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- 23/02/2020 06:00
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Es a través de cucharas que la compañía portuguesa de teatro Companhia do Chapitô, crea imágenes que despiertan la imaginación del público, invitándolos a formar parte de una realidad alterna. Una realidad en la cual cucharas pueden ser perros, armas, sombreros y hasta cucharas. Es en este espacio, donde gestos burlescos y movimientos satíricos muestran una versión cruda de la humanidad. Ahí, el humor y la simplicidad se vuelven vehículos para explorar la complejidad de nuestra sociedad de ayer y hoy. Con este estilo peculiar de contar historias, la compañía ha recorrido países como Brasil, España, Finlandia y Francia, entre otros. Este año serán parte de la cartelera del Festival de Artes Escénicas (FAE), donde presentarán la clásica tragedia griega Electra.
La historia cuenta el destino de una familia que es consumida por catástrofes. Padres sacrifican a sus hijos, y hermanos se vengan entre sí. Es una historia que la compañía describe como “un baño de sangre familiar”, contada a través del “estilo propio de esta compañía: en clave de comedia estridente”.
“La comedia es nuestro lenguaje escénico”, explicó la compañía. “La aproximación a la tragedia desde ese humor hace que los grandes conflictos del ser humano sean relativizados. La comedia vive del drama, la clave está en cómo contarlo”.
Y la manera que la compañía decide contar la historia demuestra que están dispuestos a llevar su propuesta en escena un paso más allá. Con cuatro actores, y solo tres a la vez en escena, la compañía ha logrado montar una historia de seis personajes. “Los personajes nunca se distribuyen entre los actores en una etapa temprana. A medida que desarrollamos la improvisación y buscamos la forma y la estética del espectáculo, todos los actores pasan por todos los personajes, hasta que en algún momento comienzan a establecerse y definir quién interpretará a quién”, comentaron. “El tema de género tampoco es importante, y esta libertad nos permite encontrar rasgos interesantes para cada personaje, todo lo cual contribuye a su construcción, sin preocuparse por las asociaciones entre los rasgos físicos de los actores y los personajes que interpretarán”.
Los actores de la compañía, Jorge Cruz, Nádia Santos, Susana Nunes y Tiago Viegas, guiados por el director artístico José Carlos García y la fundadora de la compañía Cláudia Nóvoa, desempeñan un trabajo intensivo, llamado trabajo de mesa, donde construyen estos personajes para entenderlos completamente y, así, poder contar la historia de la manera más honesta posible. “El trabajo de mesa en general no se extiende por mucho tiempo, sino que depende de la creación y la investigación y las lecturas que deben hacerse”, explicó la compañía. “En el caso de Electra, revisamos los clásicos de la literatura griega de Sófocles y Eurípides.
Sin embargo, para la compañía, el trabajo en el escenario se extiende. “El trabajo abandona rápidamente la mesa para comenzar a experimentar en el escenario”, dijeron. Es a través de la experimentación en el escenario que los actores pueden conocer más a los personajes, para sumergirse con facilidad en su rol.
El trabajo del actor, en este caso, va ligado estrechamente con su gestualidad. De esta manera, elementos que pueden llegar a ser barreras, como el lenguaje, son derrocados, permitiendo que haya mayor conexión entre los actores, la historia y el público. “Siempre hemos creado espectáculos que refuerzan el trabajo físico con el actor en un proceso de creación colectiva y desarrollo constante, invitando a la imaginación del público”, comentaron. “El discurso y el desarrollo gestual complementan la dramaturgia de la obra”.
En esta propuesta específicamente, se mezclan el teatro físico, el gesto, la máscara y la manipulación de objetos; todas, disciplinas que están entrelazadas para compartir una experiencia única a través del teatro.
Pero es la manipulación de objetos, en este caso, la manipulación de cucharas, lo que se ha vuelto un elemento imprescindible para la obra. Es el toque satírico, irreal y simple, que le da forma a esta historia antigua.
“Fue accidental. Cuando empezamos a trabajar, había que experimentar para buscar la trama y la estructura de la historia. Improvisamos con una bañera de hierro, muy pesada. Tres actores, estaban creando la relación de la familia y empezaron a comer como leones, sin utensilios”, contaron. “Sin embargo, alguien dijo: 'Intentemos comer con cucharas'. Empezamos a trabajar tanto con las cucharas que nos olvidamos de la bañera. La cuchara, en armonía con los diálogos y la expresividad de los intérpretes, pasa a convertirse en el 'cuarto actor', que sirve de auxilio proyectando en la narración múltiples herramientas y objetos”.
Pero dentro de la complejidad de la historia, le deben una importancia grande a la simplicidad. “Somos una compañía que apuesta por un teatro despojado de parafernalia. En este caso, los únicos objetos que necesitamos para adentrarnos en el mundo griego son las cucharas”, dijeron. “La simplicidad nos permite obtener un universo de posibilidades dramatúrgicas solo accesible a través de la imaginación y del juego teatral”.
La Companhia do Chapitô se estará presentando el sábado 21 de marzo, a las 7:30 p´.m. en el teatro Anita Villalaz. “¡Esperamos que el público panameño disfrute mucho de la obra y que quiera volver a vernos muy pronto!”, concluyeron.