Durante el primer trimestre de 2025, los puertos panameños movilizaron un total de 1.308.976 unidades de contenedores, de las cuales 556.369 corresponden...
- 01/07/2016 02:00
Quedó para la historia ese momento en el que Giosue Cozzarelli convirtió a Confucio en el inventor de la confusión. Es evidente que este no es el caso, no se requiere más que buscar en Google para confirmar lo errada que estaba la participante de Miss Panamá. Sin embargo, ya que vamos a tratar el pensamiento de este filósofo, vale aclarar algunas cosas antes de empezar.
Primeramente, Confucio es la forma latinizada de Kongzi, que significa ‘Maestro Kong'. Su nombre personal era Qiu, aunque también se le conocía como Zhong Ni. Segundo, su escuela de pensamiento no era el confuncianismo, el Maestro (como le llamaremos en esta columna) era parte de una escuela de pensamiento conocida como Los Letrados. El confucianismo es más bien el nombre dado por Occidente a dicha escuela de pensamiento, asumiendo que el Maestro fue su fundador. Esto se debe a que el pensamiento occidental, con excepciones como Gottfried Leibniz, tuvo una impresión poco informada y superficial del pensamiento oriental por un largo tiempo.
En cuanto al Maestro, más allá de fundar una nueva escuela de pensamiento, su objetivo era rescatar una tradición casi olvidada dado el nuevo contexto en el que él vivía. Se trataba de una época de conflictos militares encaminados hacia una mayor cohesión de lo que en ese entonces era China. La tradición que el Maestro buscaba rescatar tenía como objetivo primordial restablecer la armonía en tiempos conflictivos, es decir, frenar las guerras. Aunque loable era su ideal, la guerras finalizarían siglos después de su muerte cuando el estado de Qin logra unificar toda la China de entonces. Olvidado por largo tiempo, su legado alcanzaría mayor importancia solo hasta la dinastía Han.
La antigua sociedad de los Zhou y en los principios de la época conocida como Primavera y Otoño fueron el sustento del cual se nutre el pensamiento del Maestro. Más que revolucionario, era un hombre de la vieja escuela, con el ideal de devolver el antiguo status quo.
Las antiguas sociedades a las que se refería el Maestro consistían en numerosos Estados conformados por feudos y señoríos. Su sociedad estaba estratificada por los Junzi (la clase noble) y los Shumin (plebeyos).
Entre la nobleza se encontraban los letrados y expertos de la corte, quienes conocían los ritos y tradiciones. Dicha función era de vital importancia para un Estado. El Estado ideal, según el Maestro, estaba constituido por una burocracia fuerte, pues, solo así el noble o rey podría asegurarse plebeyos felices y dispuestos a trabajar bajo su mando. Tanto el noble como su séquito guían a los demás a través de su ejemplo. El noble es comparado con la estrella polar (de importante valor para la antigua sociedad china), alrededor de la cual giraban los demás cuerpos celestes.
Para consolidar dicha burocracia era necesario una educación rigurosa y el Maestro fue en ello un venerado educador de su tiempo. La doctrina de los letrados también guarda una fe optimista en el hombre, el cual solo puede llegar a ser feliz y educarse dentro de la sociedad.
PERIODISTA/ FILÓSOFO