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- 05/11/2019 00:00
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Año 2014. Parte de una moto BMW cayó sobre su pie derecho y destrozó uno de sus dedos. Esto afectó su caminar por lo que fue necesario utilizar, en primera instancia, silla de ruedas y luego instrumentos necesarios para volver a tener una marcha regular. Hoy, Ana Isabel Rincón Cedeño asevera que este incidente “ha sido uno de los momentos más importantes de mi vida”. Emprendedora y empresaria de 36 años de edad. Se define como consejera, sensible pero luchadora; visionaria, con sentido de responsabilidad social y dueña de una pasión innata hacia el turismo, área en la que se desempeña. Fundó y administra JafiServices, (jóvenes y adultos felizmente incluidos), una empresa de turismo mayorista dedicada a promover el turismo inclusivo, especializado en tres nichos del mercado, personas con discapacidad, comunidad LGBT y adultos mayores. Lejos de considerar el accidente del 2014 como una circunstancia desagradable, considera que fue la vía para empoderarse como mujer y empresaria. “Tenía dos opciones: llorar o vender pañuelos, decidí vender pañuelos”.
Con fe, creyendo en ti y saliendo a buscar esa oportunidad o ese por qué o para qué estás en esta vida.
Quedarse sentado y esperar que los demás te resuelvan la situación. Hay que avanzar, independientemente de la situación hay que buscar el apoyo de conocidos, de tu fe, de tus familiares de todos aquellos que están cerca de ti.
En Dios.
Antes a la muerte, ya no. Superé ese miedo cuando mi fe se hizo estable. Antes del accidente vivía en un mundo gris, todo era mal, a cada solución le veía un problema, realmente no me conocía a mí misma. Luego del incidente tuve ese encuentro que todos debemos tener con Dios, independientemente de la fe. Empecé a ser agradecida, ese fue uno de los cambios que hizo un clic en mi vida. Llegué a agradecer hasta porque no podía caminar. Ahora, luego de superar esa etapa, puedo ser referencia para otras personas que hoy están viviendo una circunstancia similar.
Un mar de lágrimas. Muchísimo. Sin embargo, hoy puedo decir que volvería a vivir toda la experiencia, pues gracias a ella, soy quien soy. Volvería a empezar porque el camino ha sido maravilloso, con caídas, que me han ayudado a encontrarme. He tenido vivencias únicas en este caminar. Lo más difícil como empresaria ha sido mantenerme a flote económicamente. Mi emprendimiento es mi único ingreso. Creo hasta ahora sigue siendo lo más complejo y me tocará unos años más poder establecerme económicamente.
Desasistido. Lamentablemente en Panamá no tenemos las adecuaciones ni las leyes se cumplen como deberían, para poder tener hotelería y sitios adecuados, a nivel de esparcimiento, para personas que tengan algún tipo de discapacidad sobre todo física. Para los que andamos en silla de rueda es muy difícil ingresar a los lugares turísticos. Queremos promover el país, pero entonces no tenemos ninguna adecuación en el interior del país para poder llevar y darles espacio a estas personas que tienen algún tipo de discapacidad. Sin embargo, recalco, que este nuevo Gobierno está trabajando el tema de inclusión ampliamente y están dando o tratando de dar espacio a estas personas.
Por supuesto. Cuando estuve en mi silla de rueda mi di cuenta de toda esta situación. A mí me gusta mucho viajar los fines de semana y no encontraba sitios para ir. En Panamá, de los cuatro hoteles de playa más grandes, con el servicio de todo incluido, solo uno tiene tanto piscina como habitaciones con las medidas y adecuación para que una silla de rueda pueda entrar. Destinos maravillosos, como por ejemplo, Bocas del Toro, para personas con discapacidad es casi imposible ir. Ahora hay algunos proyectos de diferentes cámaras de turismo del interior del país, por ejemplo Chiriquí y Veraguas, que están promoviendo su destino pero todavía no han desarrollado opciones para estas personas. He tenido conversaciones con alguno de ellos y tienen proyectos para lograr que el destino tenga accesibilidad. Es un tema que necesita el apoyo tanto del sector privado como del Gobierno. Hay tantas cosas que se pueden hacer a nivel de playas, estamos rodeados de dos mares espectaculares a los cuales las personas en silla de rueda no pueden llegar. Por lo menos en Colombia han hecho unas sillas de ruedas flotables para ofrecerles a estas personas la oportunidad de poder bañarse dentro del mar. En Europa y Estados Unidos es un tema bien desarrollado.
No. El año pasado hice el primer taller de personas con discapacidad para poder empoderarlas en áreas turísticas como trabajadores. Hay un gran potencial en ellos, están ávidos de hacer algo, apoyar el país y sentirse útil.
Panamá será de referencia para Centroamérica y la región si logramos integrar el Gobierno y la empresa privada. Estamos a tiempo de poder desarrollar un turismo inclusivo. Hay las motivaciones y ganas. Este gobierno está tomando el tema de la inclusión muy en serio, esperemos que a nivel de turismo también se vean los resultados de esto.
Escribir un libro, viajar a Grecia y dejar una descendencia.