La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
- 22/09/2024 00:20
- 21/09/2024 15:10
En las conversaciones que buscan reestructurar la atención médica y reflotar el sistema de pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS) se evidencian diferencias entre las posturas del sector trabajador y empresarial. El secretario general de Convergencia Sindical, Eduardo Gil, hace notar la importancia de contar con un sistema de pensiones solidario y evitar las cuentas individuales, estas últimas la base de la propuesta de empleadores. La forma en que se logra este objetivo no parece estar clara para los trabajadores. No comparten la metodología del ejercicio y sienten que el Ejecutivo desestimará su propuesta, no importa cuál sea esta. Fusionar ambos sistemas como proponen los trabajadores, según han expresado versados en el tema, aportaría una solución temporal, pero a la larga agravaría el problema.
Básicamente, hay dos propuestas, una que es la del sector empresarial, que consiste en pasar a todos a cuentas individuales y la otra, que es de los trabajadores, que es la de establecer un sistema basado en la solidaridad. Lo digo en estos términos porque no hablamos de volver al 2005, sino que planteamos un nuevo sistema que se fundamente en la solidaridad y que permita garantizar la sostenibilidad financiera de la CSS y garantizar una pensión digna, no precaria o indigente.
El problema que tiene el sistema individual es que podría dar estabilidad financiera, teóricamente, pero crearía un problema social muy grave en el futuro. Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional señalan que estas pensiones se reducirían a cerca del 35% y 25% en el mejor de los escenarios. En el caso chileno las pensiones han caído al 15%, esto quiere decir que si una persona tenía un salario de mil dólares, su pensión equivaldría a un salario de $150. Esto no es sostenible desde el punto de vista social.
El sistema mixto fue una etapa que se estableció, tiene en su mayoría los esquemas individuales. Primero es que debemos volver a un esquema en el cual los fondos de pensiones sean un bien que se pueda rentabilizar de manera colectiva. Cuando disponemos de un fondo global que puede rentabilizarse de manera colectiva y no por ahorro individual, podríamos disponer de una condición que permita conseguir mejores dividendos de ese fondo. Mientras que cuando hablamos de una cuenta individual, la posibilidad de invertir se disminuye totalmente porque queda en cada individuo.
La OIT ha planteado que si nosotros pasamos a cuentas individuales, que es la propuesta del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), la contribución del Estado para el 2025 se eleva al 25% del PIB porque tiene que reconocer las contribuciones con bonos. Eso implica que el Estado tiene que endeudarse para reconocer el valor de lo ya contribuido en el sistema solidario.
Eso es lo bonito de un diálogo. En una negociación, un proceso constructivo todos entendemos que no todo lo que proponemos va a quedar. Entendemos que no tenemos la razón de todo. Pero con voluntad podemos acercar posiciones. Lamentablemente, a pesar de que hemos planteado que el escenario debe ser un diálogo, lo que se está dando en presidencia es una conversación en donde escucho, y yo veo lo que considero. En ese sentido es lamentable que el escenario no sea el óptimo para desarrollar este entendimiento del sector productivo. Las propuestas de nosotros también contemplan los intereses de los empresarios. Por ejemplo, si nosotros creemos que cuando una persona llega a su edad adulta tiene derecho a descanso y disfrutar de beneficios como tienen los pensionados en Europa, eso beneficia también al sector privado.
Con el esquema de cuentas individuales, estoy seguro que el sector empresarial tiene claras las consecuencias. Es justamente el escenario de conversación lo que nos puede llevar a entrar en un punto de consenso. Lamentablemente, el escenario no está planteado para eso.
Sí, nosotros nos oponemos. Hemos planteado desde el principio nuestra oposición.
Bueno, no puedo adelantarme a lo que va a pasar sin haber agotado todas las etapas del proceso. Lo que tenemos claro es que las medidas paramétricas a quien más perjudica es a la población trabajadora y sobre todo a las personas con menos ingresos. Estas personas a las que les han defraudado sus cuotas son las que terminarán pagando la crisis de la institución. Nosotros queremos encontrar un esquema en el que vamos a plantear un sistema que no contemple paramétricas y estas son las alternativas.
La división de las dos mesas, una de la salud, también presenta divisiones. Hay quienes consideran que se deben fusionar los sistemas, el Ministerio de Salud (Minsa) y la CSS. Pero nosotros decimos que el Minsa no destina suficiente presupuesto. Tiene una cantidad de instalaciones médicas desatendidas, sin personal, y a ese sistema no podemos entregarle los recursos que con mucho esfuerzo ha logrado construir la CSS.
Sí. Quizás, en un ideal al final puede existir ese mecanismo.
A que los recursos de la CSS pasen a ser administrados por el Minsa, a ser parte de la gestión del Minsa que es justamente donde está el mayor clientelismo político. Son recursos a los que han contribuido empresarios y trabajadores.
Mire, yo creo que el presidente desde el principio fue muy transparente, dijo que responde a los intereses del sector empresarial. Eso me parece honesto. Diferente a otro que dijo que era obrero y realmente respondía a otros intereses. Pero creo que entender cuál es el problema de la institución en su gobernabilidad, que es el problema de la administración. Dicho sea de paso, no hay una mesa para eso. Es un problema que hemos contemplado porque pareciera ser que los que formamos la directiva de la CSS somos los trabajadores. Nunca se habla de los representantes del sector empleador, del gobierno, de los jubilados, de los técnicos o el personal. Esos son sectores que también participan. El sector de los trabajadores es una minoría.
Pero lo más lamentable en esto es que los trabajadores no podemos elegir libremente a nuestros representantes. Nosotros enviamos una lista de seis y luego el presidente elige quiénes son los principales y los suplentes. Finalmente pueden acabar siendo representantes en la directiva por decisión del presidente dirigentes que no tienen la mayor representatividad de los trabajadores.
Sí, pero si envío seis nombres de tres organizaciones diferentes en las que tres de ellas son representativas y las otras menores, que van como suplentes, pero a la hora de elegir el presidente puede poner al suplente de principal. Veamos y preguntemos al presidente, de la lista que enviaron las organizaciones a quién decidió, porque no es únicamente culpa de los trabajadores que mandamos una lista de dirigentes. El presidente decide a quién le conviene tener en la junta directiva y a quién no. Eso ha sido histórico.
Lo hicimos en el 2021 y el presidente Laurentino Cortizo ignoró eso. Por eso estamos diciendo que los trabajadores no tenemos control de nuestro representante.
Pregúntele al presidente Cortizo por qué no nombró a otro.
El problema es el presidente porque elige de un listado.
No te lo voy a negar, pero nosotros no podemos asumir esa responsabilidad porque nosotros no lo nombramos. Lo nombra el presidente de turno. Nosotros hemos criticado los nombramientos arbitrarios que ha hecho el presidente. No lo elegimos nosotros, sino el presidente. Se ha manejado mediáticamente para descalificar a los trabajadores que no tenemos control de quién decide el presidente. Tampoco al director lo puede sacar la junta directiva, ¿en qué empresa no se puede sacar al director? Solo en la CSS, que lo saca el presidente.
Lo que pasa es que en la ley orgánica de la CSS se establece que los gremios pueden enviar sus ternas y el presidente elige el más representativo, supuestamente. De esa lista, Conusi y Conato mandan lista, y el presidente elige de 18 nombres a seis. Yo estaba en la lista para la junta directiva, pero no me eligieron.
Esperemos el decreto.
Sí, pero esperemos el decreto mejor.
Sí.
Hay disponibilidad, pero no hay condiciones.
Que se dé un diálogo de verdad en el que tengamos un moderador, las condiciones para presentar nuestras propuestas. Si cada quien juega con sus propias reglas el partido, no se logra el objetivo.
Que el gobierno va a sacar el proyecto de ley, que ya está hecho porque el presidente nos lo dijo, y al final se va a decir que los trabajadores no fundamentaron su propuesta o que no tenía sostenibilidad.
Vamos a la Asamblea y vamos a continuar conversando. Ojalá se dé un debate amplio y podamos nosotros explicar en vivo nuestra sustentación y cuáles son los indicadores.
Hay que ver qué tan parcial es. Qué tantas cosas se incluyen, positivas o negativas. Como negociador no me puedo adelantar al final porque en el proceso vamos viendo qué conviene. Es posible que la propuesta de la contraparte sea buena.
Agradecido por la atención que me ha dado. Que sea eficiente y de calidad.