Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 19/12/2019 00:00
- 19/12/2019 00:00
El filme es producido por María Isabel Burnes, en coproducción entre las casas Mestizo Cinema, Too Much Productions y Animal, en Producción Asociada con Wiznitzer Films.
Cuenta con el apoyo del premio Fondo Cine, otorgado por la Dirección Nacional de Cine de Panamá (Dicine), el fondo de los 500 años, otorgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Alcaldía de Panamá y el fondo centroamericano Primera Mirada, otorgado por la Fundación Festival Internacional de Cinde de Panamá junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Para muchos grupos originarios, el significado del mar va más allá, el mar es el lugar de origen, lo que somos y de dónde venimos”, dice.
La directora comparte un fragmento del poema de la Creación según los Koguis: “Todo estaba oscuro. No había Sol, ni Luna, ni animales ni plantas. El mar estaba en todas partes. El mar era la madre. Era el espíritu, la memoria y el pensamiento”.
“A través de esta película busco iniciar una reflexión sobre el conflicto de identidad de mi país, un conflicto difícil de expresar con palabras; sin embargo, un tema poco discutido y filosofado en nuestra región. ¿Cómo afecta la posición geográfica nuestra identidad?”, concluye Tejera.
El largometraje trata la historia de Cebaldo, un indígena dule de Panamá que trabaja como ayudante de pescadería en un pueblo al norte de Portugal y padece de nostalgia. En su soledad, los recuerdos lo alejan de su cotidianidad, sumergiéndose en un viaje interno de regreso a su pueblo en Guna Yala, donde un médico botánico lo confronta con la imposibilidad de volver al pasado.
La película cuenta con la participaciones de Cebaldo de León Smith y Fernando Fernández.
Fue grabada en la comunidad dule de Ustupu, en Guna Yala, en la comunidad wounaan de Campo Laurel, en Darién y en el pueblo de Vila do Conde en Portugal.
Durante la filmación se trabajó muy cerca con las comunidades de cada lugar que formaron parte de la película como coprotagonistas y también del detrás de cámara como parte del equipo de producción.
“Estamos muy contentas con la selección de Rotterdam y lo que esto representa para el cine panameño, somos una de las primeras películas panameñas en quedar en selección oficial en un Festival de esta categoría”, comenta la productora Burnes. “Demuestra el crecimiento del cine de Panamá y que se están abriendo las puertas a nuevos lenguajes cinematográficos”.