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- 11/11/2019 00:00
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Aquella mañana, las calles del barrio de Santa Ana vestían un lujoso día de inicio de noviembre. De repente me doy cuenta de que estoy entrando en la histórica refresquería Coca-Cola, lugar donde me encontraría con un muchacho del cual había oído hablar. Había escuchado que era un genuino, experimentador y productor de obras inusuales. Allí está él, sentado en una mesa, me acoge con una gran sonrisa e iniciamos un diálogo que aquí reproduzco. Ese artista era Jack Morris.
El nombre se debe a la cultura popular, en mi caso a un jugador de béisbol. Soy de la comarca Guna Yala, nací en Ailigandí. Mi niñez la pasé en la comarca, viví rodeado de la naturaleza y de mi cultura.
A la edad de diez años, hacía mis propias composiciones, como bodegones, pero sin saber lo que eran. Mi maestra fue la que se dio cuenta de que tenía dotes para la pintura, siempre entregaba buenos trabajos en Artística. Recuerdo que me decía que tenía que darle seguimiento a mis dibujos, lo más curioso es que nunca gané un concurso de dibujo.
Puedo decir que soy como una persona neutra, aprendiz, y voy tomando lo más importante de ambas culturas.
Sí, se nace con el talento.
Puedo decir que hay dos vías, la primera hay talento que es cultivado como, por ejemplo, el arte de la cestería, que de pequeño se enseña y esto va de generaciones en generaciones. Y lo otro, el dibujo o pintura, que es más difícil para conseguir los materiales, etc. Y casi en su mayoría son dejados a su suerte.
Empecé tomando cursos sabatinos en el Instituto Nacional de Cultura, en la ciudad de Panamá.
Llegué a la ciudad para seguir los estudios superiores, como cualquier individuo de mi etnia. En la comarca sí estudié cursos de cerámica, dibujo y pintura, en el Hogar Cultural Guna Yala de Ailigandí.
Mi relación puedo decir que es muy buena, aunque en la parte social hay cosas con las que no estoy de acuerdo. En la comarca no se llega a practicar lo del reciclaje como debería; no hay métodos como tales, en los últimos años se está tratando, pero de a poco. Todo esto se debe a la gran cantidad de productos que llegan a las islas, ya que el indígena ha dejado de producir, la siembra, la pesca... como hace tiempo. Hoy dependen de insumos que contienen plásticos, aluminio...
Innovadora.
Háblame de tu mejor obra.
Puedo decir que estoy en proceso de buscarla. Me interesa el reciclado.
Tu manera de realizar las obras con productos reciclados es muy novedosa, háblame de eso...
La aventura comienza investigando un poco sobre el continente africano, donde abunda la basura. Y tomo como referentes a los artistas que reciclan y crean obras de arte. Me llama la atención uno en particular cuyo nombre no recuerdo. Este artista hace obras en blanco y negro utilizando bolsas de polietileno. La técnica en sí consiste en derretir el plástico, por medio de una fuente de calor, puede ser un soplete o un secador industrial, en sí el proceso es un poco complejo, ya que los plásticos vienen en distintos espesores y elasticidad.
Sí las hay, pero no se llevan como debería. Se necesita gente nueva, con una visión enfocada en las artes, personas de cambio...
Se necesita organización, más apoyo, crear centros para talleres permanentes y gente nueva.
Es muy complicado, se necesitan más oportunidades y espacios dedicados a la promoción.
Mi obra va enfocada a la sociedad, a cuidar el planeta, aunque parezca un trabajo titánico, pero no imposible.
La primera vez que vi la obra de Jack quedé confundido, pensé que era pintura al óleo colocado con espátula. Descubrí que se trataba de material de plástico reciclado, cortado y encajado entre sí para construir la obra. Esta mañana, aquí en el Café Coca-Cola, me sentí honrado de conocer a este personaje que inventa sus obras con material pobre y de desechos. Con una gran sonrisa, Jack se despide de mí. Al salir y ver que se retiraba, medito sobre la capacidad de esta nueva generación de jóvenes panameños, capaces de retar lo concebido e inventar con pocas posibilidades económicas un mundo nuevo y creativo ¡Gracias, Jack Morris!
Jack Morris nació en la comarca Guna Yala, en Panamá, en el año 1978. Se crió cerca del mar y del paisaje tropical de la costa, el cual influyó enormemente en el amor hacia la naturaleza. A lo largo de su vida, Jack siempre sintió esa atracción hacia el dibujo. Su interés fue cultivado durante su adolescencia y se desarrolló muchísimo más cuando decidió tomar cursos de dibujo y pintura. Pero por falta de recursos no continúa lo que le apasiona. Posteriormente, decide tomar un técnico en sistemas, por necesidad del mercado. El arte siempre lo buscó hasta que decidió tomar una licenciatura en la Universidad del Arte Ganexa, ya pasados varios años. Actualmente su trabajo es variado, ya que domina casi todas las técnicas pictóricas y la temática que trata va desde el bodegón, pasando por el paisaje y la figura humana. Jack vive y trabaja en Veracruz, corregimiento de Arraiján, rodeado por el mar y la vegetación.