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Alina Uribe, bioquímica enfocada en la salud pública
- 29/04/2022 00:00
- 29/04/2022 00:00
Cuando era niña, Alina Uribe se entretenía mezclando productos, plantas o cualquier cosa que tuviera a mano. A veces elaboraba champú casero con pedazos de sábila.
Años después, estudiaba en el Instituto Urracá, en la provincia de Veraguas, y le gustaba mucho la matemática. “Cuando empezamos con las clases de química, tuve un profesor muy exigente, Gerardo Barría. Gracias a él, fui descubriendo que también me gustaba la química”, expresa Alina, que ahora se dedica a la investigación de los venenos de serpientes.
Las mordeduras de serpientes venenosas pueden producir parálisis, paro respiratorio, trastornos hemorrágicos, insuficiencia renal irreversible y daños en los tejidos que, en ocasiones, conllevan la amputación. Para científicos como Alina, es fundamental estudiar los venenos de las serpientes para producir antivenenos efectivos que puedan salvar vidas y evitar complicaciones y discapacidades.
Al graduarse del bachillerato, marcó su rumbo y estudió la licenciatura en química en la Universidad Autónoma de Chiriquí (Unachi), y luego empezó a trabajar como docente en la Universidad de Panamá (UP).
“Se me presentó la oportunidad de ingresar a la maestría en ciencias biomédicas con especialización en bioquímica. Panamá es uno de los países con mayor tasa de ofidismo en la región y pude participar en el proyecto de ofidismo con la profesora Hildaura Acosta de Patiño, directora del Centro de Investigación e Información de Medicamentos y Tóxicos (CiimetT) de la Facultad de Medicina de la UP. Uno de los componentes de este proyecto consiste en estudiar los venenos de serpientes”, relata.
Su tesis de maestría consistió en la caracterización bioquímica, farmacológica y toxicológica del veneno de la Bothrops asper, conocida popularmente como 'equis' o terciopelo.
“Los venenos de serpiente varían según la especie, el origen geográfico y la edad de los ejemplares: los efectos ocasionados por los venenos pueden tener una intensidad mayor o menor, dependiendo de si se trata de un animal joven o adulto. Actualmente se usan en Panamá los sueros antiofídicos que se producen en Costa Rica y necesitábamos verificar si eran efectivos para neutralizar los venenos de serpientes de nuestro país; resultó que sí son efectivos para neutralizar los efectos del veneno de Bothrops asper, sin embargo, queremos evaluar si son efectivos para contrarrestar los efectos de otras especies de serpientes”.
Alina Uribe actualmente trabaja como docente en el Centro Regional Universitario de Veraguas (CRUV) de la Universidad de Panamá y próximamente continuará sus estudios para obtener un doctorado en bioquímica en una universidad canadiense, tras ganar una beca del programa Ifarhu-Senacyt, el pasado 24 de marzo.
“Me gusta la investigación y quisiera aportar con mi conocimiento a resolver problemas en el país, tener respuestas innovadoras y me siento muy contenta por el honor y el privilegio de haber adquirido esta beca”, comenta. Entre las universidades a las cuales aplicará están las de Toronto y la de Alberta.
En conjunto con el equipo del Ciimet, del CRUV y de la sede de Panamá, Alina estudia el veneno de la serpiente Porthidium lansbergii, conocida comúnmente como patoca, una especie de importancia médica en Panamá y que está distribuida en todo el país, siendo la provincia de Coclé donde más casos de accidentes se presentan.
“Estamos casi en la etapa final de la caracterización del veneno de P. lansbergii. Cuando hablamos de la caracterización, vemos los diferentes efectos del veneno y su intensidad. Por ejemplo, verificamos si tiene efecto hemorrágico, si tiene efecto sobre el músculo o sobre la coagulación, y qué tan intenso es ese efecto, así como las actividades enzimáticas que tienen esos venenos. Queremos seguir la línea de investigación con otras serpientes de importancia médica en Panamá, vamos poco a poco avanzado en el tema”, explica.
El equipo del Ciimet también ha recibido capacitaciones financiadas con fondos obtenidos a través de las convocatorias públicas de la Senacyt. “Estamos recibiendo los entrenamientos para posteriormente ver si estos venenos tienen actividad antimicrobiana o antifúngica, o ambas, así como conocer más en profundidad las proteínas componentes del veneno”.
La investigadora ha estado informándose sobre las universidades en Canadá donde han estudiado venenos de serpientes.
“Ellos han ido pasos más allá viendo los efectos hematológicos, además sobre las plaquetas, el mecanismo de acción y cómo actúan ciertas proteínas que componen el veneno, de manera más fina, usando técnicas moleculares y proteómicas”.
Para Alina Uribe es gratificante dedicarse a este campo de la ciencia, pues, “cuando existe pasión por una materia o un tema específico, no se siente que es un trabajo, sino que se disfruta”. Además, recalca la importancia de trabajar en equipo.
A los estudiantes les dice que si quieren estudiar una maestría o un doctorado, pero no tienen los recursos económicos o se les dificulta por el lugar de donde proceden, consulten y hablen con sus profesores.
“No se conformen ante las dificultades, vean más allá y toquen las puertas correctas. El programa Ifarhu-Senacyt ofrece becas incluso para pregrado. Esfuércense en el colegio para que tengan buenas calificaciones, y así se les abrirán las puertas con mayor facilidad. Sigan adelante, no desistan de su sueño, porque independientemente de dónde vengan, es posible lograrlo y contribuir con grandes aportes para nuestro país”.