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La energía de Broadway cala en el teatro panameño
- 01/05/2023 00:00
- 01/05/2023 00:00
Rogelio Sinán y Gonzalo Brenes abrieron las puertas al teatro musical en Panamá, sin embargo, hubo otros personajes quienes se atrevieron a presentar nuevas apuestas aprovechando la comunidad estadounidense que se encontraba en el país desde los años 50 conocidos como los zoneitas.
Atreviéndose a algo distinto, un grupo conformado por estadounidenses, panameños y un británico iniciaron de manera informal un teatro en Colón durante los años 40 y sin saberlo, esto abriría las puertas a un nuevo mundo mostrando una faceta del teatro musical en Panamá en un nuevo idioma.
Iniciando durante los años 40, el teatro en inglés dio sus inicios en el patio de la casa de la familia Motta en la provincia de Colón de manera informal. A finales de la década, sus fundadores se percataron del interés de las personas por aquellas obras y decidieron formalizar el proyecto, creando una institución legal en la ciudad capital.
El Panama Railway Company donó el edificio en que actualmente se encuentran y el Teatro Guild & Co abrió formalmente sus puertas en 1950. Por los próximos dos años se presentaron sus primeras obras como Ways and Means (Formas y Medios), The Valiant (El Valiente), George, Petticoat Fever (Adán sin Eva), Two Blind Mice (Dos Ratones Ciegos), y Dover Road (El Camino de Dover).
El teatro en inglés abarcó gran fuerza en el país, lo que desencadenó otras posibilidades, más innovadoras, llenas de baile, música y una producción enorme.
El teatro en inglés marcó un hito importante en 1953 cuando se atrevió a fusionar la música, el diálogo y el baile en una sola presentación. En ese año se presentó la obra de teatro musical Pretty Lady (Mi Bella Dama), escrita originalmente por Walter Diamond y Salo Eidelman. Para esta ocasión, la puesta en escena fue dirigida por Gracelyn Johnston y protagonizada por Rusell Wise, Maria Myers, Nell Staples, y Geraldine McGriff.
De ahí los escenarios estallaron con nuevas propuestas del teatro musical en inglés que se presentaron a lo largo de los años en el Teatro Guild, siempre ofreciendo mejores guiones, equipos, y vestuarios.
Por supuesto, todo esto se logró gracias a personajes quienes apostaron por esta nueva propuesta, específicamente un visionario quien se atrevió a demostrar que el país tenía el poder de montar obras al nivel de Broadway.
Bruce Anthony Quinn Escobar nació el 28 de febrero de 1936 en la desaparecida Zona del Canal, de acuerdo con El Faro, una revista informativa del Canal de Panamá. Desde muy joven, sus padres lo introdujeron, a él y sus hermanos, a un mundo lleno de música y grandes ídolos del teatro y la ópera como Rigoletto de Verdi.
Aun así, nada lo afectó tanto como cuando escuchó los musicales de Broadway. El zonian compartió en un escrito que recordaba cómo en 1949, su padre trajo en un camión, las canciones completas de South Pacific (Cuentos del Pacífico Sur), una obra de teatro musical que lo marcaría para siempre.
De ahí, fue conociendo otras canciones de obras musicales como West Side Story, pero las líricas de South Pacific siempre lo llamaban de vuelta.
Al terminar sus obligaciones en el Ejército y graduarse de la universidad en 1962, Quinn vio una oportunidad frente a sus ojos. Al regresar a Panamá, se acercó a John Mayles, el entonces presidente del Teatro Guild y le dijo que deseaba producir y dirigir South Pacific. Mayles convenció a la directiva del teatro para darle la oportunidad a Quinn quien en ese momento solo tenía 25 años de edad.
Para junio de 1963, South Pacific estrenó en el escenarios del Guild gracias a la visión de Quinn quien había actuado como director, productor, diseñador del set y encargado de seleccionar a los actores. En escena se encontraron Donald Musselman, Victor Herr y Cleveland Soper quienes apoyaron al zonian en su visión para traer el primer show de Broadway que se presentó en Panamá, realizado por un teatro comunitario.
Quinn continuó presentando musicales en inglés durante varios años en el Guild, logrando un gran impacto en todos los interesados en el teatro sin importar su edad, nacionalidad o experiencia en los escenarios.
“Siempre nos daba la oportunidad a todos sin importar si teníamos una carrera teatral o no”, comentó en una entrevista con La Estrella de Panamá, Giancarlo Benedetti, actual miembro de la junta directiva del Teatro Guild de Ancón y presidente del comité de producción.
Benedetti trabajó con Quinn una vez durante su carrera teatral en el 2013 en la obra Christmas at the Guild (Navidad en el Guild). “Trabajar con Bruce Quinn sin duda fue una experiencia maravillosa y una que me alegro haber vivido”, comentó.
“Era un director que sabía todo lo que quería en sus obras pero nos daba mucha libertad a los actores en cuanto al desarrollo de nuestros personajes mientras nos aportaba sus ideas y visión”.
Benedetti conoció a Quinn a través de Gale Celucci, una productora quien le ofreció al Guild sus años de amor y labor por el teatro y quien también trabajó muy de cerca con el zonian produciendo diferentes obras.
Celucci era una artista creativa y su idea era simplemente ayudar pintando escenarios mientras esperaba a sus hijos en sus actividades extracurriculares. Sin embargo, el teatro tenía otros planes para ella. Pintando el set para The 12 Dancing Princesses, (Las 12 Princesas Bailarinas) se le dio la oportunidad de producir su primera obra. “Estaba muy insegura porque jamás había hecho algo así”, dijo Celucci al diario. “Pero de esto se trata el teatro: te lanzas y tú decides si nadas o te hundes”.
De ahí, produjo y trabajó muy de cerca con Quinn en obras como Plaza Suite, Jakes Women (Las Mujeres de Jack), y You´re a Good Man Charlie Brown (Eres bueno Charlie Brown), estableciendo una amistad que duró alrededor de 15 años. “Siempre venía a ver mis obras y se robaba a todos mis actores”, dijo entre risas Celucci. “Le debemos mucho del teatro en inglés y que pudimos demostrar el talento que se tiene en Panamá para hacer un buen teatro al estilo Broadway.
El padre de los musicales no solo caminó alado de la comunidad anglosajona que se encontraba en Panamá, sino que formó parte de otros centros como El Teatro en Círculo de Panamá. Este último abrió sus puertas en 1961 gracias a seis mujeres quienes apostaron por la cultura y el talento panameño.
Por los siguientes 12 años se presentaron obras de teatro como Maribel y La Extraña Familia, La Antesala del Infierno, y La Factura, dirigidas por gigantes del teatro como Pepe Sarsanedas, Aurelio Paredes, y Romney Brent. En 1983, Bruce Quinn llegó al teatro para darle su toque de magia tal cual él sabía hacerlo y presentó el primer musical del Teatro en Círculo, Hello Dolly junto a la producción de Isabel de Nacchio y Marisela Rosas. A diferencia de aquellos presentados en el Guild, Hello Dolly fue el primer musical de Broadway que se presentó en Panamá con el diálogo traducido al español.
La revista Istmo, relató que la obra fue encabezada por Mary Arias tomando el papel titular, y 33 personas quienes formaron parte del elenco, 90% de ellos, estudiantes. Esto prometió el futuro del teatro panameño ya que más personas se iban sumando a proyectos sin necesidad de ser buscados por el equipo detrás de escena.
De igual manera, se contó con la “insuperable y gustada voz” de Trevor Simons, la participación de Nilena Zizópulos como la dama joven, Aristides Valderrama tomó el cargo de director musical junto a nueves músicos quienes entonaron las notas de las canciones en vivo sin ninguna música pregrabada para la presentación.
El departamento de vestuario fue encabezado por Georgian de la Ossa y Rossi de Vallarino quienes contaron con la ayuda de tres sastres a tiempo completo confeccionando vestuarios de acuerdo al contexto histórico de la época.
Hello Dolly marcó un inicio de remodelaciones para el Teatro en Círculo en cuanto a su escenario, equipo de sonido, un camerino extra, y un altillo. Por otra parte, la revista citó a la Sra Isabel de Nachio quien explicó que para aquella época “estas obras tenían un costo de $50.000 a $60.000”. El equipo “tras bastidores” se conformó por 80 personas encargadas del vestuario, muebles, utilería, y montajes que vayan de acuerdo a la época.
La obra se ensayó por más de seis semanas y se presentó por 36 noches. De ahí, Quinn siguió presentando estas grandes obras musicales como Sor-Presas, Noche de Luna Llena, Sir Henry el Pirata, Mi Bella Dama, y Sor-Cascanueces.
El trabajo de Bruce Quinn ocasionó tanto furor en los escenarios panameños que otros directores locales se atrevieron a presentar obras de Broadway en el país. Más adelante, profesionales como Edwin Cedeño, y Aaron Zebede contemplarían producciones en este género teatral.
El impacto de las obras musicales no solo se vio presente en los grandes teatros del país, sino en los colegios a lo largo de la capital. El Balboa High School al igual que el Instituto Alberto Einstein fueron los primeros colegios donde Quinn también dejó huella y dio inicio a producciones de teatro musical con presentaciones como West Side Story (Amor sin Barreras), Fame (Fama), Fiddler on the Roof (Un violinista en el Tejado), y The Wizard of Oz (El Mago de Oz).
El teatro siguió abarcando terreno y fuerza durante los años 90 en Panamá pero, tema que abarcaremos en la siguiente entrega, relatando las obras, y personajes quienes continuaron formando esta ola llena de cultura, música, y diálogo en los escenarios del país.