Cuando Bocas del Toro sintió el más fuerte terremoto

  • 24/09/2017 02:05
La historia de la actividad sísmica en Panamá registra movimientos telúricos de gran intensidad. En sus páginas, ‘La Estrella de Panamá' reseñó uno de los terremotos más fuertes de todos los tiempos, ocurrido el 22 de abril de 1991

El mes de septiembre nos deja algunas experiencias poco agradables, relacionadas con la naturaleza, su furia e impacto, cuando reclama atención de los seres humanos que se ensañan con sus bondades, destruyendo o modificando el entorno y el ecosistema.

Panamá no ha escapado de la fuerza de la naturaleza, de una sacudida estremecedora; son momentos de pánico en donde la templanza es puesta a prueba.

El 22 de abril de 1991 resulta una de esas fechas difíciles de olvidar cuando se citan aquellos eventos naturales que han producido daños materiales, además de luto y dolor en alguna parte del país.

Los eventos de este movimiento sísmico fueron reseñados en tres entregas consecutivas de La Estrella de Panamá los días 23, 24 y 25 de abril de 1991.

EL EVENTO

Aproximadamente a las 4:56 p.m. del 22 de abril de 1991, una fuerte sacudida alteró la paz y tranquilidad de los residentes en Bocas del Toro, en el sector fronterizo con Costa Rica.

El fuerte movimiento fue establecido como de magnitud 7.4 en la escala Richter, de acuerdo con el Servicio Geológico de los Estados Unidos.

El evento telúrico tuvo su epicentro en la región de Limón, en territorio de Costa Rica, y según la reseña de La Estrella de Panamá , ‘el sismo fue sentido desde Tegucigalpa, Honduras, hasta la ciudad de Panamá'.

Oficialmente, el terremoto del 22 de abril de 1991 en Bocas del Toro dejó 23 muertos (once en Changuinola, siete en Almirante y cinco en Guabito), además de 559 heridos y un total de 1,046 casas destruidas.

Unas 5,554 personas resultaron damnificadas.

De acuerdo con el informe que dio a conocer La Estrella de Panamá en aquella época, por su magnitud, este movimiento sísmico hubiera causado pérdidas humanas y materiales mucho más grandes; la poca densidad de población, unida a las condiciones en que vivían los bocatoreños de los sectores afectados en aquellos años, impidió que una catástrofe de mayores consecuencias se produjera.

Este terremoto tuvo una réplica, que se produjo el 3 de mayo de 1991.

El movimiento fue de seis grados en la escala Richter; de acuerdo con lo publicado en ‘La Decana' al día siguiente de este evento, los sectores de Changuinola, Chiriquí Grande y Bocas (Cabecera) sintieron con mayor fuerza el rigor de este temblor.

El daño que ambos terremotos produjeron en Bocas del Toro fue muy grande, pues en aquellos años esta provincia se encontraba bastante lejos de recibir un respaldo oficial más importante.

Los servicios de agua potable y electricidad, que proveía la compañía bananera, sufrieron daños estructurales que no pudo reparar en corto plazo.

ENSEÑANZAS

Bocas del Toro fue levantándose poco a poco hasta recuperarse plenamente de los estragos que produjo el terremoto del 22 de abril de 1991, y su secuela ocurrida casi diez días después.

Un dato agregado es que en Panamá, el número de sismos grandes ocurridos se ha elevado por encima de los 6.5 grados en la escala de Richter; es decir, que han sido movimientos considerados ‘eventos mayores', pero que en nuestro país no han producido la destrucción que sismos de similar magnitud han ocasionado en otras partes del mundo.

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