traición, Cuando lo dejo y Lloro cuentan las historias de amores diversos. Visibilizan el amor entre dos hombres. También, entre una mujer mayor y un joven. El público responde con aplausos y gritos. Las personas no cantan solamente, interactúan como si vieran una novela, le dicen a Lucía: “¡No lo dejes!” y otras cosas, mientras se proyecta el video de una de las canciones.
Son las 11:00 p.m. y el inmenso karaoke cobra fuerza : todas las generaciones corean Olvídame y pega la vuelta. Los hermanos Galán se despiden de Panamá con Hay amores que matan y Una estúpida más.