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- 14/12/2011 01:00
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PANAMÁ. Eduardo De León supo que quería ser graffitero cuando descubrió que con pintura de spray podía lograr las mezclas de colores y técnicas que con los lápices de colores no conseguía.
Su encanto por dibujar y su fascinación con los diseños de los buses clásicos de nuestro país, los diablos rojos, le dieron forma a un pasatiempo que se convirtió en un sueño hecho profesión.
TIERNA EDAD
En el año 1992 cuando Eduardo De León solo tenía 12 años empezó a pintar su nombre en forma de graffiti por todas las paredes de su habitación, alrededores de su casa, patio, en las casas de sus amigos.
‘Mi madre me apoyó desde el principio y me aconsejó pintar en la casa para que no estuviese en la calle pintando a manera de vandalismo’.
Sus amigos también le animaban en este arte, ya que les pintó las habitaciones a todos sus amigos y poco a poco lo invitaron a pintar otros lugares como lava autos, convirtiendo este pasatiempo en ‘un oficio que me daba para comprar los materiales y dejarme plata para la escuela y lo que quisiera’, recordó.
PULIR EL ARTE
Nel One, como se le conoce en el mundo del graffiti, quería aprender más sobre el pasatiempo que le encantaba, fue por eso que en el año 1995 a través del Internet descubre que esto no era solo un hobby sino un arte que nació en Nueva York y se perfeccionó en Europa.
Se dijo a sí mismo que podía convertir esto en su profesión, por lo que estudió una carrera universitaria y tomó muchos cursos de diseño gráfico para perfeccionar su técnica.
En el año 2000 viajó a Alemania por seis meses y descubrió su verdadera pasión... el graffiti.
NUEVAS METAS
Al regresar de este país y con mil ideas en su cabeza decide emprender un nuevo camino, crear su propia empresa y educar a la ciudadanía sobre el graffiti, un arte y no rebeldía o vandalismo.
‘Abrí mi propia empresa en el año 2001 e inició como una página web donde todas las personas de Centroamérica podían dar a conocer sus trabajos de graffiti’.
Pero con el paso de los años y los diferentes cambios que sufrió la Internet con las redes sociales, su página llamada ‘Panamá Graffiti’ parecía que iba a desaparecer.
Los cambios eran necesarios por lo que reestructuró totalmente la página. ‘Me ayudó mucho mi carrera universitaria porque pude encaminarla a algo más empresarial, lo que me abrió las puertas para pintar grandes empresas, personalidades y lugares de prestigio en Panamá’.
Algunos de los lugares donde su sello de graffiti está plasmado son en el Hotel Decápolis, varias agencias publicitarias que a su vez lo han contratado para realizar comerciales, en la música también es conocido porque ha colaborado con varios reggaeseros y trabajado con todas las televisoras locales y muchos lugares más.
MARCANDO TRAYECTORIA
Eduardo De León desde la década de los 90 promueve el arte de pintura en aerosol para que la gente deje de considerarlo vandalismo y que lo vean más como un arte y una técnica que es difícil de realizar.
Por eso su idea de crear un movimiento de graffiti desde que tenía 12 años, hoy día lo ha llevado a algo más profesional e innovador.
‘El año pasado se me ocurrió hacer un proyecto que llevara un mensaje y hablé con el Ministerio de Obras Públicas (MOP), diversas Juntas Comunales y hasta con el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES)’.
Todas estas entidades apoyaban con ferias, pero no era la idea que ‘Nel One’ quería llevar al público, ya que él buscaba dejar una huella para que las personas comprendieran y valoraran tanto como él este difícil trabajo.
Parecía que no lo lograría, pero gracias al apoyo de Ana Pérez, quien cuenta con algunos contactos en la alcaldía de la capital, logró presentar un proyecto para pintar el puente del Chorrillo.
‘Hace tiempo la oficina de ornato, encargados de la limpieza del área, querían realizar algo diferente y mi proyecto quedó como anillo al dedo y así empezamos’, recuerda el empresario.
Eduardo en un mes y medio y totalmente solo, logró pintar todo el puente, dándole un ejemplo de superación a los residentes de esta área.
‘Comencé a pintar a inicios de noviembre y ya finalicé (refiriéndose a diciembre). Ahora queda el recuerdo de personajes importantes que son de Chorrillo y que lograron superarse en ésta zona donde el peligro toca a la puerta todos los días’.
Eduardo, alias Nel One, siente orgullo por su trabajo pero sabe que solo es una muestra de lo que con graffiti se puede lograr. ‘Quiero llegar a todos los puentes, muros y paredes del país y demostrar que con pintura en aerosol también se puede salir adelante’.