Detrás del telón de 'Maestra Vida'

Actualizado
  • 05/03/2023 00:00
Creado
  • 05/03/2023 00:00
Crear una obra teatral musical es un trabajo que requiere meses, hasta años. El equipo de producción del musical de Rubén Blades abre las puertas de sus salones de ensayo a La Estrella de Panamá para relatar cómo ha sido la preparación de espectáculo
Bailarines y actores durante el primer ensayo con la orquesta musical.

“Posiciones para iniciar, posiciones para iniciar”, repite varias veces la coreógrafa. “Esta es la tercera llamada”, bromea alguien del elenco. Cada persona se ubica en su lugar y ordenan objetos que son parte de la escenografía –carteles, pelucas, plantas, ropa-. En una esquina colocan una mesa improvisada con elementos plásticos, encima hay piezas de dominó y un juego de cartas. Quienes no aparecen en las primeras escenas esperan alrededor del salón, orillados en las paredes con espejos. “Tratemos de actuar”, dice el director justo antes de iniciar el último ensayo general del musical “Maestra Vida”, el último antes de entrar al Teatro Nacional.

Uno de los actores comienza a hacer su parte, extrae un saco y un sombrero de una carretilla, habla mientras se escuchan sonidos ambientales de fondo colocados por un joven desde una computadora. Un niño se ubica en el centro del salón y conversa con el otro personaje, minutos después Pedro Navaja pasa corriendo mientras es perseguido por la policía. El director hace correcciones a medida que avanza el ensayo, no los detiene.

La cita estaba pautada para las 8:00 p.m., pero comienzan unos minutos después. Antes de eso, el elenco ayuda a bajar varias cajas de un carro tipo camioneta, estas contienen los objetos de la utilería. Los actores, bailarines y equipo de producción visten ropa cómoda. “La mayoría tiene otro trabajo durante el día”, comenta el productor Augusto Posso, mientras bebe un café.

La idea de hacer un musical de Maestra vida
Actores durante el último ensayo general, antes de entrar al teatro.

“La idea comenzó a resonar en mi cabeza desde el año 2005, cuando vi el montaje de Bruce Quinn y dije: 'este proyecto hay que llevarlo mucho más allá'. En ese momento yo estaba pensando en estudiar producción de cine y decía: 'hay que hacer una película de eso'. Entré a la universidad y todo eso quedó resonando en mi cabeza”, recuerda Posso.

No fue hasta el año 2016 que el productor preguntó en su cuenta de Facebook si alguien tenía una forma de contactar a Rubén Blades, con la intención de solicitar los permisos necesarios para utilizar los temas de 'Maestra Vida'. “Maravillosamente todo se empezó a dar de una forma que no sé explicar, estoy seguro que Dios tiene mucho que ver en esto”, añade.

Luego de intercambios de correos electrónicos y llamadas telefónicas logró reunirse con Blades. “Le conté lo que tenía pensado, me contó muchos detalles de lo que tenía en su cabeza, él siempre había querido llevar a 'Maestra Vida' un poco más allá y me dio la autorización para hacer el cortometraje que se estrenó en el 2017 y está en Youtube”, relata Posso.

El “cariño y la conexión” con la obra siguió viva en Posso. En agosto de 2021, solicita un nuevo permiso para hacer el musical, Blades respondió que no podía dar los derechos porque no existían como libreto. Sin embargo, el cantautor le dio la oportunidad de crear uno, el productor contactó al guionista Renán Fernández y le dijo: “empezamos la tarea, tenemos que llevar un libreto respetando los personajes del maestro y llevando todos los detalles que tienen”, agrega.

Actores en el salón de ensayo, días antes de estrenar el musical.
17 versiones del guion para lograrlo

“El guion principal que era para entrega y revisión me tomó cuatro meses y medio, inicié en diciembre del año 2021 y en mayo de 2022 nos reunimos para la primera lectura y a partir de ese texto he desarrollado 17 versiones más. Lo primero para crear un texto teatral es realizar un proceso investigativo, cuando uno inicia un guion de cero, va armando una estructura adaptada a la temática que se quiere abordar, en este caso, el tema está relacionado con las canciones del álbum 'Maestra Vida', lo que le imprime una responsabilidad enorme”, expresa el guionista Renán Fernández a La Estrella de Panamá.

Fernández revela que se reunió con Blades, quien le dio información que no se percibe en las canciones “y que las personas desconocen”.

Antes de sentarse a escribir, el guionista estuvo un mes escuchando el álbum completo todos los días, “ya yo lo conocía, pero cuando lo empiezas a ver de esta manera, ves todos los mundos que no se tenían planteados inicialmente, una vez ya tenía el planteamiento empecé a acordar cuál era la estructura en la que iba a desarrollar la historia”.

El director de Maestra Vida, Edwin Cedeño, dando instrucciones al elenco.

“Cuando ya teníamos eso claro empecé a decidir cómo generaba la historia, con antagonistas y protagonistas, con canciones adicionales del maestro Rubén Blades que son muy icónicas, que ayudaron a generar ese texto”, añade Fernández.

Del texto a la escena

Durante el ensayo no hay escenografía, todo es imaginario. En una esquina hay unas sillas plásticas que fingen ser las de un bar. Hay dos actrices a cada lado del salón con elementos que sugieren que están en unos balcones. Luego, a medida que se involucra el resto del elenco y los bailarines, van agregando objetos que simulan que están en una cárcel, un cementerio, una fiesta… Así van pasando de un 'lugar' a otro.

Desde una silla, en lo que sería la parte frontal del salón, está sentado Edwin Cedeño, el director. Casi ni parpadea, sus ojos verdes parecen multiplicarse de lo rápido que pasa la mirada por cada personaje, verifica cada objeto, entra y mueve a los actores de lugar. El ensayo sigue sin detenerse.

Parte del elenco en un ensayo en el Teatro Nacional, días antes de estrenar la obra.

“Es una versión original, un libreto nuevo, no necesariamente utilizamos todos los diálogos que están dentro de los álbumes, una obra de teatro musical en la que usamos las canciones del maestro Rubén Blades. Contamos la historia de 'Maestra Vida', sus personajes, el barrio y su gente que sufre, ama, persigue sueños, protestan ante las injusticias de la vida y así es la historia de la humanidad”, agrega Cedeño.

Cuando el libreto llega a manos del director, lo transforma de texto a guion escénico, “transformar eso que se escribió en algo que se pueda ver y contar de una manera interesante. Lo primero que hago es preguntarme ¿qué hago para llamar la atención del público?, una vez que vengan por la música ¿qué hago para la gente se meta en la historia?”.

De acuerdo con Cedeño, las obras de teatro tienen diferentes tipos de procesos dependiendo del tipo de montaje, la duración o la complejidad del libreto. “El teatro musical es mucho más grande porque involucra actuación, música y danza. Entramos como en el género del espectáculo y hay que darle eso al público”, comenta el director.

Ya pasa más de una hora desde que inició el ensayo, hacen una pausa de cinco minutos y regresan. El cansancio -si lo hay- es disimulado por la pasión que siente cada miembro del equipo por la obra. Se aplauden, se abrazan y se felicitan entre ellos. Dan lo mejor de cada uno, hay entrega, hay energía, hay lágrimas…

Músicos de la orquesta oficial de Rubén Blades dirigida por Roberto Delgado.

“Buscamos que sea interesante artísticamente, que el público pueda apelar a otras emociones, tenemos algunas escenas de las cuales me siento muy orgulloso, escenas muy innovadoras que espero que la gente pueda apreciar”, expresa el director. El mismo que minutos antes le pedía a uno de sus actores que llorara sonriendo, “llora sonriendo, llora, sonríe y llora”, le decía con intensidad.

Roberto Delgado y Orquesta

Pasadas las 11 de la noche de aquel día, finaliza el ensayo. Todos aplauden, abrazan al productor, él llora. Al día siguiente es el ensayo con la orquesta. Esta vez, la cita es a las cinco de la tarde, inician puntual. Los músicos del maestro Rubén Blades están ahí con sus instrumentos, tocando en vivo, los actores ensayan sus canciones y los bailarines sus coreografías.

“Una vez puestos de acuerdo con el director, hicimos los ajustes para que cada versión quedara como ellos la necesitan para la obra y está funcionando muy bien. El director fue haciendo arreglos desde que empezaron a ensayar, los últimos me los entregaron el domingo de carnaval”, relata a este medio Roberto Delgado, director de la orquesta de Rubén Blades.

El montaje musical empezó desde octubre de 2022

“Estas cosas no son tan fáciles como la gente piensa, para trabajar los arreglos se debe escribir cada instrumento, uno por uno y eso toma meses, esto no es una cuestión de una semana. Cuando ya tenía una idea de cómo sería la música que se iba a utilizar de base, se la envié a los músicos para que cada uno fuera practicando, cuando nos juntamos ya sonaba bastante acoplado”, detalla Delgado.

El primer ensayo con la orquesta dura unas cinco horas. Se detienen varias veces para coordinar cuándo debe entrar la orquesta, cuánto debe durar la canción y cuándo debe terminar. En una esquina están los bailarines, en la otra el resto del elenco y en otra los músicos. “¿Cuántos pregones son?, “vamos desde donde entra el coro: un, dos, un, dos, tres…”, “estén atentos los actores que tienen líneas”, son algunas de las frases que se escuchan mientras transcurre la práctica.

Preparación en el teatro

Tras meses de preparación entre ensayos, arreglo musical, creación de la escenografía, confección del vestuario, montaje de la coreografía, lágrimas, risas, horas sin dormir y el cabello que se le terminó de caer al director -según bromea él-; entran al Teatro Nacional, cinco días antes de que estrene la obra.

El domingo entra luces y sonido. “Luces baja todas las barras del escenario que vienen desde el techo, colocan lo que necesitan, las suben y empiezan a hacer el diseño de iluminación, pero a la vez, esas barras las comparten con sonido, es un trabajo en conjunto”, explica Posso.

“El lunes entró escenografía, ellos traen paneles, martillan, hacen escaleras, paredes, de todo, avanzan como 75%, es un proceso largo, al día siguiente se termina. Se sigue probando el audio, todos los días los músicos y actores hacen una prueba de sonido para ecualizar el sonido según la voz de cada actor”, añade el productor.

Ese mismo día prueban vestuario, en un salón se encuentran varios percheros cargados de prendas, hay mesas sobre las que están los implementos que forman parte de la utilería de la obra. “El día de la obra cada actor, al llegar, se coloca el micrófono, busca su vestuario y su utilería”.

Cuando iniciaron los ensayos hace tres meses, se inició la creación de la escenografía, “ellos vienen trabajando en el taller y nosotros íbamos, hacíamos inspección o ellos nos mandaban fotos de cómo iba todo”. Igualmente, ocurrió con el vestuario.

El sueño hecho realidad

El musical que empezó a 'cocinarse' desde el año 2021, llega a las tablas del Teatro Nacional, del 3 al 12 de marzo. En escena están más de 50 artistas, pero en total, un equipo de casi 100 personas hace realidad el sueño de llevar los álbumes del maestro Rubén Blades a un musical. Entre el grupo de colaboradores destaca también el trabajo de Yilca Arosemena encargada de la coreografía, en la dirección vocal Dino Nugent y asistencia de Dayra Torres.

El resultado de la entrega de cada persona es un musical que viaja en el tiempo, una historia que transcurre en el año 1975 y podría adaptarse a cualquier país de Latinoamérica. Para Posso es difícil hablar sin llenarse de sentimientos, con ojos llorosos y voz quebradiza expresa: “uno mira hacia atrás y ves todo lo que has trabajado por esto y ahora es una realidad, antes solo estaba en la cabeza”.

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