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Mujeres empoderadas, comunidades resilientes
- 18/10/2022 00:00
- 18/10/2022 00:00
A pesar de ser la piedra angular de sus comunidades, la realidad donde las mujeres indígenas sufren doble discriminación persiste. Primero, por su género, y segundo por su etnia; esta problemática se acentúa en los mercados laborales, acceso a la educación, conectividad y servicios básicos, al igual que en el reconocimiento cultural en sus países.
Esto se debe a que sus derechos económicos y culturales no son tomados en cuenta al crear políticas públicas.
Las mujeres originarias de Panamá no escapan de este tipo de violencia cultural y económica. Las mujeres indígenas son la demográfica más discriminada en el país.
De acuerdo con Rocío Medina, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Panamá, menos del 6% de estas mujeres obtiene su salario de contrataciones del sector público o empresas privadas, por ende tienen 10 veces menos oportunidades al derecho de un empleo digno en comparación con las mujeres no indígenas.
Tomando en cuenta estas estadísticas, ayer se presentó el resultado de cuatro años de trabajo entre el Gobierno Nacional, el Consejo Nacional de Desarrollo Integral de Pueblos Indígenas, el Comité Asesor de Mujeres Indígenas (Camip) y el BID. El Plan de Empoderamiento Económico para Mujeres Indígenas (Pemip) 2025, es una iniciativa que busca generar más oportunidades y fortalecer el liderazgo de las mujeres originarias a través de la inclusión social y ejercer sus derechos socioeconómicos.
“Aquí están recogidos nuestros sueños, conocimientos y visión”, expresó en su ponencia Elsy Pedrol, delegada del Congreso General de la comarca Ngäbe-Bugle en el Camip. Ella y demás delegadas describen como un sueño ser parte de lo que impactará de manera positiva la vida de mujeres, adolescentes y niñas en diferentes territorios comarcales de Panamá.
Además recalcan que la unidad, la igualdad social y la sororidad fueron clave para el desarrollo del plan de empoderamiento, en el cual han trabajado desde 2018 y el cual que está construido por 10 ejes que están destinados a combatir las barreras que impiden la participación y organización de las mujeres indígenas dentro de la sociedad, como la dependencia financiera, la falta de acceso a la comunicación, la pobreza, la falta de infraestructura y los servicios básicos.
Algunos de los puntos focales de este proyecto son la cobertura de necesidades básicas, la inclusión financiera y digital, la inserción laboral y capacitación para la autonomía económica.
“El Plan de Empoderamiento Económico resalta el tema de liderazgo en las mujeres indígenas. Todo está engranado en cómo crear esas oportunidades”, resaltó Rocío Medina a La Estrella de Panamá sobre lo que se espera cumplir con las estrategias creadas mediante los diferentes ejes de trabajo.
Con el fin de cumplir con las políticas e iniciativas trazadas en el Pemip, el Ministerio de Gobierno (Mingob) y el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minre) estarán trabajando de la mano con las autoridades comarcales de los distintos pueblos para tener más incidencia en la preparación económica y capacitación general de las mujeres de las comarcas.
“Tenemos la esperanza de que de aquí a 2025 mejore la calidad de servicios y seguridad, sobre todo para las niñas y adolescentes de las comarcas. Esperamos que este plan en cinco años no se acabe, sino que siga y que desarrolle lo que queremos (las mujeres indígenas)”, comentó Andrea Lino, lideresa de la comarca Emberá-Wounaan a este medio.
Pero Panamá no es el único país que da pasos importantes hacia el progreso en temas de inclusión socioeconómica y cultural de estas mujeres. Las indígenas de Guatemala, otro país centroamericano, han creado un espacio de mujeres para mujeres.
La Plataforma de Mujeres Indígenas es donde se reúnen líderes comunitarias de distintas áreas profesionales para discutir y tomar acciones en temas de relevancia para las mujeres originarias, como la política, la economía y demás temas sociales. Esta es una iniciativa que cuenta con el respaldo de entidades gubernamentales del país, al igual que instituciones internacionales como ONU Mujeres.
En otras latitudes, mujeres como Kimesera Sikar, cofundadora y directora de la Organización para el Desarrollo de la Mujer Masai (Mwedo), en Tanzania, siguen demostrando su resiliencia en la constante lucha por la representación social e inclusión de las mujeres originarias en las esferas socioeconómicas.
Mwedo, que surgió en el año 2000, se encarga de empoderar a las originarias de Tanzania brindándoles acceso a la educación, poder económico, atención maternal y concienciación contra el VIH/sida. Actualmente, esta iniciativa ha impactado la vida de 60 mil mujeres masai.
La existencia de estos proyectos, que dan voz a los problemas que afrontan las mujeres indígenas dentro y fuera de sus comunidades, marca una tendencia mundial enfocada en la búsqueda activa de participación de estas mujeres.
Es por esto que el Plan de Empoderamiento Económico para Mujeres Indígenas es un nuevo esquema de gobernanza que llega en un momento decisivo para brindar oportunidades de empoderamiento a las mujeres originarias.
“Queremos dejar un legado a nuestras niñas. Nosotras nos atrevimos a crear políticas públicas con el apoyo de todos los actores fundamentales”.