‘A los jóvenes que quieren ser youtubers les aconsejo que estudien’

José Jair Montenegro, conocido como Ciudadano del Mundo, ha logrado llevar a su público a rincones de Panamá y otros países. Ha mostrado aventuras en sitios remotos y ha contado historias de diferentes culturas. Es ingeniero de profesión, pero youtuber por pasión.

El panameño, nacido en El Cocal, en Las Tablas, conversa con La Decana sobre cómo es el proceso creativo detrás de sus videos, cómo logra equilibrar su carrera profesional con la creación de contenido y cuáles son los próximos destinos que tiene en mente. Además, comparte valiosos consejos para quienes sueñan con convertirse en youtubers y conectar con una audiencia global.

Antes de la pandemia, que fue justo cuando empecé; solía viajar como turista. Tuve la oportunidad de visitar Corea, Japón, Europa, pero en ese tiempo no grababa videos. Mis amigos me decían ‘José, tú que viajas mucho, ¿por qué no documentas esas aventuras en videos para YouTube?’. Al principio lo pensé, pero hablar frente a una cámara es un reto, sobre todo si no tienes experiencia.

Justo en la pandemia, creo que el peor momento para empezar a crear contenido, fue cuando comencé. Todo estaba cerrado y no se podía salir. Mi primer video fue sobre la inauguración de la línea 2 del Metro de Panamá. En ese video ni siquiera aparecía, pero ya estaba dando mis primeros pasos en la creación de contenido. Así fui, poco a poco.

Totalmente. Si ves mis videos más antiguos, como el de Chepo, notarás que hablaba más suave, con un poco de nervios al armar las frases. Si comparas eso con los videos actuales, verás un cambio.

Hay varios. Uno de los más vistos es el del cementerio aterrador en Perú, con un millón de vistas. Otro video viral fue el de los habitantes de calle en Panamá, con unas 600.000 vistas. También videos de El Salvador y República Dominicana han tenido un gran impacto.

Tuve uno muy triste y lamentable hace como dos o tres años. Acababa de llegar de Perú y había grabado cinco videos que me costaron mucho trabajo. Al llegar a casa, olvidé cerrar el maletero del carro, y allí estaba la mochila con mi laptop de edición y como 10 discos duros. Me robaron todo.

Fue muy doloroso y estuve triste como por dos semanas. Pensé en renunciar a ser youtuber, pero la gente me animó a seguir. Aunque nunca recuperé nada, eso me motivó a seguir con más fuerza, y aquí estamos.

Empiezo con una estructura, definiendo qué queremos grabar y cómo captar la atención del público. En YouTube, el título y la miniatura son esenciales. Después viene el contenido y la interacción con el público, que es algo que gusta mucho.

Luego está la posproducción, la edición, que a veces me da un poco de pereza, pero sigo adelante. Me toma unos tres días para editar un video, eligiendo la música adecuada y estructurando la historia de manera coherente.

Cuando llego a un país nuevo, al principio siento que debo adaptarme al ambiente. Después de un par de horas, ya me siento más cómodo y empiezo a grabar. Con la experiencia, uno se va acostumbrando. La gente suele acercarse cuando me ve con la cámara. Por ejemplo, en República Dominicana, ¡es una locura!

Me organizo bien. Trabajo como ingeniero en electrónica y telecomunicaciones de lunes a viernes, y los fines de semana creo contenido. Aprovecho las noches para editar mis videos, ya que yo mismo hago la edición.

Tengo un amigo que me ayuda con las grabaciones, y otros amigos también aportan ideas. Es bueno tener otras perspectivas para enriquecer el contenido.

Primero, que estudien y se preparen bien. Aunque yo no estudié nada relacionado con la creación de contenido, recomiendo que estudien algo afín, como marketing, publicidad o periodismo, para que tengan una mejor base. No se queden solo en ser youtubers; prepárense profesionalmente. Ese es un gran consejo que les puedo dar.

Te doy la primicia: vamos a viajar a El Salvador. Vamos a grabar cosas diferentes, algo muy top, Dios primero. También quiero grabar en Coiba, la cárcel de Coiba, y en una zona montañosa de Bocas del Toro. Además, tengo planes de ir a Colón para mostrar su lado positivo y hablar con su gente.

Fue muy bonita. Allá en El Cocal siempre salía a jugar con los vecinos. Jugábamos a cosas que ya casi no se ven: la queda, el escondido, uno, dos, tres, pan con queso y mantequilla... Esos juegos que ya no se ven tanto. No he visto a los muchachos jugarlos ahora, en la actualidad. Fue una infancia muy bonita, rodeado del campo, con mis papás, en la ganadería, en las fincas, montando caballo...

Me llamaba mucho la atención ser médico. Pero, por cosas de la vida, terminé estudiando ingeniería en electrónica y telecomunicaciones. Siento que fue porque mi abuelo, Aquiles, cuando tenía como 15 años, me regaló una antena parabólica. Ahí empezó mi interés por las telecomunicaciones; me gustaba rastrear satélites y me la pasaba buscando canales de televisión de otras partes del mundo.

Siento que me inculcaron buenos valores y principios: estudiar mucho, esforzarse por las cosas. Creo que ese ha sido uno de los pilares fundamentales del legado que me han dejado para llegar a donde estoy ahora.

Primero, mi meta este año es crear contenido a tiempo completo. Además, quiero llegar al millón de suscriptores. Gracias a todos ustedes llegamos a los 100.000, y ese es un triunfo de todos.

Me encuentran como Ciudadano del Mundo, encontrarán videos de Panamá y otros países de Latinoamérica. Exploramos lugares, historias, tradiciones, pueblos y misterios. ¡Les va a gustar el contenido!