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Conocimiento de la narrativa, una carencia del aspirante a concursos literarios
- 23/11/2022 00:00
- 23/11/2022 00:00
Este año se declararon desiertos dos prestigiosos concursos literarios: el premio Tristán Solarte y el Concurso Nacional de Literatura Octavio Méndez Pereira (novela). Aunque el jurado no señaló una deficiencia única en las obras, el poco conocimiento de la prosa narrativa es uno de los principales problemas que tuvieron los aspirantes.
La escritora y miembro del jurado del certamen de la Universidad de Panamá, Alondra Badano, comentó que en la evaluación de las 26 obras que participaron para la edición 2022, se reflejó “muy poco conocimiento de lo que es una obra narrativa”.
“La gente piensa que una biografía es una novela, o cree que juntando algunos datos que tienen de algo que pasó, por ejemplo, en un año y que coincide con otro evento que pasó en otro año (...) hacen una especie de texto, y eso tampoco es una novela”, detalló la también docente.
La carencia se refleja también en los escritores que participaron en 2021. “El año pasado fui [miembro del] jurado [del Concurso Nacional de Literatura Octavio Méndez Pereira] en teatro y se presentaron los mismos problemas”, así como el “tratamiento de los personajes”, la poca lectura de los grandes clásicos y la repetición de las mismas “temáticas”.
“En Panamá estamos demasiado cerrados a temáticas rurales, de los hechos históricos, del Canal de Panamá, o sea, tenemos que salir al mundo y ver más allá. (Hay) obras metidas en el siglo XIX y muy poca imaginación”, agregó la catedrática a La Estrella de Panamá.
Por su parte, el escritor y juez del premio Tristán Solarte, Osvaldo Reyes, señaló que los concursos desiertos parecieran algo fuera de lo habitual, pero no es la primera vez que esto pasa.”Tome, por ejemplo, nuestro máximo galardón, el premio Ricardo Miró. La sección novela se ha declarado desierta en siete ocasiones, al igual que la sección cuento. La sección ensayo se declaró desierta en cinco ocasiones, la última el año pasado”.
Por caprichos del destino, el Tristán Solarte fue solo el primero de una racha de reconocidos premios literarios que también se declararon desiertos, agregó Reyes, como el Concurso Octavio Méndez Pereira (género novela) o el premio Herralde de novela.
“Los fallos de estos concursos aducen argumentos muy similares a los usados por el jurado del Tristán Solarte. ¿Por qué ocurre? Las razones son muchas, pero lo que los escritores deben recordar es que no es lo mismo publicar que participar en un concurso literario”, apuntó el autor de El efecto Maquiavelo.
Pedro Crenes Castro, otro juez del certamen que además galardona obras publicadas, remarcó que “cada novela tenía sus propias carencias: En algunos casos era evidente un desconocimiento del género novela y luego del tipo de novela que se escribía, es decir, noir, criminal, suspense o thriller, de terror, gótico, policíaco, histórico o de ciencia ficción y fantasía'. Hay un amplio desconocimiento de los géneros”.
“Además, no hay que olvidar que ningún premio debe galardonar a la menos mala de las obras. Eso sería un grandísimo fracaso para nuestras letras. Un jurado que premie obras que sabe que no cuentan 'con los méritos necesarios para ser premiada', se hace a sí mismo un flaco favor y rebaja la calidad literaria a un nivel que sería muy difícil de remontar”, agregó Castro a este medio.
De acuerdo con el ganador de la categoría cuento del Concurso Literario Ricardo Miró 2005, Enrique JaramilloLevi “si no se ha leído muchas buenas obras literarias universales y locales, y escrito mucho y con una férrea disciplina, además de corregir bastante los propios textos siempre, es por gusto querer ser un buen escritor, mucho menos competir en un premio de alto nivel nacional o internacional”.
En este sentido, añadió el autor de Modus operandi: Escribir sobre escribir, “los talleres y diplomados literarios (como el de la Universidad Tecnológica de Panamá, que lleva 21 años de existencia) son de una gran utilidad, siempre y cuando los profesores sean escritores idóneos y no pretendan imponer su propia ideología o estética a los talleristas”.
A pesar de estos desiertos se han otorgado galardones en 2022 a escritores como Epidio González, quien ganó el Premio Nacional de Poesía Gustavo Batista Cedeño por su poemario Temblor y caída. Evelyn Lozano Pinzón ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, rama cuento “Hersilia Ramos de Argote” 2022, de la Universidad Tecnológica de Panamá.