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Dujiangyan, santuario del panda gigante de China
- 14/09/2023 00:00
- 14/09/2023 00:00
En las montañas del Parque Chino del Panda Gigante de Dujiangyan habita, se reproduce y crece esta especie, conocida por su pelaje blanco y negro y por alimentarse exclusivamente de bambú. El panda gigante se ha convertido en un símbolo de lucha por la conservación, y un tesoro nacional del pueblo chino.
La reserva natural está ubicada en Dujiangyan, una ciudad al suroeste de China, en las afueras de Chengdú, capital de la provincia de Sichuan.
El parque es la base del Centro de Conservación e Investigación del Panda Gigante de China y de otras especies de la fauna silvestre. “El lugar es famoso por proteger y criar artificialmente animales salvajes en peligro de extinción, como pandas gigantes y pandas rojos. La zona es conocida como un paraíso natural para los tesoros nacionales y para nuestro mundo”, comentó Xie Yu, la guía y traductora que nos acompañó en este recorrido.
El parque es uno de los proyectos emblemáticos de la Región Administrativa Especial de Hong Kong en apoyo a la reconstrucción de la Reserva Natural Nacional Wolong, en Sichuan, tras el terremoto de 2008. Tiene una superficie de 50 hectáreas, adyacente a la zona de hábitat del panda gigante y cuenta con un clima y un entorno natural adecuados para estos animales. Ahí hay pandas de diferentes edades y con diferentes historias.
“Esta base tiene como misión rescatar a los pandas gigantes salvajes que están viviendo en las reservas naturales, y si tienen algún problema son trasladados aquí”, comentó Xie.
Precisó que actualmente el parque [Dujiangyan] es el único centro de investigación científica, protección y educación científica de China que integra las cuatro tareas de la prevención y el control de enfermedades del panda gigante, el rescate en la naturaleza, la cooperación internacional y la educación pública.
“Nuestra base [Dujiangyan], junto con la base de Wolong y la base de Bifengxia en Ya'an, son tres plataformas de demostración para la conservación del panda gigante”, dijo la guía.
El panda gigante es nativo de China y según el censo de hace 10 años, en todo el país hay unos 1.864 pandas salvajes y otros 700 viven en cautiverio. Tres provincias chinas son su hábitat natural: Sichuan, Gansú y Shanxi. Pero “el 60% vive en la provincia de Sichuan”, aseveró Xie.
Solo en la reserva de Dujiangyan hay más de 40 pandas gigantes y al año nacen entre 10 y 20 oseznos. Hasta antes de 2021, el oso panda gigante se encontraba en peligro de extinción en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y actualmente está en situación “vulnerable”, gracias a los esfuerzos de recuperación.
Hoy, el panda gigante solo habita de forma natural en territorio chino, en montañas cubiertas por floresta húmeda de coníferas, el hábitat ideal en el que crece el bambú, su dieta principal. Aunque también hay pandas que viven en cautiverio en otras partes del mundo.
Según datos de 2019, hay zoológicos con pandas en: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Indonesia, Hong Kong, Japón, Malasia, México, Países Bajos, Singapur, Corea del Sur, España, Rusia, Taiwán, Tailandia, Reino Unido y Estados Unidos.
“Los pandas de otras regiones del mundo están viviendo en los zoológicos [en cautiverio], pero todos son descendientes de los pandas de China”, apuntó Xie, destacando que “todo panda nacido fuera de China pertenece a este país y debe ser devuelto, aún cuando muere”.
La cuna de los pandas es además un atractivo para los turistas. Unas 10 mil personas visitan diariamente este lugar para ver a estos tiernos animales que se pasan la mayor parte del tiempo comiendo, es decir, unas 13 horas del día, mientras que las seis u ocho horas restantes las dedican a dormir, y el resto del día a jugar.
Los pandas gigantes son muy exigentes con lo que comen. El bambú es el 99% de su dieta, pero no comen cualquier bambú. Antes de comer, miran a su alrededor, eligen un buen bambú, se sientan bien y utilizan sus extremidades delanteras para doblarlo, morderlo a la mitad y arrancar la corteza con los dientes antes de comerlo, similar a como las personas comen caña de azúcar.
Las hojas de bambú las comen de otra forma. Las cogen en un puñado, las sacuden y luego se las meten directo al hocico. Los brotes de bambú los comen con más cuidado. Holgazanean entre la vegetación, mientras eligen los brotes más grandes y tiernos. Pelan con los dientes las cáscaras peludas de los brotes y los mordisquean con calma para comer solo la carne.
A cada panda se le da 50 kilos de bambú al día. Pero ellos solo se comen la parte esencial [la más tierna], unos 20 kilos al día, explicó la guía. Pero, además de bambú también comen otros alimentos. En la reserva, los cuidadores no solo preparan bambú fresco y sabroso para ellos, sino también manzanas, zanahorias y pan especial como tentempié para asegurarse de que estén bien alimentados y crezcan sanos.
Un panda gigante adulto necesita comer al menos de 10 a 20 kilos de bambú cada día para obtener suficiente energía y, además, debe reducir al mínimo la cantidad de ejercicio para mantener un metabolismo equilibrado.
El parque consta de seis villas con pandas de diferentes tamaños y otras especies silvestres; entre las secciones está el Jardín de Pan Pan, el Jardín del Manantial de las Mariposas [el terreno más alto del parque] y el Jardín Linze, la gran mansión que alberga a los acompañantes del panda gigante, como los osos negros, los pandas rojos y los crisolofos de vientre rojo. ¿Por qué el parque se divide en varias villas? La guía explicó que los pandas gigantes son animales solitarios por naturaleza y no les gusta convivir con sus congéneres. “Marcan su propio territorio y lo distinguen por el olor de las heces o la orina. Para los pandas gigantes no existe el concepto de hogar, les gusta vivir, comer y dormir en cualquier sitio”, comentó.
Los pandas gigantes tienen un fuerte sentido del territorio, y cuando conviven con otros pandas, seguro que van a acaparar comida y a luchar por el territorio. Por eso, para evitar esas incomodidades, en cautividad los pandas pueden vivir con sus compañeros cuando tienen entre medio y dos años, pero después de ahí viven solos. En la naturaleza, viven con sus madres hasta que tienen un año y medio, después deben dejarlas para vivir solos y establecer sus propios territorios.
Si habitan en la naturaleza, según explicó Xie, la esperanza de vida media de los pandas gigantes es de solo 18 a 20 años y en cautividad de 25 a 30 años debido a que se les puede tratar a tiempo cuando tienen enfermedades y la nutrición es suficiente.
Los pandas salvajes y en cautividad se aparean de forma diferente. En cautividad, debido a las restricciones alimentarias y de entorno vital, los pandas pueden tener un declive en su estado de salud, falta de vitalidad, y se traduce en que los pandas adultos tienen dificultades con el celo, pero tras años de investigación, se han superado con éxito esas “tres dificultades”.
Así, de marzo a mayo de cada año, cuando la nieve se derrite y aparecen las flores de primavera, las hembras adultas entrarán en celo una tras otra. Los pandas gigantes son animales solitarios, y debido a esta dotación única se comunican entre sí principalmente a través del olor en vez del sonido, uno de sus métodos importantes de transmisión de información. Así pues, “cuando salen a buscar pareja, las hembras se comunicarán a través de la orina y la secreción de las glándulas perianales para transmitir la información a los machos que las rodean; una vez que un macho se siente atraído y se encuentra con la hembra, pasan a comunicarse por sonidos”.
Tras el apareamiento se abandonan y siguen viviendo solos como antes. La gestación, parto y crianza de las crías, los realizarán las hembras de forma independiente. Tienen un periodo de gestación muy peculiar, que varía mucho de unos a otros. Su periodo normal de gestación es de poco más de 80 días. Un periodo de gestación superior a 70 días puede significar que el óvulo fecundado está en estado libre y, por tanto, tarda más en encamarse.
Las madres de panda gigante suelen parir uno o dos oseznos por camada, y ocasionalmente trillizos. Sin embargo, solo tienen capacidad de alimentar a una cría. Por eso, después de parir las hembras solo elegirán a un osezno fuerte para criarlo, mientras que el otro será abandonado, un fenómeno conocido como “abandono”.
En la naturaleza, los oseznos de panda son abandonados a su suerte, pero “aquí en el Centro de Conservación e Investigación el destino de los abandonados es completamente diferente, porque los cuidadores los criarán en la guardería mediante técnicas de crianza artificial”, dijo Xie. “Por cada tres pandas hay dos profesionales dedicados a sus cuidados”, agregó. Y es que tras años de esfuerzos, según explicó Xie, los científicos de estas instalaciones han conseguido logros mundialmente reconocidos en la investigación y conservación del panda gigante, como la cría artificial de pandas gigantes, estableciendo la mayor población del panda gigante en cautividad. Así, el número pasó de 6 en 1983 a 283 a finales de 2018, lo que “representa casi el 60% del total del mundo”.
También se constituyó en la plataforma más importante para la cooperación y el intercambio internacional y nacional de pandas gigantes, y se ha llevado a cabo una cooperación de investigación científica con 18 zoológicos de 16 países y regiones. Además obtuvo un nuevo logro en la liberación de pandas gigantes en la naturaleza, con 11 pandas gigantes liberados con éxito desde 2003. “Esperamos que todo el mundo se preocupe más por los pandas y apoye su conservación”, puntualizó Xie.