‘Diplomacia twittera’, lo que nos deja el ‘impasse’ entre Estados Unidos y Colombia

Actualizado
  • 27/01/2025 18:47
Creado
  • 27/01/2025 17:28
Especialistas señalan que el auge de las redes sociales como plataforma de comunicación política puede generar un incremento de noticias falsas y polarización

En menos de 12 horas X (antes Twitter) y Truth Social se convirtieron en los escenarios de un enfrentamiento diplomático entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo colombiano, Gustavo Petro.

El conflicto, que tuvo su origen en la deportación de migrantes colombianos a su país de origen, ocasionó que EE. UU. impusiera aranceles de hasta el 50% a los productos colombianos y que se le restringiese el visado a los funcionarios del país sudamericano. Mientras que Petro planteó que Trump podría intentar “tumbarlo”.

Este altercado trajo a la mesa el rol que están jugando las redes sociales, en el debate y las relaciones internacionales.

“Lo que vimos ayer, en menos de 12 horas, fue un intercambio de fuegos verbales hechos textos, a través de las plataformas, que había que seguir con muchísima velocidad y poder tener contexto, para poder reflexionar sobre lo que aquello significaba”, explicó la doctora Raisa Urribarri, periodista e investigadora del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales AIP-Panamá (CIEPS), a La Estrella de Panamá.

“Lo que estamos viendo de fondo es que a se prescinde del verificador, se prescinde del elemento que proveían los medios tradicionales, que era el poder contrastar la información, el poderla verificar, darle contexto y significación mayor, a las audiencias”, dijo a este medio.

Los casos de Petro y Trump, no son los únicos, ya que, a nivel regional, hay otras figuras como el presidente argentino, Javier Milei y su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, quienes han desarrollado buena parte de su movimiento político en redes sociales.

El analista político, José Stoute, mencionó a La Decana que, en la actualidad, las redes sociales se han convertido en un instrumento de acción política “de enorme importancia”.

“Se está haciendo política, utilizando para ello las redes sociales. Fíjese usted el enorme impacto que tienen estas aplicaciones en las elecciones generales de los países. Pueden hacer un gravísimo daño o un importante beneficio a algún candidato”, valoró.

El más reciente informe del Latinobarómetro muestra que, en América Latina, el poder de las redes sociales y de los medios de comunicación tradicionales se está equiparando, cada vez más, con un 19%, en lo que a medios de comunicación tradicionales se refiere, frente a un 14% de parte de las redes sociales.

El documento, emitido a finales de diciembre de 2024, muestra que, en la región, las redes sociales tienen casi tanto poder, como la ciudadanía organizada (16%).

La publicación apunta que la confianza en los medios de comunicación tradicionales, en la región, se viene deteriorando desde el 2006, cuando alcanzó su máximo histórico (62%), en el caso de la televisión y 68%, en el caso de la radio.

En la actualidad, la radio tiene un nivel de confianza del 44%, la televisión del 41% y la prensa escrita del 38%. Muy cerca del nivel de credibilidad que mantienen las redes sociales (34%). Esto pese a que el 76% de los latinos considera que allí circula información falsa.

Al ser consultada sobre los motivos detrás del auge de las redes sociales, como herramienta de desarrollo político y diplomático, la Dra. Urribarri alegó que el “poder político toma ventaja de la desintermediación”.

“Cuando tú tienes un medio o un periodista que busca información, tú [como político] aceptas que hay repreguntas y mecanismos de verificación. Pero eso no está en las redes sociales, en donde no hay un intermediario que verifique, le de sentido y contexto al mensaje”, analizó.

“También hay que tener en cuenta que estamos hablando de dos personajes (Trump y Petro) que hacen uso intensivo de las redes [sociales]”, agregó.

Urribarri recordó que, en el año 2016, fue el propio Trump quien acuñó el término “fake news”, durante su primera campaña presidencial. “Él señalaba a los medios, acusándolos de mentir. Dando a entender que él tenía la verdad, sin aceptar que se corroborasen sus postulados”, acotó.

“[Ambos] son personalidades que consideran que su opinión tiene mucho valor y, por tanto, no tienen miramientos a la hora de expresarse rápidamente, a través de las redes”, agregó.

La especialista también abordó el tema de la polarización y la polarización en redes sociales, señalando que se trata de una estrategia de los “líderes populistas” con el objetivo de crear grupos a su favor y señalar a los grupos adversos.

“Desde la perspectiva científica, no hay un consenso en torno a la posibilidad de que las redes [sociales], por ellas mismas, de generar polarización. Podrían reforzarla, pero no generarla. La polarización es algo que está en la sociedad. La idea de dividir un grupo de los otros, es un fenómeno social, que puede exacerbarse en las redes sociales, pero no está demostrado que estas lo generen”, aclaró.

El informe de Latinobarómetro muestra que, se ha incrementado la cantidad de personas que prefieren no dar a conocer sus opiniones políticas. Para 1995, el porcentaje era de 57% y, para 2024, la cifra subió al 66%.

A esto hay que sumarle que, la mayor parte de los latinoamericanos, suele preferir expresar sus opiniones en otros contextos, como la familia (23%), los amigos (19%) y las manifestaciones o protestas (4%). Solo el 9% lo hace mediante las redes sociales.

El desafío está en cómo funcionan estas aplicaciones. “El modelo económico de las redes sociales se basa en retener la atención de los usuarios. Aquello que genere más atención de los usuarios, será lo que los mantenga pegados a la plataforma. Son esos discursos polarizantes los que hacen que los usuarios permanezcan más allí, lo que se traduce en mayor captura de audiencia, para la venta de publicidad digital y datos”, valoró.

En este contexto, Urribarri dijo que es importante que la sociedad, en su conjunto, promueva la “alfabetización mediática”. “Esto es complejo, porque no se trata de un usuario, sino de la sociedad como un todo. Hay que tener conciencia de lo que significa un nuevo entorno digital, en donde circulan mensajes de todo tipo. La gente debe acercarse a esos mensajes con una lectura crítica”, añadió.

Esta postura es compartida por Stoute, quien explicó que “el problema es que, aunque una persona verifique un dato es falso, no sirve de nada si miles de personas creen que es verídica y la compartieron como tal”.

Casos emblemáticos

No es la primera vez en que las redes sociales se convierten en escenario de conflictos diplomáticos.

En 2023, el Petro usó su cuenta de X para comparar las acciones de Israel, en la franja de Gaza, con el nazismo, lo que generó que Israel suspendiera la exportación de armas a Colombia.

Ese mismo año, el expresidente de México, Andrés Manuel López Obrado, generó un conflicto con Perú, al calificar a la mandataria peruana, Dina Boluarte, como “espuria”, tras la destitución de Pedro Castillo.

La polémica inició tanto en redes sociales, como en las conferencias de prensa matutinas de Obrador. En consecuencia, Perú retiró a su embajador de México, de manera temporal.

En 2021, el entonces presidente de Guatemala, Alejandro Giammatte, emitió un tuit en el que llamó al mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, “dictador”, lo que hizo que Venezuela lo catalogase como un “peón del imperialismo” y cortase cualquier diálogo entre ambos países.

Ese año, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, emitió un tuit en el que acusó a un grupo de congresistas estadounidenses de “trabajar directamente para los intereses de la oposición salvadoreña”.

Esto hizo que el expresidente de EE. UU. respondiese mostrando su preocupación por la concentración de poder en El Salvador.

Otros casos conocidos son el del presidente argentino, Javier Milei, su homólogo, Pedro Sánchez, por la situación legal de la esposa del español.

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