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Un calvario en la Semana Mayor
- 08/04/2023 00:00
- 08/04/2023 00:00
Más de 2,400 millones de cristianos en el mundo conmemoran la Semana Santa, una festividad que, según la fe cristiana, rememora el nacimiento, muerte y resurrección de Jesucristo. Una fecha que, aunque es recibida con alegría por la mayor parte de los seguidores de Cristo, para un sector de la población cristiana, trae consigo un calvario.
El pasado 3 de abril el sacerdote panameño Donaciano Alarcón, quien cumplía una misión en Cusmapa, Nicaragua, fue expulsado durante la noche, por órdenes del gobierno del mandatario Daniel Ortega, luego de que organizara una procesión por Semana Santa, frente a la parroquia que tenía bajo su cargo, detalla el Panorama Católico.
Al igual que Nicaragua, hay otras naciones donde la Semana Santa es una festividad limitada y, en algunos casos, prohibida. Tal es el caso de Corea del Norte, nación que ocupa el primer puesto en el ranking de persecución mundial a los cristianos, que desarrolla la organización Puertas Abiertas (2023), todos los años.
La nación asiática ha permanecido en la primera posición desde 2002. “Este año registra la puntuación más alta de su historia en persecución, que se refleja en un aumento de las detenciones de cristianos y un mayor número de iglesias en casa clandestinas que han sido descubiertas y cerradas”, detalla la Lista Mundial de Persecución (LMP).
“Los cristianos siempre han estado en la primera línea de ataque del régimen. Su objetivo es aniquilar a todos los cristianos del país. En Corea del Norte solo puede haber un dios: la familia Kim”, sentenció Timothy Cho, exiliado norcoreano.
El pasado año, las autoridades norcoreanas aprobaron una nueva ley denominada 'Ley contra el pensamiento reaccionario', que penaliza las publicaciones de origen extranjero en el país, incluyendo la Biblia, imposibilitando la conmemoración de la Semana Mayor.
A Corea del Norte se le suma China, territorio donde pese a que el cristianismo representa menos del 7% de las creencias religiosas en el país, esto se traduce en unos 96.7 millones de personas.
Durante el siglo XX, la religión cristiana fue asociada con el 'imperialismo occidental', llevando a Mao Zedong, ex gobernante del gigante asiático, a catalogarla como un “veneno” y generando una 'Revolución cultural' de dos décadas, para intentar erradicarla.
Actualmente, el escenario ha cambiado mucho, confesó Zhang Ming, un creyente chino, a Puertas Abiertas. “No doy por hecho (no lo puedo creer) que ahora podamos reunirnos como iglesia y que tenga mi propia Biblia; estas bendiciones no llegaron fácilmente”.
Desde los años 80, cuando la creencia religiosa fue permitida nuevamente en China, el gobierno estableció la figura de las 'iglesia oficiales', las cuales tienen que rendir cuentas a la Administración Estatal de Asuntos Religiosos, no pueden participar en actividades de fe fuera de las instalaciones de culto y deben incluir el lema “Ama a tu país, ama a tu religión”, en sus esquemas, lo que ha generado un incremento de las iglesias domésticas y clandestinas en ese país, las cuales son perseguidas por el gobierno, detalla información de la BBC y The New York Times.
Otra nación que ha limitado el desarrollo de la Semana Santa es Arabia Saudí, que cuenta con 1.2 millones de creyentes. “Arabia Saudí es una nación islámica muy conservadora y no se pueden practicar abiertamente otras religiones. No se permiten iglesias oficiales de ninguna confesión cristiana y sigue siendo uno de los pocos países del mundo donde están prohibidos los edificios eclesiásticos”, anotó Puertas Abiertas.
En la India se estima que hay 68.9 millones de cristianos, los cuales, según la ley, pueden reunirse, pues existe la igualdad religiosa y el porcentaje de iglesias está aumentando. Pese a esto, también está creciendo el número de estados que implementan leyes 'anticonversión' y la presencia del 'hindutva' también se incrementa.
El hindutva es una ideología que considera que solo los hindúes son verdaderos indios y que, los cristianos, musulmanes y otras minorías religiosas deben ser expulsadas por sus “raíces extranjeras”.
Otro caso complicado es el de Afganistán, nación que desde la toma del poder por los talibanes en 2021, ha establecido nuevas leyes que envían a los cristianos a la clandestinidad, lo que hace difícil precisar el número de creyentes que tienen y la celebración de Semana Santa.
“A medida que los talibanes consolidan el poder, a pesar de no parecer unificados, los cristianos convertidos tienen que adaptarse y amoldarse a la forma de sociedad rígida implantada”, apunta el documento de Puertas Abiertas, lo que representa una limitante al momento de conmemorar la Semana Mayor.
La realidad afgana es similar a la que vive Irán, donde 800,000 cristianos tienen que lidiar con un régimen que ve las iglesias en casa, como “un intento de los países occidentales de socavar el islam y su autoridad”. “Los dirigentes y miembros de iglesias en casa iraníes han sido condenados a largas penas de prisión y malos tratos físicos y psíquicos”, detalla la LMP.
Como estos casos, los cristianos en Somalia, Yemen, Eritrea, Libia, Nigeria, Paksitán, Marruecos, Egipto y otros lugares, experimentan acoso, persecución y restricciones para profesar su fe y conmemorar la Semana Mayor.
Hay casos en donde los elementos culturales son los causantes de que no se desarrolle la Semana Santa, como se acostumbra en occidente.
Entre las naciones que no celebran esta fecha por motivos culturales está Vietnam, que cuenta con 49% de budistas, según el censo de 2010 y no tiene una gran comunidad cristiana en su tierra. Japón, en donde el sintoísmo es la creencia dominante y no suelen conmemorar la Semana Mayor, o Corea del Sur, donde no se suele participar de este evento, de forma colectiva.
Aunque, América Latina y el Caribe, son sociedades de mayoría cristiana, en los últimos años algunos creyentes han visto obstáculos para el desarrollo de su fe.
En concreto, 1 de cada 15 creyentes en Latinoamérica, es perseguido por ser creyente, siendo uno de los casos que más llama la atención el colombiano, dado que se trata de un país con 95% de personas cristianas, pero que ocupa el lugar 22 en el ranking de persecución mundial a los cristianos, que desarrolla la organización Puertas Abiertas. Esto sucedo porque la persecución se da en zonas rurales, que están bajo el control de las guerrillas locales. “ Los líderes de las bandas tienen como objetivo a los hijos de las familias cristianas, intentando reclutarlos o secuestrarlos para socavar la iglesia y obligarla a desplazarse”, reseña el documento.
Otro escenario peculiar es el cubano, pues, aunque más de la mitad de la población es cristiana, la iglesia continúa siendo reprimida. “Las autoridades compilan una base de datos de iglesias y pastores considerados 'contrarrevolucionarios', lo que estos cristianos temen que sea otra forma de vigilarlos y controlarlos”, anota la LMP.
La relación del régimen con las iglesias siempre ha sido complicada, lo que ha hecho que muchos cristianos pasen a reunirse en la clandestinidad, en congregaciones no registradas, que de ser descubiertas acarrean sanciones.
“Funcionarios del gobierno se han unido a algunos de los grupos de WhatsApp que han creado las iglesias, y lo hacen para vigilar nuestras actividades”, explicó el pastor Jorge, quien prefirió guardar su identidad, en conversaciones con Puertas Abiertas.
La realidad en Nicaragua es más delicada, pues una investigación desarrollada por la abogada Martha Molina, plantea que el 2022 fue el año “más funesto” para la Iglesia Católica, en la nación centroamericana.
El documento compartido por Aci Prensa, alega que el pasado año cerró con 140 ataques perpetrados por la dictadura sandinista, a la iglesia.
Desde las protestas antigubernamentales de 2018, la tensión entre el gobierno de Daniel Ortega y el clero ha ido en aumento, llegando a detener de forma arbitraria a personal de la institución, como el obispo Rolando Álvarez, en marzo de este año, el cierre de cinco radios católicas, en agosto de 2022, la disolución de la Universidad Católica Juan Pablo II, en marzo de este año, la prohibición de viacrucis en febrero de 2023, la eliminación de la Organización de Ayuda Social Cáritas y otras acciones, en contra de la estructura de la iglesia en esa nación.
Actualmente, el regímen está analizando la posible suspensión de relaciones diplomáticas con el Vaticano, lo que dejaría desprotegidos a los representantes de la Iglesia, en ese país.
El sacerdote Miguel Keller, hace un análisis de cómo ha ido evolucionando la celebración de la Semana Santa en Panamá, durante la última década y los desafíos a los que se enfrenta
El sacerdote y doctor en Teología, por la Universidad Pontifica de Salamanca, Miguel Keller, considera que en Panamá la conmemoración de la Semana Mayor ha sabido preservar sus bases fundamentales, aunque las tradiciones culturales relacionadas a la fecha, varíen con el tiempo.
“La fecha de la Semana Santa está relacionada con la fecha de la Pascua y eso lo hemos mantenido a lo largo de los siglos”, aseguró Keller, en conversación con 'La Decana'.
Según Keller, la celebración de la cena, pasión y resurrección de Jesús, sigue siendo el núcleo de estas festividades en Panamá, aunque reconoce que los elementos culturales asociados a la época, sí han cambiado. Cita como ejemplo las procesiones, la práctica del ayuno o la abstinencia al alcohol, son los que han ido disminuyendo con el paso del tiempo, dejando como prioridad los pilares fundamentales de la Semana Santa.
Pese a esto, considera que el desafío que enfrenta la Iglesia Católica en Panamá actualmente, es el de seguir motivando a los jóvenes a formar parte activa de la conmemoración de la Semana Mayor. “En la medida que las nuevas generaciones son católicas, se mantienen esas tradiciones, pero cuando gran parte de la juventud se va apartando, el sentido cristiano de estas fechas se pierde y se visualizan como días de vacaciones”, analiza.
Ante esta situación, Keller plantea que se debe seguir impulsado la evangelización, la catequesis y el desarrollo cultural de la Semana Mayor, para incluir a más jóvenes en el desarrollo de la festividad y de su fe.
La importancia de desarrollar el valor cultural de estas fechas es comprendida por el representante de Don Bosco, Guillermo Bermúdez, quien plantea a través de sus redes sociales la posibilidad de estimular el turismo religioso en Panamá. “En ciudades como Sevilla [España], el turismo religioso genera un impacto económico cercano a los $400 millones”, plantea el funcionario.
Bermúdez considera que este tipo de turismo puede ser un pilar fundamental de la economía en la Ciudad de Panamá. “Esto puede ser una oportunidad para promover el desarrollo económico y turístico de nuestro territorio”, concluye.