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Fer Garvey: 'Creer que eres artista es un trabajo de todos los días'
- 17/07/2023 00:00
- 17/07/2023 00:00
La nostalgia y la música son dos elementos fundamentales para el proceso creativo de Fer Garvey. Conectar con su niño interior ha llevado lejos al ilustrador panameño, quien ha traspasado las fronteras nacionales y con su arte ha representado a Panamá en países de Latinoamérica y en Estados Unidos. En una conversación con La Estrella de Panamá comparte sobre sus inicios en el arte, su mayor inspiración y un poco de su filosofía dentro de su campo de trabajo.
Soy Fer Garvey y creo que lo que me ha llevado a donde estoy, en pocas palabras, es creérmela. Hubo un tiempo en el que pintaba y trabajaba igual que ahora, pero no me la “creía” y es difícil brindar esa seguridad a las personas que ven tu trabajo si tú mismo no crees en ti. Personalmente, yo solo disfruto pintar y lo hago desde que tengo uso de razón. Mi mamá tiene un folder en su casa, con [varios] Gokus, Caballeros del Zodiaco, Animatronics, entre otros dibujos que hacía. No recuerdo cuando empecé, pero sí sé cuando me dí cuenta que podía monetizarlo: pinté una guitarra que me regalaron mis papás y la subí a mis redes sociales, se hizo viral en Facebook y me empezaron a buscar las marcas como ilustrador. Así, me di cuenta de que podía ganar dinero por “hacer dibujitos”.
Creerse ser artista es un proceso de todos los días. No es fácil, porque ser artista no es lo mismo que ejercer otro tipo de profesión en la que hay más seguridad [en algunos ámbitos]. Para creerse artista es importante comprender que siempre van a haber opiniones que no coincidan con la tuya en cuanto a tu arte, pero tienes que estar claro de que lo que estás haciendo no es para todos. La idea es que te sientas bien con el trabajo que estás haciendo para poder exteriorizar esa parte artística. Todos somos buenos artistas, solo nos cuesta encontrar ese nicho en el que somos realmente buenos, yo tuve la dicha de encontrar el mío y me siento seguro en mi trabajo. Si uno realmente tiene claro qué tipo de arte es el que quiere hacer, ese proceso de todos los días, de convencerse de que uno es artista, se hace más fácil.
Creo que no es el mejor término, pero pudiera decirse que soy como la oveja negra de mi familia, pues soy el único que tiene una profesión alternativa. Mi papá y mi hermano son corredores de seguro y mi mamá es contadora, así que crecí en un círculo en el que creativamente hablando a lo que me dedico no era algo que viera todos los días. Yo diría que mi afinidad al arte es algo innato y como buen autodidacta, si veo algo que quiero aprender voy a dar el todo. También soy muy metódico, en el momento que me di cuenta de que podía llegar a un resultado visualmente agradable y que a la gente le gustaba dije: 'Por ahí tiene que ser, tengo que repetir estos pasos [en mis creaciones]'. Eso me ayuda porque evalúo qué estoy haciendo bien y en qué cosas podría ser mejor.
Eso es una batalla interna. Mi nivel de exigencia me lleva a pensar que si el resultado es algo que se ve bien, pero no cumple con mis expectativas, aún no está terminado, aunque otros piensen que es suficiente. En eso nació #NoHagoCosasGallas. Lo que publico en redes sociales, el trabajo que entrego a un cliente y todo lo que llega al público tienen mi 200% de esfuerzo, y en el hashtag en realidad estoy hablando conmigo mismo, recordándome que no puedo entregar un trabajo a medias porque la mediocridad es como un músculo: en el momento que entregas algo mal, empiezas a entregar todos tus trabajos de la misma manera y al final te conformas con solo enviarlo.
Siempre pienso en tratar de llegar a la mayor cantidad de personas posible con un mensaje, no es solo dibujar y pintar, también es contar una historia. Nunca había reflexionado en concreto sobre qué tan lejos quiero llegar, pero siento que de alguna manera represento a Panamá con mi trabajo en otros países. Hace unos días se lanzó un proyecto en el que participé y que está en todo Estados Unidos y ese es como el proyecto con el alcance que siempre quise, pero ¿qué sigue? A mí me encantaría trabajar con Michelle y Barack Obama, también me gusta mucho el rock y me gustaría hacer ilustraciones para álbumes, en ese aspecto el espectro de trabajo es tan amplio que realmente no sé cuál es el límite [para mí como ilustrador]. Y todos esos trabajos, grandes o pequeños, son igual de importantes, porque si el trabajo chico queda mal, entonces no hay trabajos grandes. Desde siempre he pensado que no puedo soñar con trabajos grandes si no cumplo ni siquiera con los clientes pequeños, que son los que corren la voz sobre el trabajo de uno.
Yo quiero ser como mi hija, Emma. Tú le preguntas y ella te dice que va a ser artista como papá, artísticamente hablando, ella mira el mundo de una manera diferente a la que yo lo veo. Creo que Emma tiene una visión mucho más elevada de la que yo puedo tener como artista, porque aunque me quedé con la visión de mi niño interno [para crear], Emma es una niña y para ella es innato pensar de esta manera. A veces me siento a pintar con ella y se le ocurren ideas innovadoras que jamás habían pasado por mi cabeza, solamente eso me dice a mí que ella está pensando de una manera diferente. En Panamá hay muchos colegas que son muy buenos, pero si tú me preguntas a quién me quiero parecer, te diría que a Emma, porque quiero tener esa capacidad artística de poder ver cosas que los demás no ven y plasmarlas. Hay mucho que puedo aprender de ella, aunque es solo una bebé.