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- 17/11/2024 00:00
- 16/11/2024 16:51
Desde el momento en que nacemos, todo en nuestra vida es cocreado. Nuestras primeras experiencias como bebés se generan en conjunto con nuestros padres y/o cuidadores primarios. Mariano Sigman, en su libro La Vida Secreta de la Mente, revela que los bebés desarrollan ideas complejas incluso antes de adquirir el lenguaje, desafiando la creencia tradicional de la mente como una “tabula rasa”. Estos pequeños seres ya poseen nociones básicas de moral, matemáticas y gramática, y su desarrollo cognitivo implica tanto el aprendizaje como el desaprendizaje de ciertos hábitos. Esta capacidad de desarrollar ideas de manera compleja nos muestra cómo la mente humana está preparada desde temprano para el proceso de co-creación.
La cocreación y el desarrollo cognitivo están entrelazados. Ambos implican la construcción activa del conocimiento, el aprendizaje y la resolución conjunta de problemas. Pero ¿qué significa exactamente este vínculo?
El desarrollo cognitivo se refiere al proceso por el cual las personas adquieren y perfeccionan habilidades mentales, tales como la memoria, el razonamiento, el lenguaje y la resolución de problemas. Desde una perspectiva constructivista, este proceso se da a través de la interacción con el entorno y otras personas. Al aprender, no solo acumulamos conocimiento, sino que participamos en un proceso de construcción continua que involucra también el desaprendizaje de conductas o pensamientos obsoletos.
Por otro lado, la cocreación implica la colaboración activa de varias personas para generar ideas, soluciones o productos innovadores. A través de este proceso, los participantes combinan sus conocimientos y experiencias para crear algo nuevo que no podría haberse logrado de manera individual. Esta dinámica es fundamental tanto en entornos de aprendizaje como en equipos de trabajo o situaciones familiares.
El coaching sistémico es una metodología que se basa en la idea de que las personas y las organizaciones forman parte de sistemas más amplios. Los problemas o desafíos individuales no pueden entenderse sin tener en cuenta el contexto y las relaciones que forman parte del sistema en el que operan. Este enfoque sistémico es ideal para abordar la cocreación porque reconoce que el crecimiento y la evolución no ocurren de manera aislada.
Uno de los aspectos más valiosos del coaching sistémico es su énfasis en las conversaciones cocreativas. Cada conversación tiene un efecto tanto en la persona que habla como en quien escucha, lo que abre una oportunidad para involucrarse conscientemente en este proceso natural. Conversar no es simplemente emitir sonidos; es, en su versión más elevada, co-crear un nuevo entendimiento.
Para que la cocreación en las conversaciones sea efectiva, es fundamental definir el propósito de la misma y entender que esta es parte de un sistema más amplio. En cada intercambio, los aportes individuales pueden expandir o limitar el resultado final. Los aportes que construyen dan vida y expanden el propósito común, son esenciales para la cocreación exitosa. Por otro lado, las formas tóxicas, que no suman, tienden a debilitar y marchitar el propósito inicial.
Cuando la cocreación se lleva al nivel de una competencia consciente, puede ser una palanca poderosa para mejorar los resultados en todos los campos en los que las relaciones son fundamentales: ya sea en la vida personal, el aprendizaje o el entorno laboral. Donde quiera que haya más de una persona involucrada, existe un sistema y una oportunidad de cocrear. Esto significa que la calidad de nuestras interacciones influye directamente en el éxito del sistema, sea este una familia, un equipo de trabajo o una organización.
El coaching sistémico proporciona las herramientas necesarias para comprender y mejorar estas dinámicas. Al tener una visión sistémica, tanto en el nivel individual como en equipos, podemos contemplar el impacto de nuestras contribuciones y cómo influyen en el resultado final. Esta conciencia nos permite tomar decisiones más informadas y asumir una mayor responsabilidad por los efectos que generamos en nuestras relaciones.
Finalmente, la cocreación bajo un enfoque sistémico es un proceso poderoso que nos invita a participar activamente en la construcción de nuestras realidades, desde las interacciones más pequeñas hasta los proyectos más grandes.
Si estás buscando transformar la manera en que tú, tu equipo o tu empresa enfrenta los desafíos, el coaching sistémico puede ser una herramienta fundamental. Este enfoque promueve la cocreación y la colaboración en todos los niveles, facilitando soluciones más profundas y sostenibles. Te invitamos a contactar a coaches especializados para descubrir cómo puedes implementar estas prácticas en tu vida y organización, y así alcanzar un nuevo nivel de desarrollo y éxito. ¡Es el momento de cocrear desde una visión sistémica!
La autora es coach ejecutivo, personal, sistémico y miembro del capítulo de Panamá.