Martinelli enciende la mecha de la confrontación

Actualizado
  • 03/01/2012 01:00
Creado
  • 03/01/2012 01:00
PANAMÁ. El presidente Ricardo Martinelli llegó a la Asamblea Nacional sobre las 9:40 de la mañana de ayer, y en seco advirtió a los peri...

PANAMÁ. El presidente Ricardo Martinelli llegó a la Asamblea Nacional sobre las 9:40 de la mañana de ayer, y en seco advirtió a los periodistas: ‘por favor, escuchen mi discurso. Pásenlo por todos los medios, analícenlo y después hablemos’. Predecía lo que, como mínimo, simularía una hecatombe.

No dijo una palabra adicional. Dio vuelta y escoltado se dirigió directo al palacio legislativo Justo Arosemena. Se colocó banda presidencial e ingresó al pleno a rendir su informe de mitad de mandato, tarea que la Constitución le ordena.

Martinelli se sentó a la derecha de Héctor Aparicio, el presidente de la Asamblea Nacional cuya elección hizo evidentes las profundas grietas que entonces dividían a la fenecida ‘Alianza por el Cambio’. Aguardó su turno afinando el discurso que daría unos minutos después y que dejó más disgusto que un claro panorama de cómo fue —según el gobierno— la primera mitad de su gestión.

EL MENSAJE DE FONDO

Y una vez en el podio, el presidente encendió todas las alarmas. Con su mensaje, de poco más de 45 minutos, dejó entrevisto que la conciliación a la que muchos han llamado está lejos de la realidad. Develó una franca guerra contra los que llamó ‘empresaurios’ y arremetió contra los medios de comunicación y sus dueños. Dejó a un lado y para los minutos finales de su oratoria el papel de los políticos de la oposición.

‘(Esos empresarios) llevaban décadas engordándose a costillas del pueblo y ningún gobierno se había atrevido a meterse con esa gente... ellos son los dueños de algunos medios de comunicación y que históricamente los han utilizado para chantajear al presidente y a ministros. Este ha sido su modus operandis’, relató Martinelli.

Frente a un auditorio vacío y compuesto principalmente por ministros de Estado, funcionarios de mandos medios y diputados de su partido, Cambio Democrático (CD) el presidente aseguró estar ‘maravillado’ por la cantidad de cambios que —dice— ha hecho en dos años y medio (entre ellos el criticado Metrobús, el auge económico en medio de crisis y el récord de llegada de turistas), y echó abajo el rol de los medios —considerado el cuarto poder—.

‘Estamos viviendo en un país democrático, donde hay tres poderes. El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, que actúan con total y plena independencia. No existe un cuarto poder. Quien pone y quita a un ministro es el Presidente de la República, y jamás me dejaré presionar por nadie’, sostuvo el mandatario mientras exponía un ejemplar del diario La Prensa, y se quejaba de que hacía alusión al crecimiento económico de América Latina y luego al de Panamá.

Aún así, el presidente no tardó en volver al punto de inicio: los ‘empresaurios’.

‘Nos montaron un plan sistemático de ataques en los medios de comunicación social. Apostaron a que ministro a ministro irían renunciando, pero aquí están... que descarados son en utilizar esas bajezas, son unos cobardes’, argumentó.

POCA ALUSIÓN A LOS ESCÁNDALOS Y EL MEA CULPA

Martinelli, en cambio, hizo poca mención a los múltiples escándalos que han rodeado su gobierno. Nunca habló del caso de titulaciones de tierras estatales a allegados suyos y de sus ministros, ni sobre la misteriosa compra de radares y equipo de seguridad a Finmeccanica (ambos revelados por los medios), que en Italia mantienen ocupado, investigando, tanto al parlamento como a la fiscalía de Nápoles, y que le han costado puntos frente a la opinión pública.

En su lugar, advirtió a sus ministros que uno en uno serían relacionados en este 2012 con nuevas controversias. Y hasta los invitó a prepararse para dar la pelea en un segundo round. (Véase nota: Respaldo al Gabinete).

‘O se entregan a la prensa amigable o echamos para atrás, o nos calzamos los guantes para dar una mejor vida a los panameños (...) tenemos adversarios que no juegan limpio...

’, sentenció.

Martinelli de paso recordó como en 2005 entregó el remanente de los impuestos que recibió por la venta de Banistmo a la Iglesia católica, tras la aprobación de una ley especial. ‘Eso estuvo mal’, rebatió, pero olvidó que justamente al entonces presidente de ese banco, Alberto Vallarino, lo sumó a su equipo de trabajo como ministro de Economía una vez asumió el poder.

El inicio de las sesiones en la Asamblea parecía una puesta en escena exclusiva para el mandatario. Ahí hizo sus descargos políticos.

Recomendó a la oposición ‘no morder el anzuelo de las falsas noticias’ y retrató el perfil de ‘un ministro’ (que muchos infieren fue Juan Carlos Varela) a quien tuvo que sacar porque ‘quiso retroceder y dejó mucha gente en el camino’. ‘Esos que se hacen las víctimas no pueden resolver el problema del pueblo y despertando lástima esperan que sea el pueblo quien les resuelva’, dijo.

GREMIOS EMPLAZAN

Las palabras de Martinelli provocaron reacciones inmediatas. Tanto en los gremios como entre políticos.

El vicepresidente Juan Carlos Varela rechazó las declaraciones de su exaliado, y consideró que llamar a los ministros a ‘ponerse los guantes’ contra los medios ‘no es serio del presidente’.

‘En los últimos meses los medios han denunciado una serie de escándalos. El presidente debe preocuparse más por el contenido de los reportajes y cooperar en las investigaciones’, aseguró.

De hecho, Guido Rodríguez, del Fórum Nacional de Periodistas, vio en las palabras del mandatario un mal augurio para la relación con los medios. ‘Hay una hipersensibilidad a la crítica. El discurso debió ser para limar asperezas y lo que sucedió fue inexplicable... habrá más tensión con los medios independientes’.

Milton Henríquez, del Partido Popular secunda esa posición. Sostiene que Martinelli ‘no tiene autoridad moral’ para criticar, ‘si ha estado comprando medios’. ‘Sus declaraciones son un insulto a la inteligencia, porque no puede hablar de algo que no profesa’.

En el PRD, el diputado Juan Carlos Arosemena dice que la tensión que se extenderá a todo lo que resta de la gestión Martinelli. ‘Lo que resta será muy difícil. No veo ganas de recapacitar’.

Antonio Fletcher, del CoNEP, en tanto, pidió no generalizar en las acusaciones. ‘Si tiene cosas que decir, que lo cite, pero él sabe que no puede generalizar. El país está más allá de las diatribas, se necesita un mensaje conciliador’.

Pero los seguidores del mandatario le aplauden y no ven mayores amenazas en su discurso. Piden no temer.

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