La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 26/04/2021 00:00
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Érase una vez, en un lugar llamado San Francisco de la Caleta, una hermosa playa de blancas y negras arenas, de enormes caserones que hacían de astilleros, donde los niños podían jugar. Lugar de bonitos letreros con nombres exóticos como D'Ángelo o Náutico, que anunciaban la presencia de restaurantes donde se consumían mariscos frescos y, más allá, una fila de casas populares donde el pequeño Blas, vivía con sus 7 hermanos.
Ahí, en un taller que no existía, un fructuoso árbol fungía de local de reparación; un hombre con soplete y alambre en mano emparchaba y cortaba latas para arreglar carros accidentados. Era el padre de la familia Petit, el chapistero del barrio de San Francisco… porque así era recordado.
Su estatura alta, su carácter alegre, su piel canela, su silueta movida por los ritmos caribeños, desnudaban su origen afropanameño. Regalando al joven Blas la capacidad de soñar a su madre dentro de sus oníricas pinturas… y fue el barrio de gente humilde, el níquel que ritmaba las canciones sobre los asientos de los diablos rojos los que ocuparon sus lienzos por muchos años.
Ahí, en ese lugar y en esos tiempos, nunca faltó el fruto para hacer chicha de marañón, así recuerda Blas.
¿Quién dijo que una vieja fotografía enmarcada en lo íntimo de la memoria, no nos logra emocionar? Pues hoy nos ayuda a recordar ese entorno de los inicios de los años setenta, donde el artista panameño Blas Petit nos acompaña con los recuerdos de su infancia y nos regala las respuestas a esta breve entrevista.
Ciudad de Panamá en el 1963, corregimiento de San Francisco de la Caleta, barrio Quinto Patio.
Porque pienso que ni los espectadores, ni las galerías, ven mis obras.
Cuento con un título técnico, una licenciatura en Artes Plásticas y ahora con un diplomado en Arte Contemporáneo.
Yo tuve la fortuna o la suerte de contar con profesores como Emilio Torres, Luis Aguilar Ponce, Luis Ola cireguí, Rafael Lung, Xenia Cerrud y Adriano Herrerabarria, forjadores de talentos.
Tercer puesto de honor de la promoción de Artes Plásticas 1980, dos menciones honoríficas 2010 y 2011, tercer Premio de pintura en el Concurso Nacional de Artes Visuales Roberto Lewis 2013.
Obras premiadas: 'Él Arca de Noé', 'Panamá de Ayer' y 'Negra Majestuosa'.
La obra se titula 'Recuento de una recopilación de bocetos y obras realizadas del periodo con un solo ojo en color sepia'.
Pienso que el arte en Panamá está en una repetición de lo mismo, por lo que necesita actualizarse para alcanzar otros niveles.
La comercialización del arte depende de varios factores: recomendación, precio, impacto, buena obra y un poco de suerte.
Mario Calvit, su obra de composiciones es simple y fresca, de trazos en movimientos que enmarcan su paleta de colores pasteles.
La obra del artista Joan Miró, surrealista, tiene música para los sentidos... sus trazos y es de composición libre.
Pablo Picasso, por pintar lo que pensaba, sin verlo.
He tenido influencias marcadas de todas partes en mi obra, pero llega el momento de ser uno mismo reflejado en tu obra, fluida, innovadora, sin miedo y trabajada con lo que tienes a tu alrededor.
El Arte Contemporáneo es el concepto renovado para una nueva obra con un lenguaje más exquisito e impactante.
Veo mi obra en el futuro más enriquecida, madura, fluida y compartida en otras latitudes.
El artista es un creador, que nace acompañado de un lenguaje en códigos artísticos, y que debe trabajar sin parar para mantener viva la inspiración.
La maestría es una revisión de capacidades de asimilación de nuevos conocimientos y la ejecución de lo aprendido.
Mi mundo, mi realidad, mí entorno, el “defiéndete como puedas, con lo que tienes”, todo usado, reciclado y en silencio junto a 7 hermanos.
Trabajar, observar, innovar, estar atentos a la evolución del arte, pensar libre, y esperar tu turno, tu momento mientras te preparas.
Mi cabello es blanco porque quizás yo sea descendiente de francés (risas). Petit significa pequeño.
A menudo nos toca escuchar que el camino hacia la maestría artística es la humildad. Y a menudo, en las entrevistas de todos los medios informativos panameños -realizadas a los pintores- sobresalta esta frase sobre la humildad del pintor.
Blas ha hecho un salto fugaz, que muchos entendedores de las artes han notado. Ha puesto a yacer momentáneamente todos los conocimientos adquiridos con mucha fatiga y devoción para abrirse a nuevas posibilidades, dentro de los nuevos conocimientos que esta modernidad nos brinda, poniendo en juego en primer lugar su capacidad creativa y experimental… sobre todo siguiendo la primera regla pedagógica de las Artes Contemporáneas: Pon a dormir tus conocimientos, para abrirte a nuevas posibilidades.
Es claro que, cada cambio debe ser acompañado bajo serios criterios pedagógicos de excelencia educativa, para evitar con ello un salto en el vacío, sobre todo para que esa fase de despojo y de humildad se sostenga con el apoyo excelso que permita hacerle alcanzar altas metas. La evolución conceptual que está cumpliendo Blas, lo coloca bajo nuevas responsabilidades, pero él ya aprendió a apagar sus luces internas, como también los fáciles llamados de sirenas, para gozar del privilegio de colocarse adentro del difícil sendero que conduce a la maestría. Sé que mi entusiasmo es compartido con todos aquellos que desde hace décadas lo han acompañado y bien conocen la fibra de su tesón personal.