Lois Iglesias: 'Mi cámara busca resaltar el legado de la sabiduría de mi pueblo'

Cuando Lois Iglesias tenía 15 años recibió su primera cámara fotográfica, y eso hizo toda la diferencia. Desde ese momento, la pasión por capturar imágenes únicas, disruptivas y cautivantes fue un llamado que se arraigó a su vida. Durante más de dos décadas, la fotógrafa ha capturado el estilo de vida y cultura de su comarca, Guna Yala, así como de otros aspectos tradicionales de la cultura panameña.

El pasado 12 de abril, la Defensoría del Pueblo otorgó a Iglesias un reconocimiento como Mujer destacada en la fotografía, resaltando los aportes de la fotógrafa a la memoria colectiva de la cultura nacional.

Durante la ceremonia, Iglesias comentó: “Hablar de las mujeres indígenas, es hablar de la sabiduría de nuestros ancestros”. También indicó que a través de su lente continúa apoyando la lucha de sus “hermanas gunas” y de otras etnias indígenas como la Emberá, Wounaan, Ngäbe, Buglé, Bribri, y Naso Tjerdi.

Actualmente, Iglesias cuenta con numerosos reconocimientos internacionales por su fotografía enfocada en realzar los derechos humanos en estas comunidades y la preservación ambiental, pero el camino recorrido para obtenerlos “no estuvo sin obstáculos”, como conversó con La Estrella de Panamá.

“Los hombres en la fotografía se han impuesto como la única manera de crear imágenes, como si su lente fuera el primordial”, comentó, “me ha tocado abrirme paso con mi cámara y mostrar nuevas perspectivas sobre el rescate de la educación cultural indígena”.

Iglesias nació en una familia bicultural, de madre guna y tradicional, pero de padre guna-estadounidense y amante de las finanzas, por lo que su acercamiento a la comarca y a sus raíces indígenas no se dio hasta muchos años después. Pese a que nació en la isla Ailingandí, fue llevada a la ciudad de Panamá a estudiar desde temprano. No fue hasta que su padre le regaló su primera cámara, que descubrió su propósito con la fotografía, a la que describe como “un arte que nos educa y nos enseña”.

“Comenzó como un hobby, pero se convirtió en mucho más. He creado miles de imágenes, mucho wagar burba, que en lengua guna quiere decir, 'capturar el espíritu de los rostros”, indicó. En sus inicios fue empírica, pero luego estudió diseño gráfico y fue reportera gráfica del diario El Siglo; para afinarse en el arte, estudió fotografía en la Universidad del Arte Ganexa.

En 2019 fue invitada a Israel por la Embajada de Panamá en Israel y la Biblioteca de Netanya para mostrar su colección fotográfica de 20 piezas centradas en la comarca Guna Yala. Asimismo, Iglesias ha mostrado su trabajo en países como México, República Dominicana, Costa Rica, Perú y Estados Unidos, y sus fotografías han estado en diversas embajadas de Panamá en Marruecos, Viena, Grecia, Francia y París.

Pero lo más importante para Iglesias es llegar a amplificar la importancia de la conservación cultural de su comarca. “A través de mis imágenes deseo plasmar la sabiduría de mi pueblo, sus vivencias y costumbres; conocer y aprender, y dar a conocer toda su riqueza ancestral. El poder de los lentes de mi cámara busca resaltar el legado de la sabiduría de mi pueblo”, anotó.

Lejos de sentirse intimidada ante los retos de su vida profesional al tratar de acercase a la comarca para capturar el día a día de los habitantes, Iglesias hizo su propia meta: lograr conectarse con sus raíces. Tras años de trabajo con las comarcas, actualmente es respetada y abrazada por las comarcas Guna, Ngäbe y Emberá.

Sin embargo, Iglesias se mantiene firme en su trabajo visual, formativo con las nuevas generaciones, y aportes significativos a la bitácora cultural de Panamá. “Mi mayor motivación a través de mi arte fotográfico es transmitir la educación cultural a la nueva generación”, puntualizó a este diario, “una educación cultural que consiste en la capacidad de reflexionar. Jóvenes y niños aprenden a reflexionar acerca de su propia cultura, de la de los demás y de la cultura en general que les rodea”.

Así también, la fotógrafa vislumbra un panorama cultural y artístico en donde la fotografía retome su “papel fundamental” dentro de la sociedad. “La fotografía es hoy un diario de bitácora de la vida de cada persona, construye la imagen del mundo personal, pero también de lo humano en general, ya que su carácter documental –aunque muestra el mundo de una persona en particular– describe eventos, tradiciones y lugares, convirtiéndose así en memoria visual colectiva”, explicó.

Al haber viajado a otros países con sus obras, Iglesias contó a 'La Decana' que ha podido descubrirse a sí misma y ver a Panamá desde otra perspectiva. “He aprendido lo invaluable que es nuestra cultura, nuestros ancestros y nuestras riquezas, así como la de las demás naciones, pero sobre todo, que necesitamos una mayor inclusión de las nuevas fotógrafas de todos los rincones”.

“Hoy la presencia de mujeres en las artes visuales muestra otra perspectiva, un enfoque feminista hacia la actividad fotográfica hecha con miradas de muchas mujeres”, enfatizó. En su obra mantiene esta mirada, usualmente capturando a la mujer indígena en sus labores de madre, lideresa, productora y maestra; utilizando sus molas y cuentas, sus pinturas y sus flores características que las muestran “poderosas y bellas”.

En sus piezas, Iglesias narra las historias de decenas de vidas en una esfera cultural que muchas veces no se hace visible, capturando las situaciones “justo en el momento en que suceden”, como parte de su proceso creativo.

“Narro y transmito muchos detalles, que además de mostrar la captura de un instante, nos explican una historia. Capturar en el momento que suceden los eventos, va más allá de mostrar una imagen, es nuestra naturaleza autóctona”, indicó.

Actualmente Iglesias prepara su participación en el Festival Internacional de Poesía organizado por el Centro de Innovación, Desarrollo Tecnológico y Emprendimiento (Cidete) del Centro Regional Universitario (CRU) de Coclé, con una colección de fotografías que se presentará el 22 de abril. “En cada captura de mis imágenes trato de esmerarme, esforzarme para poder manifestar el valor de la mujer indígena, sus aportes, legados, y lograr resaltar sus derechos y libertades; romper con la desigualdad a que las mujeres nos enfrentamos día a día. Es mi mayor desafío”, señaló.

Iglesias, quien se describe como una mujer “sencilla, de mucho valor espiritual”, con un “gran amor y respeto a mis raíces y tradiciones culturales”, así como por la cultura en general, no descarta que los desafíos en su camino existen, pero destacó que no siempre son “externos”. “Los desafíos no siempre se pueden presentar ante nosotros, tenemos que ir en busca de ellos, crearlos. Debemos ser críticos de nuestro propio trabajo, examinando nuestro arte para descubrir nuestras debilidades y fortalecernos”, apuntó.