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- 18/02/2021 00:00
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En 2008, la cantante estadounidense Britney Spears entró en una curatela judicial tras quedar expuestas sus luchas emocionales en los tabloides internacionales. Desde entonces, su carrera (y su vida) ha quedado a control de su padre, Jamie Spears, y ahora con 39 años, una de las más grandes artistas de la música estadounidense se encuentra en una lucha judicial contra él, en busca de su libertad y hacer que su voz sea escuchada tras más de una década.
En el nuevo documental creado por el diario estadounidense, The New York Times, la productora y directora Samantha Stark detalla la historia que arrasó con los tabloides y lo que hay más allá de lo que se ve a simple vista. Uno de los temas más tocados dentro del largometraje estrenado la semana pasada en la plataforma de streaming Hulu, es la lucha judicial de Spears contra su padre y la búsqueda de este por manejar su millonario patrimonio y decisiones con respecto a su carrera artística.
“Mi cliente me ha informado que tiene miedo de su padre”, comentó a un juez el abogado de Britney Spears, Samuel Ingham, asignado por el tribunal, en una audiencia judicial el pasado noviembre, recopilada por The New York Times, “no volverá a actuar si su padre está a cargo de su carrera”.
La curatela a la que está atada Spears permite que su padre maneje sus finanzas (una fortuna estimada en más de $60 millones), y custodie su bienestar físico y mental, así como su interacción con sus hijos Sean y Jayden.
Mucho se ha hablado de la crisis de Spears en 2007, cuando cayó en una espiral de estrés y se rapó la cabeza, siendo vista por más de 70 paparazzis y cuyas fotos se volvieron virales en el mundo, de la noche a la mañana. Aún así, poco se conoce de lo que sucedió después y la razón real por la que su padre se convirtió en el controlador de su vida artística y personal en muchos aspectos, objeto en el cual se centra 'Framing Britney Spears'.
“Britney está increíblemente bien documentada y hay tanto por ahí, que hubo una sobrecarga de material”, dijo la archivista del equipo de Stark, Johanna Schiller a The New York Times. “Lo que fue un desafío, fue encontrar los momentos importantes en ese océano de cosas y tratar de identificar material que no había estado en la palestra pública antes”.
El gran avance de Stark fue hacerse amiga de Felicia Culotta, íntima amiga de Spears desde la juventud y quien viajó con ella por muchos años durante su carrera, documentando momentos especiales con cámaras desechables y fotografías de revelado.
Fue Culotta quien entonces brindó un nuevo espacio de investigación de la vida de Spears, quien no ha dado entrevistas públicas en años y cuya críptica cuenta de Instagram es la única ventana abierta que tienen sus seguidores en la actualidad.
Además de su lucha judicial, se han hecho presentes los gritos de sus fanáticos y la campaña 'Free Britney!' ('¡Liberen a Britney!'), iniciada por un grupo de seguidores que trata de sacar a la luz la posible “violación de libertades civiles” que considera es parte de la curatela de la cantante. Sin embargo, muchos de los informes judiciales acerca de los detalles específicos de la curatela siguen sellados y prohibidos al público. A esto se ha añadido una corriente de revistas y tabloides reconociendo el error de presentar las tribulaciones de la cantante de forma frívola.
“Su historia llegó en un momento en que las revistas impresas buscaban la historia de la semana”, dijo Jen Peros, exeditora de Us Weekly a The New York Times, “y cuando encontrabas a una celebridad, lamento decirlo, girando en espiral o actuando de manera anormal, eso fue la historia. Y sabíamos que vendería revistas”. Así como Us Weekly llenaba sus portadas semanales con historias de las luchas de Britney, otras publicaciones como la revista People y la revista OK! alimentaban a sus lectores con la “siguiente historia” del caos que sumía a Britney a sus 25 años.
La fama de Spears la ha seguido desde que a sus 11 años fue integrada al reparto del Mickey Mouse Club, donde otras estrellas como Justin Timberlake, Christina Aguilera y Ryan Gosling se presentaban en un show de canto y baile en 1992. A sus 16 años ya era una estrella del pop en el país estadounidense y fue aumentando con los años hasta ser reconocida en todo el mundo con canciones exitosas como 'Toxic', 'Hit me baby one more time' o 'Slave 4 you'.
Si bien, el documental solo raspó en la superficie de algunos datos ya conocidos por el público seguidor de Spears, Stark indicó en un día de preguntas y respuestas en la red social Reddit que “nos contactamos con su exesposo, sus exnovios y fotógrafos que trabajaron con ella por muchos años como David LaChappelle o Nigel Dick, quienes aportaron mucho a la historia que tratamos de mostrar al público, aunque no hayan salido en cámara por manejo de tiempo del largometraje”.
La curación de imágenes, archivos de entrevistas y comentarios de personas que trabajaron junto a Britney hicieron ver que no había habido otro documental que examinara de forma crucial –y con el lente moderno de nuestra sociedad actual–, lo que significó para la artista ser el punto focal del mundo del entretenimiento mundial por tantos años: “No puedo imaginarme lo que se sintió por ella”, comentó Dax Holt, exproductor de TMZ, “un pequeño paso en falso bastó para que el mundo se riera de ella”.
Así mismo, Framing Britney Spears muestra de manera exhaustiva la misoginia abierta y sistémica que Spears (y, por extensión, cualquier intérprete femenina joven) enfrentó y enfrenta aún tanto dentro como fuera de la industria de la música y el entretenimiento.
En una de las imágenes de ensayos de Spears en el documental, se muestra a una joven Britney respondiendo en voz alta, pero calmada, a una voz desconocida: “No soy una diva. Solo se lo que quiero”. La investigación de Stark desemboca en un producto que va más allá de curiosidad por saber la vida de una gran artista, sino un punto de reflexión acerca de cómo se trata a quienes logran hacerse un nombre en el colectivo mundial: “Mi esperanza es que los medios de comunicación y todos nosotros tomemos nota de la vida de Britney para no volver a cometer los mismos errores”, anotó Stark en Reddit, “sino ser abiertos, comprensivos y sin prejuicios”.