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- 14/05/2019 02:00
Luciana Cacciaguerra Reni es una mujer que presume de belleza y elegancia. Es discursiva, delicada y realista sin renunciar a su dulzura. Su mirada es limpia y transparente. Es de esas personas que uno siente cercana desde el primer saludo. Su extraordinaria ascendencia de nobles italianos y grandes artistas (entre sus antepasados están el poeta Dante Alighieri y el pintor Guido Reni) podría sugerir vanidad , algo que desmonta con una simple sonrisa.
Siempre quiso pintar y lo hace transitando en naif académico, su estilo. Dibuja en acrílico figuras inéditas de la flora y la fauna con colores estridentes y luminosos. Se confiesa devoradora de libros: se nutre de historias, de relatos, de cuentos… porque afirma que la cultura nos hace libres. Es una dama espiritual que defiende su vocación y su pincel, apartando un poco su título de condesa. Destaca la meritocracia y huye de las críticas.
Cacciaguerra Reni reflexiona sobre el arte, la literatura –una de sus pasiones– y la vida misma mientras pide un capuccino descafeinado en la sala de la librería El Hombre de la Mancha. Allí se respira, de repente, un aroma hogareño: Cacciaguerra se ha topado con una entrevistadora compatriota. Se siente cómoda y se destapa. ‘El ser humano debería ser como la naturaleza, prescindir de tantas diferencias, viviendo en armonía y tolerancia', dice ella.
Estudió Periodismo y Bellas Artes en Venezuela, su tierra natal, y allí fue una de las caricaturistas más queridas de su gente, por años dio vida a Alfi, un personaje homorístico publicado diariamente en El Carabobeño , en esos años en que no existía la censura y el periodismo no caminaba sobre vidrios molidos. Llega al Istmo, donde ha decorado diversos murales privados, a celebrar su estreno como abuela y pretende debutar con su primera exhibición.
UNA MUJER CON SEMEJANTE ASCENDENCIA, DEBE SENTIRSE MUY ORGULLOSA..
‘Me encanta escribir, al igual que pintar. Si me tocara escoger, no podría hacerlo. Es un placer comunicar los conocimientos'.
( suspira ) De mi familia materna heredé la constancia, el ánimo luchador, creo que todos los italianos somos así. Venimos con esa fuerza. De mi madre traté de imitar su seguridad. También pienso que adquirí su ternura y la parte artística, allí florece la genética de los antepasados de los Reni. Heredé de mi padre que siempre fue amante de la naturaleza. Él viajaba al Amazonas y a los llanos venezolanos y cuando tenía 18 o 20 años empecé a ir con él. ¡Era maravilloso!
¿CÓMO SE LLEVA LA VIDA CON UN TÍTULO ARISTÓCRATA?
Yo hago que no pese. Soy alérgica a ciertos esquemas impuestos.
¿POR EJEMPLO?
De comportamiento, de maneras, de posturas, hasta de vestir. Son cosas en las que soy muy independiente. Trato de escaparme de los protocolos.
USTED ESCRIBE Y PINTA, ¿ESTO HA SIDO UNA FORMA DE ESCAPE ?
Soy muy despreocupada con el hecho de ser condesa. Una cosa es mi título y otra muy distinta, mi vocación. Mi vida personal como ser humano está muy separada de todo aquello que implica la aristocracia, y ser parte de ella no me ha favorecido en nada, no lo he permitido. Valoro mucho la capacitación, el estudio, el esfuerzo... porque eso es lo que crea al ser humano. Lo otro me tiene sin cuidado. Lo que soy se lo debo a mis méritos, a mi potencial, a nada más.
¿Y CÓMO PINTA USTED?
A mi estilo, hay personas que lo definen como ecléctico. Prefiero decir que es como un naif académico. Con la pintura se expresa los estados de ánimo y la mía es lo que ves, es lo que es: es transparente. Comencé a pintar sobre unos jarrones inmensos, pintando las casas típicas de Venezuela. Me encantaban porque eran muy coloridas. Pero el lienzo ya me pedía otra cosa y fue cuando empecé a mezclar la naturaleza y los elementos de la fauna y la flora. Adoro los peces tropicales, siempre los incorporo en mis obras.
CUANDO PINTA, ¿DÓNDE LO HACE?
Soy nómada (risas ) Puedo pintar donde esté. Depende de dónde estoy. En Venezuela tengo mi estudio y en Italia, también. No pinto con caballete, así que es más fácil para mí. Solo tengo que estar o en una mesa o en el piso.
¿SE PROVOCA LA INSPIRACIÓN?
No, es un estímulo que tiene que llegar. Cuanto más uno se esfuerce y se presione, menos se da lo que quieres. Es impresionante cuando se despierta la vena creativa y esa lucidez repentina, uno empieza a hacer bocetos y ya se ven cosas que realmente te gustan.
¿ES ENTONCES UNA ARTISTA SATISFECHA DE SU TRABAJO?
Generalmente cuando termino un cuadro sí me siento satisfecha. Pero hay otras que son caprichosas y por más que las toco y las mejoro una y otra vez, no me convencen. Es como si no fuese yo. Yo soy mi mayor crítica, y pregunto a la gente sinceramente qué piensa. No soy sensible a la crítica. Soy muy observadora.
¿CUÁL HA SIDO SU ÚLTIMO LIBRO?
Generalmente escribo cuentos. Pero hace poco escribí un libro de una de las leyendas de Venezuela. Se trata de Murachi (un indígena venezolano) y su princesa Tibisay. Esta obra nació de una iniciativa muy noble y realicé una investigación exhaustiva. Di forma a una historia novelada: la realidad contada de una forma más bonita. Me encanta escribir, al igual que pintar. Si me tocara escoger, no podría hacerlo. Es un placer comunicar los conocimientos.
EN ESTOS TIEMPOS TAN CONVULSIONADOS, ¿PINTAR Y ESCRIBIR SANA?
¡Claro que alivia! Es parte de una sanación. Cuando uno se entrega al arte, no piensas en nada más. Estás concentrado y no sientes. Generalmente uno se aísla y ya olvida el problema.
HABLEMOS DE LA VIDA, DE USTED, DEL AMOR...
¡Ay, el amor! Toda mi vida pude trabajar todos los conceptos. La media naranja es un mito. El amor es dejar libre, definitivamente. Leer me ha ayudado a comprender el significado de la vida.
¿QUÉ QUIERE DECIR?
Tomar conciencia, por ejemplo, te cambia la perspectiva de vida. Cada acto se debe pensar y ejecutar. Entender el cambio, buscarlo y formar una nueva esencia. La vida es una escuela. Así como en un salón de clases, donde uno entiende estudiando y analizando una y otra vez.
ENTONCES , ¿PARA APRENDER A VIVIR HAY QUE DESAPRENDER ALGUNAS COSAS?
Así es. No se trata de eliminar lo aprendido, sino tomar conciencia.
¿QUÉ LE ASUSTA A LUCIANA DE ESTE MUNDO?
La ambición desenfrenada. Estamos en un mundo donde lo material es lo que importa. Es triste.
¿COMO SE LLEVA CON LA ERA TECNOLÓGICA?
Todavía me siento en resistencia. Sé que debemos adaptarnos, pero prefiero leer un libro en físico, tocar sus hojas, olerlo... Eso de ver una frase en una pantalla, hablando del e-book , no me gusta.
CUANDO LEE, ¿QUÉ AUTORES REVISITA?
Deepak Chopra, me encanta. También leo mucha historia. Antes de visitar un país, me gusta investigar sobre él y para ello, busco historias noveladas.
¿CUÁL CONSIDERA QUE ES SU APORTE PARA ESTAS NUEVAS GENERACIONES?
¡Qué difícil pregunta! Lo que me gustaría es que la gente, cuando vea mis cuadros, capte esa tolerancia y esa armonía de vivir. Todo arte es cultura y la cultura nos hace crecer.