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- 04/01/2025 00:00
- 03/01/2025 18:21
El mundo nos ha vendido que mientras más amigos tengamos, más exitosos, populares, reconocidos, famosos o cool somos; con base en ello y desde su génesis, la industria de las redes sociales desarrolló toda su infraestructura basada en egos y necesidades creando, a la larga, codependencia por ser aceptados por todos y para todo.
Esta necesidad casi obsesiva de tener seguidores, amigos, likes, etc., etc., ha llevado a que muchos jóvenes que no están preparados para ser resilientes y afrontar los desafíos de la vida, sus caídas, decepciones o adaptaciones, cometan, entre otras cosas, suicidios, sufran bullying o acoso porque no llegan a equis cantidad de “amigos” o cifras puntuales en sus cuentas.
Le planteo esto, amigo lector: presumamos que usted tiene mil seguidores en una de sus cuentas, ¿cuántos de ellos lo acompañarán en sus momentos más difíciles?, ¿cuántos le prestarán dinero si lo necesita?, ¿cuántos le darán un hombro de apoyo sin esperar nada a cambio?, ¿cuántos de esos mil realmente conoce y son sus verdaderos confidentes?
Ahora le planteo otra pregunta: ¿a cuántos de ellos necesita dejar ir para vivir una vida más sana dado que ellos no están preparados para usted? Esto es lo más difícil que tendrá que hacer en su vida y también será lo más importante.
Si en su círculo cero hay quien le encasilla, crítica, envidia y le hace listas para cambiar, no soporta que usted piense o sea distinto, habla mal de usted en ausencia y, cuando usted es con él o ella directo y asertivo, lo tacha de “conflictivo”, ¡debe alejarlo!
Usted no se imagina cuánto drena física y emocionalmente tener conversaciones difíciles con personas que no quieren un cambio.
Muchas veces, incluso, hay quienes han traicionado su propia autoestima para aguantarse groserías, rebajarse emocionalmente y permitir ser un trapeador, solo porque desea mantener la amistad de alguien en particular que, si llegara a observar las señales que le lanza, se daría cuenta de que no le valora ni quiere o que, peor aún, solo lo busca por un interés en particular.
El que esto suceda se debe en gran medida a que somos una especie social desde la época de las cavernas; ni el hombre ni la mujer nacieron para estar solos y es por ello que nuestro instinto hace todo lo posible para que ganemos el aprecio de quienes nos rodean, a costa de nuestro tiempo, energía, salud mental o física.
Conforme uno crece se da cuenta de que menos es más y, conforme pasan los años, solemos darnos cuenta de que nuestro real círculo de amigos es muy reducido, justamente porque pasamos malos e incómodos ratos en el pasado y ello nos hace valorar y entender qué es la verdadera amistad con el tiempo.
Cuando empieza a luchar por una vida llena de alegría, interés y compromiso hacia sí mismo, no todos estarán dispuestos a seguirle en ese viaje tan necesario.
Si al acabarse el interés por parte de otros es excluido, olvidado o ignorado en sitios públicos por las personas a las que les dedicó su tiempo, ¡déjelos! Ellos son los que pierden. La pura verdad es que usted no es para todos y no todos son para usted; le sonará a soberbia estas últimas anotaciones, pero, créame, no lo es.
Con el tiempo se dará cuenta de que pocos valorarán lo que es, pocos no le podrán etiquetas por lo que dice o hace y, casi nadie estará de acuerdo con alguno de sus pensamientos... ¡alégrese! Porque esos pocos al saber quién es y porque se tomaron la tarea de conocerlo no necesitan etiquetas o epítetos calificativos para describir.
Recuerde, cuanto más tiempo pase intentando hacerse querer, validar o valorar por alguien que no le interesa, más tiempo perderá y menos posibilidades tendrá para conectar positivamente con otra persona.
Cuanto más tiempo pase aceptando ser el tanque de basura de algunos y abriendo su corazón para que le tiren cargas negativas, más tiempo pasará para que comience a brillar por lo que es... ¿Ha tenido esa experiencia? Está tranquilo(a) en casa, le llaman para ponerle mil quejas, descargan toda su basura en usted, ya usted se siente angustiado y, cuando es usted quien quiere compartir lo que también ha vivido, prácticamente le tiran el teléfono.
En este 2025 lo más valioso que tiene en su vida es su tiempo y energía, y ambos son limitados. Otórgueselos a quien lo valore. No entregue su corazón y pensamientos en bandeja de plata a alguien que ni siquiera sabe comer en platos desechables. ¡Póngales fin a las relaciones tóxicas!
Cuando lo haga, comenzará a darse cuenta de que lo más importante que puede hacer por usted y por todos los que le rodean es proteger su energía con más fiereza que cualquier otra cosa. Haga de su vida un refugio seguro, en el que sólo se permita personas “compatibles”.
¡No es su trabajo existir para las personas que no le valoran! Si se siente mal, si se siente obligado, ello siempre será la raíz de todos sus problemas emocionales y hasta físicos.
Su única obligación es darse cuenta de cuánto vale usted para usted y respetar ese pacto personal; su otra obligación es decidir que merece una amistad verdadera, compromisos auténticos, llamados de atención con respeto, amor o criterio por personas sanas y prósperas que le valoren, en especial, porque nadie es perfecto.
El novelista francés Albert Camus decía: “No camines detrás de mí; no te guiaré. No camines delante de mí; no te seguiré. Camina a mi lado y solo sé mi amigo”.