Letras machistas de reguetón

Estas canciones, aunque usen un lenguaje políticamente correcto, son un reflejo de una sociedad muy machista en todas sus expresiones
Se demuestra el incumplimiento de la ley por parte del Club 20-30 y del Ministerio de Gobierno, que es la institución a la que por ley le corresponde exigirles a los clubes cívicos que cesen la discriminación en contra de las mujeres.

La audiencia del Teletón quedó sin palabras ante una presentación de Mr. Fox, que, con niños presentes y en pleno evento benéfico, dejó en shock total al público con un despliegue de obscenidades, que me resisto a repetir aquí. Las letras de estas canciones se nutren del machismo existente y lo justifican, cosificando a la mujer e incitando a la violencia. Craso error del Club 20-30, que no filtró las presentaciones, confirmando una vez más su conocida indiferencia hacia la violencia y discriminación contra las mujeres, a las que ni siquiera permiten ingresar como socias activas. Este evento tiene mucho de malo, poco de bueno y bastante de feo. Veamos:

Lo malo son los efectos que tiene sobre la audiencia, ya que describen a las mujeres como meros cuerpos sin valor, intercambiables y siempre dispuestas a satisfacer el deseo sexual “irrefrenable” e “insaciable” de los hombres. Estamos hablando de apología de la violencia en un producto que consumen los menores. Un estudio de Rand Corporation en Estados Unidos durante cuatro años, basado en el seguimiento de 1,400 adolescentes, descubrió que mientras más tiempo pasaban los jóvenes escuchando música machista, antes se iniciaban en el sexo. El contenido de este tipo de canciones hablan sobre pegar, azotar y violar mujeres, y fomenta los roles de género, los estereotipos machistas y las actitudes sexistas. El peligro es que normalizan el machismo hasta convencer a los jóvenes de que el amor es machista. Hay muchas canciones con letras machistas, pero no todas son explícitas. El tema más cantado es el amor romántico, sinónimo de “no puedo vivir sin ti”, que crea una dependencia emocional y nos hace creer que tenemos que perdonar todos los abusos que se puedan cometer en la pareja y aferrarnos al maltratador pensando que somos las mujeres las que hemos fracasado. Esto, por supuesto, equivale a abrir la puerta al femicidio. Estas canciones, aunque usen un lenguaje políticamente correcto, son un reflejo de una sociedad muy machista en todas sus expresiones, ya que el machismo no es cosa de una sola canción y es internacional, sobre todo en nuestro continente.

Lo bueno (aunque es poco), es el esfuerzo que se ha hecho en varios países y que debíamos emular nosotros, por controlar el impacto de las canciones sexistas. Por ejemplo, hace dos años tuvo éxito una campaña en Colombia con el lema “Usa la razón, que la música no degrade tu condición”. Es una forma de alertar sobre el contenido del reguetón y entender que este se ha filtrado en la cotidianidad de los jóvenes, que después de unos cuantos años escuchando este tipo de mensajes pueden naturalizar la violencia. Es una manera de formar a la juventud para que tenga espíritu crítico y ponga distancia de ese tipo de contenido.

Lo feo es que demuestra el incumplimiento de la ley por parte del Club 20-30 y del Ministerio de Gobierno, que es la institución a la que por ley le corresponde exigirles a los clubes cívicos que cesen la discriminación en contra de las mujeres. Desde hace unos 10 años un grupo de mujeres solicitó ser socias activas del 20-30. A pesar de que cumplieron con todos los requisitos del estatuto, se les negó la entrada, solo por el hecho de ser mujeres. En una entrevista por TVN el presidente vitalicio del 20-30, Juan B. McKay, incluso llegó a declarar que “Está comprobado que los clubes de hombres a los que se invitan mujeres a participar, desaparecen”. Dio varios ejemplos de clubes 20-30 que han desaparecido por ello, como Napa, El Salvador y casi sucede en Phenix, Arizona. Insistió en que cada club tiene su derecho a negarle la entrada a mujeres, a pesar de que la Ley 82 de 2013 establece lo siguiente en su artículo 68: “Las organizaciones, clubes cívicos, gremios y asociaciones con personería jurídica y sin fines de lucro están en la obligación de permitir a hombres y mujeres, en igualdad de condiciones, el ingreso, participación y libre acceso, a todos los niveles, en cargos de dirección y decisión”.

“Todas las organizaciones a las que se refiere el párrafo anterior deben presentar al Ministerio de Gobierno, en un término no mayor de tres meses, contado a partir de la entrada en vigencia de esta ley, las reformas necesarias de sus estatutos, que establezcan en forma clara y explícita que las mujeres pueden participar en estas en igualdad de condiciones”.

En su momento el grupo de mujeres que solicitaba la entrada como socias activas del club tuvo el apoyo de la Fundación para la Equidad de Género (Fundagenero), que exigió que se cumpliera la ley. No obstante, pareciera que la ley está condenada a ser letra muerta, y el reguetón, letra viva.

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