De la resistencia cultural al proyecto político: Fundamentalismos contra el cambio social

Actualizado
  • 01/04/2018 03:00
Creado
  • 01/04/2018 03:00
Recurrir al pasado, a la fantasía o a la religión como fuente fundamental de valores y conceptos con que enfrentar las brechas sociales y el descrédito de la institucionalidad y los partidos políticos, no es nuevo

¿Cómo cambia la sociedad? Vale decir que los cambios en las condiciones materiales de la vida son visibles y evidentes. La pregunta es cómo cambian las relaciones entre personas y los conceptos y valores que presiden dichas relaciones. La convivencia humana está siempre regulada, ¿son estas reglas las mismas hoy que cientos de años atrás?, ¿sabemos en virtud de qué y cómo cambian estas reglas?

Sabemos cómo cambian las reglas dictadas por el derecho, hay un espacio social normado, con una institucionalidad reconocida, con instrumentos y procedimientos para proponer, debatir y llegar a acuerdos. A cambio, poco se sabe de cómo cambia el otro gran conjunto de reglas sobre la vida social, –asumidas conscientemente o no-, la moral, el conjunto de valores asociados al bien y al mal y que rige nuestra vida en su cotidianeidad. ¿Cómo cambian esos valores y los conceptos sobre ellos y sus definiciones?, ¿Hay progreso moral en el sentido de avance como podemos ver en la ciencia o en la economía?

¿FUNDAMENTALISMO EN PANAMÁ?

Mientras la racionalidad instrumental del sistema económico y político se intensifica hasta producir novedades científico-tecnológicas hace poco impensables, en la dimensión social y cultural, en los imaginarios y concepciones profundas crecen los irracionalismos, conservadurismos y fundamentalismos, como dos líneas paralelas que corren en dirección opuesta. Se trata de un fenómeno global que tiene expresión en todos los países. También en el nuestro.

Acá un conjunto de evidencias permiten cuestionarnos sobre elementos confusos… ¿Cómo se organizan, instalan y cobran existencia material nuestros valores y principios? En este país es evidente una clara escisión entre lo que se postula como regla válida y lo que se realiza como acto efectivo… No pocas veces incluso la transgresión a estos valores es celebrada o motivo de chanza, lo que disminuye su gravedad y rebaja su naturaleza ofensiva, la sanción desaprobatoria se realiza a medias.

Todo ello en medio de una crisis global en la que el crecimiento exponencial de los productos de la ciencia y la tecnología es contiguo a la reaparición de fascismos, fanatismos religiosos de diversa laya, visiones políticas autoritarias, deshumanizantes y regresivas amén de una exhibición magnificada de la banalidad y la violencia que al parecer no conoce límites.

DEL FUNDAMENTALISMO EN EL MUNDO

Solo en el año 2017 algunas de sus manifestaciones más estridentes hicieron deslumbrantes apariciones, para citar sólo unas: en el Parlamento Europeo –el centro de la hipermodernidad globalizada- un miembro polaco ha justificado que las mujeres ganen menos por ser ‘menos inteligentes', en Perú un pastor evangélico pidió públicamente se asesinen a lesbianas si son encontradas teniendo sexo, y ya más cerca en Nicaragua una comunidad evangélica quemó viva a una joven mujer para ‘liberarla del demonio'. En noviembre de ese año la destacada filósofa feminista Judith Butler fue atacada en el aeropuerto luego de participar en un simposio sobre democracia en Brasil. Estos y otros muchos hechos produjeron que en el marco de la reunión 61 de la Condición Social de la Mujer (CS, marzo 2017) el Secretario General de Naciones Unidas expresase que ‘…los derechos de las mujeres están siendo atacados en todo el mundo'.

MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

En estos primeros meses del presente 2018, Marielle Franco, una joven diputada feminista afrobrasileña fue asesinada, diversas y jóvenes candidatas a puestos de elección popular en México han sido asesinadas y UNICEF advierte que la América Latina y el Caribe tiene el segundo porcentaje más alto de embarazo adolescente 66% solo superada por el África subsahariana .

¿Cómo es que en medio de avances que han hecho que algunos hablen ya de transhumanismo, de colonizar otros planetas y otros muchos cambios tecnológicos hace poco impensables, reaparezcan en ascenso ideas, valores y practicas brutales y oscurantistas? Y sobre todo por qué al contrario de aquellas, éstas se extienden por todo el orbe anidando rápidamente y floreciendo en movimientos políticos que se pensaban superados y extinguidos?

Pareciera que conceptos como igualdad social para las mujeres, respeto a las diversas opciones sexuales de las personas, reconocimiento de la común humanidad de toda nuestra especie en sus diferencias, son no sólo adquisiciones recientes sino también integraciones superficiales a previas concepciones, códigos y escalas valorativas conservadoras, en las que prima un atávico horror a la libertad de las mujeres, se considera que el posible reconocimiento del Estado de algunos nuevos esquemas de relaciones constituye una grave amenaza a la familia y subyace un oscuro deseo de retornar a un viejo orden, profundamente jerárquico y autoritario, presentado como un mítico paraíso idílico de las relaciones sociales y familiares que jamás existió.

EL CAMINO HACIA LA BARBARIE…

Explicar ello es una larga tarea y aquí solo es posible adelantar algunos conceptos centrales para ir avanzando en su conocimiento. Una primera cosa evidente es la magnitud, complejidad y extensión de los cambios sociales y al parecer el miedo que convocan en grandes sectores de la población muchas de sus contradicciones. Dicho en breve, el imperio global de la modernidad occidental, del cosmopolitismo, sus valores y modos de vida es resistido con un anhelo fantástico en tanto aumentan la pobreza, las desigualdades estructurales, la incertidumbre sobre el futuro y se extiende la ira y la indignación por flagrantes injusticias, por las escandalosas brechas entre los modos y niveles de vida de pequeñas minorías frente al orden que rige la vida de las mayorías.

Los modos de vida de las élites se exhiben magnificada y banalmente por los medios como el ideal a obtener, mientras las carencias, limitaciones y dificultades de la vida de las mayorías solo crecen, Y un intenso malestar social, difuso pero perceptible emerge acompañado del vacío de sentido de la vida, de la sensación de horizonte sin salida y el descrédito de toda la institucionalidad y los partidos políticos. Recurrir al pasado, a la fantasía o a la religión como fuente fundamental de valores y conceptos con que enfrentar esos fenómenos no es nuevo, es parte del proceso de construir desde las fuentes menos progresivas alternativas que ya han pasado del difuso malestar a la resistencia cultural -a todas las dimensiones de la globalización - hasta llegar al proyecto político que expresa de modo pleno todo este conjunto como ocurre ya en Costa Rica por ejemplo. Ese proceso ya tiene una historia fatal para los derechos, libertades y garantías, sobre todo para las mujeres que históricamente hemos enfrentado solas, mientras —con pocas excepciones— los ‘progresistas' en todas sus variantes, guardaban ominosos silencios y hoy… se sorprenden.

Solo se debe recordar que hay hoy nuevos objetos de debate político hasta hace muy poco lejanos a ‘la cuestión del poder' que han sido parte de reivindicaciones y demandas feministas que los fundamentalistas han llamado ideología de género. El género no es ideología. Es ahora un recurso instrumental del fundamentalismo para transitar al poder político. La vuelta atrás, hacia un mundo de mujeres sin derechos, es su proyecto de futuro.

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