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'The Last of Us', la aclamada historia detrás del videojuego llega a las pantallas
- 19/01/2023 00:00
- 19/01/2023 00:00
¿Qué tal si no fuera un virus lo que causara el fin del mundo, sino la evolución de un hongo capaz de convertir a los humanos en zombies capaces de infectar a todo el planeta? Es así como nos adentramos al mundo de The Last of Us, la serie adaptada del afamado videojuego del mismo nombre creado por Naughty Dog y Neil Druckmann en 2013.
Este nuevo estreno entra en el catálogo de producciones de HBO Max y presenta a los coprotagonistas Joel Miller (Pedro Pascal) y Ellie (Bella Ramsey).
La historia comienza en una versión ficticia de un talk show de 1965, donde epidemiólogos explican el control que ejercen los hongos parasíticos Cordyceps en los animales y cómo esta infección podría ser mortal para el planeta de presentarse la evolución necesaria para que dichos parásitos sobrevivieran en la temperatura corporal de los humanos. Luego saltamos a Austin, Texas, en 2003 donde conocemos a Joel y su hija Sarah, quienes deberán huir del comienzo de una pandemia de los parásitos que han convertido a una gran cantidad de la población en zombies hambrientos.
La serie hace una magistral transición a la ciudad de Boston en el año 2023, ahora con las secuelas distópicas de la pandemia, mostrando cómo Estados Unidos se ha convertido en un cascarón de metal y dictadura militar, mientras sus pobladores luchan por sobrevivir a la hambruna, la baja calidad de vida y la pobreza.
La adaptación de la historia del videojuego para la pantalla chica estuvo a cargo de Druckmann y el productor de Chérnobil, Craig Mazin, quienes logran capturar la crudeza de la pérdida, la tragedia y la brutalidad humana que surge a raíz de las adversidades. Desde el primer episodio vemos cómo la destrucción masiva, los ataques de fuerza abrupta y la persecución se erigen como pilares narrativos que sostienen las motivaciones de los personajes, junto con sus objetivos personales que conocemos a medida que la historia se expande.
Para los que no están familiarizados con el videojuego, Druckmann y Mazin logran capturar la esencia de este –aunque la línea de tiempo y otros detalles hayan sido alterados– con una adaptación de guion sensible y una producción que asemeja los movimientos de cámara, iluminación y escenografía que nos hacen sentir que realmente vemos las escenas de un videojuego en la pantalla, aunque ahora no tenemos el control de los personajes.
En su estreno, la serie parece querer encajar mucha historia en un solo episodio, sin embargo, la fluidez de las escenas y los diálogos entre los personajes principales y secundarios permite que el tiempo pase tan rápido que no logramos darnos cuenta cuando llega el final y debemos esperar para ver a Joel emprender un nuevo viaje fuera de la zona de cuarentena en que se ha convertido su ciudad.
Es en este primer vistazo que conocemos a Ellie, una joven de 14 años que guarda un propósito “más grande que el de cualquiera” en medio de la situación posapocalíptica que le rodea, cargada de una actitud desafiante y la impulsividad de quien ha vivido cautivo toda su vida. Y Joel, en sus 50 años, quien trabaja día y noche para obtener recursos y es atormentado por un pasado que no puede olvidar. Pero un plan tercero obliga a Joel a emprender una misión que desafía sus capacidades y la habilidad de sobrevivir a un mundo infectado –metafórica y literalmente– y a sus propios miedos.
Si bien hay grandes cambios en el formato narrativo de la serie que difieren de la experiencia del videojuego, estos no interrumpen el punto al que quiere llegar la serie con su tono y desarrollo. La nostalgia, la pérdida y la resiliencia hacen de la conexión entre los personajes un hilo realista y fuerte que va haciéndose más tangible con los minutos.
La aparición de Sarah (Nico Parker), hija de Joel, es una adición conmovedora y devastadora de la historia que ofrece pequeños momentos de la vida, antes de la pandemia inminente, vistos a través de sus inquisitivos ojos adolescentes, otorgándonos una conexión más profunda con ella antes de que nos separemos repentinamente más adelante en el episodio. Estas primeras escenas hacen un trabajo fantástico no solo al relacionarnos con un mundo que alguna vez fue familiar, sino también con la relación paterna clave de Joel y Sarah, ambos contextualizando información clave de una manera impresionantemente emocional.
La técnica artística que muestra esta primera vista nos deja en evidencia que los próximos episodios serán devastadoramente intrínsecos con la realidad de la humanidad y sus problemas, pero también sus esperanzas, mientras caminamos con Joel, Elli, Tess (Anna Rov) y Marlene (Merle Dandrigde), hacia lo que hay más allá de la seguridad frágil de la zona de cuarentena.
Dandridge, quien regresa al mismo papel que posee dentro del videojuego, muestra a la líder de la rebelión llamada Luciérnagas, que busca derrocar la dictadura militar a la que se ha sujetado el país, para obtener libertad y democracia nuevamente. Pero con cualquier rebelión, la necesidad de recursos, movilización y equipo humano supera a Marlene, quien al ver la baja en sus números encomienda a Joel con Ellie, a quien deberá llevar a través de Estados Unidos a una base especial donde podrán mantenerla a salvo.
Tanto Tess, como la fiel colega de Joel y experta en negociar con traficantes, como Marlene, producen dos líneas narrativas y emocionales distintas, pero con gran significado para el futuro de Joel y Ellie en la serie. También son impresionantes los lugares en los que trabajan estos personajes, con los guetos mugrientos y las calles deterioradas de Boston, que emiten un sentido tangible de lugar, donde cualquier definición de vida cómoda se ha desvanecido hace mucho tiempo. Los comerciantes locales y los vecinos amistosos ahora son reemplazados por contrabandistas de drogas y ejecutores armados.
Lo que destaca de The Last of Us como adaptación, es su capacidad de ser fiel y lo más parecida a su material original, con líneas y situaciones casi calcadas, pero que mantienen lo emotivo de su esencia. Una de las mayores quejas de aquellos aficionados a los videojuegos es la falta de seriedad al momento de llevar las historias a la pantalla; se cuentan ejemplos como Resident Evil o Halo, cuyas adaptaciones dejaron más decepción que satisfacción entre la comunidad de gamers.
Debido a esto, la llegada de Joel y Ellie ha sido muy anticipada por los fanáticos, siendo una luz al final del túnel para reivindicar las adaptaciones de videojuegos a la televisión.
Si el primer episodio es un indicio de lo que nos espera para el resto de su primera temporada, tanto fanáticos como recién llegados podrán disfrutar de una serie cargada de drama, acción, comedia y giros inesperados a lo largo del crecimiento de las relaciones entre los personajes y las batallas que tendrán que enfrentar.
El estreno de The Last of Us hace un gran trabajo al prepararnos para la montaña rusa de emociones que se avecina.
Su inicio sienta las bases de la tortura emocional lista para lastimarnos en cada paso del viaje. Un elenco en la cima de su juego con el arte técnico detrás de la cámara para igualar nos lanza a un mundo al borde del cataclismo antes de catapultarnos brillantemente a uno que se ha sumergido en las profundidades de este.
Implacable e impecable durante la mayor parte de su larga duración (80 minutos), The Last of Us es entretenido, incluso cuando se nos presenta nueva información a toda velocidad.
Una trama conmovedora, pero explosiva, resume todo lo que hace que el capítulo inicial de la historia del videojuego sea tan especial, ya sea la primera o la centésima vez que te impresiona.