Integrantes de la caravana migrante en el estado de Chiapas, en el sur de México, denunciaron este jueves 21 de noviembre que las autoridades les bloquearon...
- 07/10/2023 00:00
- 07/10/2023 00:00
Este podría ser mi artículo más corto porque lo podría iniciar y terminar con la frase: “¡Solo Dios sabe!”, sin embargo, de ser esta la única respuesta, no existirían las carreras de criminología, perfiladores de conducta, psiquiatras o psicólogos forenses ni peritos especializados en delitos muy puntuales.
Le puedo decir que meterse en la mente de un criminal es meterse en un abismo muy oscuro y hasta letal, tal vez por ello, Nietzsche afirmaba que "si miras fijamente al abismo, el abismo te devuelve la mirada" y, ¡créame! no lo hará de la mejor manera.
Admiro a los criminalistas de carrera, porque esclarecer un delito es un camino que requiere sabiduría, sapiencia, temple de acero y confianza, por no decir fe, en la justicia por igual, sobre todo cuando las víctimas son niños.
Mi certificación internacional, por ejemplo, se encuentra posicionada en un triángulo entre las ciencias de la criminología, psicología y psiquiatría. Dentro de esa tríada nace el análisis de conducta para perfilar criminales, pues requiere del análisis de expedientes forenses, de las lesiones encontradas, de la victimología (porqué la víctima fue elegida) y de las zonas del crimen para poder redactar el perfil del o los atacantes.
Dicho perfil abarca un análisis profundo que va desde, el lenguaje no verbal, las conductas desviadas desplegadas durante un acto antisocial, las conductas que vienen desde la infancia, los posibles lugares de residencia o trabajo por su desplazamiento, el modus operandi, firmas, conductas seriales, hasta parafilias (desviaciones sexuales) y rasgos de personalidad que determinan si la persona es psicópata, sociópata, posee síndrome de borderline, es maquiavélica, narcisista, paranoica, psicótica, megalómana, mitómana, pederasta, pedófila, sádica, iracunda, etc. y, una vez determinados estos rasgos, ellos sirven de guía para que la parte legal, con sus abogados defensores, fiscales, jueces y jurados dicten una sentencia.
Por todo lo descrito, amigo lector, es claro que la técnica de perfilación es una herramienta útil para una investigación criminal que solo se basa estrictamente en evidencias y ciencia integradas y no en elucubraciones o intuiciones.
Lamentablemente en Panamá no existe, como en el F.B.I., la U.A.C que son las siglas de la Unidad de Análisis Conductual y puede que, por ello, muchos se pregunten ¿existe el crimen perfecto? o ¿por qué tantos salen libres o tienen condenas pusilánimes existiendo pruebas contundentes en su contra?
Si entendemos por crimen perfecto todo aquel que no ha sido resuelto o, en el que un inocente queda preso y pagando por el verdadero culpable o, que, pese a que las pruebas son contundentes en contra de alguien, este queda en libertad o se le declara “no culpable”, que no es lo mismo que inocente, sí, existe el crimen perfecto.
Desafortunadamente la impunidad de los verdaderos culpables es una realidad en pleno siglo XXI, como también las aberraciones judiciales producto de tecnicismos tan injustos que destruyen vidas y generan un efecto colateral de violencia, sin embargo, también y, gracias a todos los profesionales ya mencionados, hay monstruos que están donde pertenecen: en las cárceles.
Con mucho pesar debo decir que, así como la tecnología ha evolucionado, los delitos y sus autores también, pues las personas que ahora cometen crímenes no son iguales a las que los cometían en el año 2000 (para no ir tan atrás). Hoy, la virtualidad ha abierto un abanico de delitos que eran impensables, por ejemplo, la pornografía infantil y todas las variantes que esta genera.
Aunque le parezca mentira, hoy no se necesita contacto físico con las víctimas para cometer un crimen grave, tal es caso de los pederastas online, las estafas bancarias, el robo de data y cuentas, incluso, se habla del cibercrimen económico y del phishing.
A veces, ante casos que se hacen públicos, algunos lectores suelen decir: “el responsable es un psicópata”, una afirmación que, sin el suficiente análisis, crea morbo y desinformación. Pregunta: ¿todos los antisociales son psicópatas? Respuesta: ¡No!
La psicopatía es un trastorno de personalidad grave con una predisposición genética que los hace manipuladores, egocéntricos, superficiales en los vínculos y es por eso que uno de sus rasgos más marcados es la insensibilidad.
En el análisis conductual a esa predisposición genética se le llama "factores personales de riesgo". A veces, estos factores pueden no emerger porque elementos sociales como: la familia, el entorno y educación en valores e integridad, entre otras circunstancias, actúan como protectores y, de forma positiva, evitan que esta predisposición genética detone.
También puede suceder lo contrario. Hay personas que no nacieron con esa predisposición genética, pero se comportan como psicópatas porque crecieron en entornos violentos y están emocionalmente muertos debido a que se criaron bajo modelos de conductas disruptivas que fueron pasadas por alto, o crecieron en un entorno donde se violaron sus derechos básicos a través de la validación de la violencia o desprecio por su "debilidad" y la de otros sin importar su nivel social.
¿Qué hay en la mente criminal? ¡Un mundo!, que requiere de muchísimo estudio para entenderlo, frenarlo o rehabilitarlo.
¿Se puede rehabilitar a un criminal en Latinoamérica? ¡Sí!, y para que sea una realidad se requiere, además del deseo personal y constancia por parte del involucrado, de muchísimos profesionales, recursos, sistemas y leyes que deben remar como equipo y en una sola dirección para que el desenlace del que cometió un delito sea positivo; así también, lo mismo se necesita para frenarlos de raíz porque, lamentablemente, hay crímenes y criminales que no pueden tener perdón y no pueden volver a las calles o quedarse sin justicia.