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- 22/12/2017 01:05
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La última novela del escritor español Javier Marías, Berta Isla , lo coloca en su mejor momento como narrador de ficción y lo reivindica como el cuidadoso y estricto filólogo que es, con una prosa cuidadísima, un derroche de espléndido vocabulario y una trama entre reflexiva y de espías. El relato, aparecido en septiembre de este año, ha logrado ser distinguido como el mejor libro del año para el suplemento cultural de El País , ‘Babelia', así como de entre los mejores libros por el ABC y La Vanguardia , diarios españoles.
Autor de numerosos tomos en los que ha cultivado el ensayo, la novela, el relato y algunos cuentos, Javier Marías era mencionado con insistencia en las quinielas de entre los favoritos para ganar el Premio Nobel de Literatura en las fechas alrededor a que se diera a conocer el ganador de este año. En 2012 le dieron el Premio Nacional de Narrativa Española, el cual rechazó bajo la premisa de que había dicho con anterioridad que no recibiría un premio institucional (o cuya remuneración saliera del erario). Explicó que igual lo hubiera rechazado si se le hubiera otorgado cuando estaba el PSOE en el poder. Ha sido merecedor de muchísimos otros premios, tanto nacionales como internacionales.
‘Así ocurre en ‘Berta Isla', cuya clarividencia me ha recordado una vez más por qué la ficción, en manos de sus mejores practicantes, sigue siendo la única forma que tenemos los seres humanos de conocernos cabalmente',
JUAN GABRIEL VÁSQUEZ
Con un gran apego al estilismo gramatical y el despliegue de palabras que no son de uso común, pero que no apabullan, sino que deleitan, que parecen bordadas con primor en la prosa, esta nueva novela de Marías permite gozar de la mejor narrativa del autor, a la vez que nos hace reflexionar sobre las experiencias humanas.
JAVIER MARÍAS
Hijo del filósofo Julián Marías, es miembro de la Real Academia de la Lengua (RAE), distinción que también ostentó su padre en vida. Sus primeros estudios los realizó en los Estados Unidos, donde la familia se trasladó a vivir ya que su padre era republicano y estuvo encarcelado y preso en esos años de turbulencia política. Cuando se le rehabilitó su prestigio, en 1964, fue invitado a formar parte de la RAE.
Javier estudió Filosofía y Letras con especialidad en filología inglesa en la Universidad Complutense de Madrid. Como era bilingüe, impartió durante varios años la cátedra de Literatura Española y Teoría de la Traducción en la Universidad de Oxford y posteriormente también lo haría en la universidad estadounidense de Wellesley College. Marías es un extraordinario traductor que tiene entre sus trabajos obras de Sterne, Stevenson, Conrad, Dinesen, Yeast, Faulkner y Nabokov. De igual manera es un contundente columnista que, al igual que su compañero de academia, Arturo Pérez Reverte, no se anda con tapujos a la hora de cantar las verdades sobre temas generalmente polémicos y políticos. Los dos forman parte de un grupo editorial que publica sus artículos, Zenda, que siempre ofrece una riqueza lingüista y temática de excelencia.
Su ingreso a la Real Academia de la Lengua se dio en el año 2006 para ocupar el sillón que dejó vacante el lingüista, periodista, profesor universitario, escritor, crítico literario y filólogo Fernando Lázaro Carreter al morir en 2004, que también fue su director. En 1994 había sido invitado a ingresar a la RAE, pero declinó porque su padre ya ocupaba un sillón en esa vetusta institución.
BERTA ISLA
Esta novela, que al momento de salir ya se había traducido a 18 idiomas, está contada por tres voces, uno de ellos el propio narrador que inicia el relato ubicando en un tiempo pasado cómo se desarrollan las vidas de los dos protagonistas, Tom y Berta. Descriptiva, digresiva y heterodoxa, Marías no se aleja de sus territorios conocidos como lo son la universidad de Oxford y los escenarios de Madrid, a pesar de que algunas de las acciones se llevan a cabo en Dublín, Las Malvinas, Alemania o algún pueblo perdido de la campiña inglesa.
En Berta Isla entran en juego las mejores prácticas del M16 y el servicio secreto de Gran Bretaña y nos encontramos con un Tomás Nevinson que es políglota, posee dotes de imitación más allá de lo imaginable y que queda atrapado, por su talento —y malos pasos—, en una larguísima carrera como espía encubierto sobre el cual su mujer, Berta Isla, no tiene ni idea y ella se ve inmersa en una envolvente y apasionante espera, por meses primero y luego por años, mirando un árbol que se yergue desafiante frente al balcón de su casa madrileña.
Los acontecimientos que condicionan esta larga separación de Berta y Tomás son de lo más disímiles y los personajes que intervienen en ellos lo son aún más. El tema del espionaje es abordado en su contexto, mas no es una novela de espías, estilo Le Carré. Como en casi todas las obras de este autor, se reflexiona sobre el quehacer del escritor, así como de los servicios de inteligencia. Según Juan Gabriel Vásquez, escritor colombiano que ganó el Premio Alfaguara en 2011 ‘es una meditación (solapada, juguetona) sobre las grandes preocupaciones de la novela'. A ambos les une la fascinación que sienten por la obra de Joseph Conrad y le tocó a Juan Gabriel escribir la reseña de esta magnífica novela cuando ‘Babelia' anunció la designación como Libro del año 2017.
Javier Marías desborda erudición, recursos narrativos y, sobre todo, un vocabulario de primera. Berta Isla tiene una trama envolvente, pensada y sopesada, al punto de que se le considera también la mejor novela del autor, hasta ahora (claro, siempre hay un próximo libro que puede escribir a futuro que le quitará ese puesto). Sus remembranzas de los campus londinenses de Oxford y los pubs ingleses es algo a lo que uno se ha acostumbrado en sus libros, así como sus descripciones de los barrios madrileños, con sus paisajes en las distintas estaciones del año. Sigue en la línea de otra obra de Marías, Tu rostro mañana , pero lo va moviendo a mucha más velocidad sin dejar de reflexionar sobre las trampas de la vida.
Al decir de Juan Gabriel Vásquez, ‘así ocurre en Berta Isla , cuya clarividencia me ha recordado una vez más por qué la ficción, en manos de sus mejores practicantes, sigue siendo la única forma que tenemos los seres humanos de conocernos cabalmente: en todas nuestras dimensiones, con todos nuestros misterios y secretos, a través de todos nuestros velos'.