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- 22/01/2022 00:00
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Cuando hablamos de guion a muchos se les viene a la mente una película, una obra de teatro, una guía para un programa de televisión, sin embargo, si hablamos de reglas gramaticales, una de las principales funciones del guion, como signo gramatical, es ser una marca de puntuación que une dos palabras o bien las divide en partes.
Uno de los aportes que más disfruto de este signo, es cuando sirve como modificador compuesto, ya que al unir dos palabras se convierte en el puente para describir un solo adjetivo. Todo depende del contexto.
Esta rayita muy coqueta se las trae y sin darnos cuenta, aparece donde menos lo imaginemos. De hecho, los guiones aparecen marcados en las carreteras como referencia al conducir y se transforman en guías para separar los autos, usualmente están pintadas de blanco o amarillo. También se los ve frecuentemente en pasos peatonales que brindan seguridad para cruzar una calle transitada, suelen aparecer en las costuras de la ropa, en fin... por donde lo vea, ahí está esa rayita.
Podría extenderme diciendo donde aflora, sin embargo, ninguna función suya me resulta tan curiosa, magnética y reflexiva como cuando aparece en las lápidas de los cementerios. Está ahí para decirnos la fecha de nacimiento y la fecha de defunción. En mi caso presentará primero el año 1978 y el que le sigue, espero que sea en el 3 mil y pico... Digo, no es que piense que no me voy a morir nunca, es solo que ¡no quiero estar ahí cuando eso suceda!
El mundo parece haber acordado que aquel año en el que nacimos es una pieza de información tan importante que se fija para la posteridad en la misma tumba. De hecho, no se suele incluir el año de nuestras graduaciones o el de matrimonio. Siempre omitirá el año en el que nacieron los hijos o si cambiamos de país o carrera. Es casi estándar que en las lápidas, aparte del primer año, se incluya el último de vida. Supongo que así se confirma que en efecto abandonamos este mundo y estamos en un mejor plano de existencia. Eso sí, no deja de aparecer la famosa rayita entre un año y otro; podría no haber sido su intención original, pero sin duda es un símbolo permanente para representar la vida misma.
En el mundo de las artes, el guion tiene otro significado. Es el contenido de una película, de una historia, de un programa de radio o televisión. Es decir, un escrito que contiene las indicaciones de todo aquello que la obra requiere para su puesta en escena. Por lo tanto, tiene sentido que la lápida tenga un guión para conectar el año de nacimiento y de nuestra muerte, y así podremos responder a esta pregunta: ¿Cuál es la historia que desea se cuente de usted? o bien, si su vida fuese a ser película: ¿Cómo sería su guion? ¿Lo ha pensado?
La vida entera podría terminar siendo representada por una rayita, como un símbolo que describe lo que hicimos o dejamos de hacer un día a la vez. Podrá ser insulso o emocionante, propio o copiado. Ser impuesto por las presiones de la sociedad o libre al compás de la voluntad y nuestras decisiones.
El guion de su vida podrá ser como el recorrido de un auto de Fórmula 1 en una magnífica pista o el de un 4x4 casi desbaratado en un camino empedrado y sin señales, puede describir el trabajo de su sueño o la pesadilla de su vida. También puede ser el matrimonio soñado o el que se desbarató por haber elegido erróneamente.
Aunque los guiones de vida que hay en el mundo no suelen ser iguales, ojalá coincidan en algo: Que sea una guía que nos invite a pasar inmediatamente al modo proactivo y re-enrumbe nuestro curso si sentimos que está perdido.
El guion de la vida nos debe describir de la mejor forma posible y aunque no somos parte de ningún plan perfecto y, por el contrario, la historia de nuestras vidas las redactamos con nuestras decisiones, acciones y movimientos, tampoco debemos ser víctimas del mismo, sino más bien protagonistas, por tanto, contamos con el derecho, el talento y la potestad divina de escribir nuestro guion como queramos.
Quien cuenta con virtudes azules pintará su vida con ese color. Quien ha cultivado el talento de un instrumento musical, gozará de música protagónica mientras los demás acudimos a Spotify. Quien vea todo de color oscuro verá problemas en todas las oportunidades.
1955 – 2011 marca los años de Steve Jobs. La rayita entre los años se refiere a uno de los más influyentes seres humanos de los últimos 40 años. Ese guion incluye la Mac, el iPhone, el iPad y la pasión por la tipografía, haber conectado a la humanidad, así como la terquedad de quien busca con pasión hacer una marca en el universo, pero también marca su lado más oscuro, salvaje, desalmado y antisocial.
1879 – 1955 se refiere a Albert Einstein. Su guión incluye haber sido elegido post mortem “Persona del siglo” por “Times”, pues fue el científico prominente en un siglo de ciencia. Mejor conocido por su teoría de la relatividad (E = mc2) es un símbolo e inspiración para científicos e inventores. Einstein y Jobs hicieron de su guion vidas extraordinarias.
Todos tenemos los días contados, y nadie sabe en vida cuál será el segundo año que se marcará en nuestras lápidas. Mientras tanto, podemos hacer de nuestro guion una marca que agregue, que importe, que aporte y se recuerde.
Desde lo más profundo del alma, querido lector, querida lectora, deseo que su propio guion sea un reflejo de sus sueños y aspiraciones. Que la generosidad caracterice su paso por la vida. Que la compasión florezca desde su existencia para que toque a muchos a lo largo de generaciones. Espero que su guion sea el espejo de su corazón.