La reunión de este miércoles 13 de noviembre en la Casa Blanca entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario electo, Donald...
Tocumen, S.A. emitirá $25 millones en deuda para paliar la crisis de Covid-19
- 08/05/2020 00:00
- 08/05/2020 00:00
El aeropuerto de Tocumen es el segundo Canal de Panamá. Es una empresa mixta que aporta entre $50 millones y $60 millones de rentabilidad al fisco. Es la puerta de entrada donde se genera más del 13% del producto interno bruto relacionado con el tráfico de pasajeros, de negocios y de placer o carga aérea. Tiene muchas implicaciones, pero pasa por una época de desafíos centrados en la supervivencia financiera y las adecuaciones en materia de bioseguridad, que ya se practican en la terminal cuya apertura se programó para finales de mes, con posibilidad de extender la fecha según las disposiciones sanitarias emitidas por el Gobierno. Aunado a esto, Tocumen estaba a punto de inaugurar la ampliación del aeropuerto, de cuyos ingresos dependía para hacer frente a los compromisos financieros. ¿Qué pasará con esta infraestructura que costó al país más de $1,200 millones y cuya inauguración se ha pospuesto múltiples veces? ¿Cuál será la nueva realidad para viajar? ¿Será atractiva para el pasajero y podrá sufragar los pasajes? Juan Antonio Ducruet, presidente de la junta directiva de Tocumen, S.A., nos habla de los planes que tiene esta empresa para cuando arranque la actividad.
Evidentemente como casi toda la industria aérea, no solamente Tocumen, que es de aeropuertos, también están las empresas aéreas; estamos pasando en conjunto esta afectación a la economía y al mercado aéreo internacional. Tocumen tiene un papel sólido en cuanto a las calificadoras. La mayoría de esta deuda es por bonos emitidos en la Bolsa de Valores de Panamá, lo cual se ha llevado con mucha prudencia y responsabilidad. Lo importante es la comunicación e información que se les brinda a los inversionistas y a las partes interesadas (stakeholders) quienes están encaminados a que su inversión va a tener una resiliencia importante y va a haber un refortalecimiento. Si nosotros aprovechamos esto, vamos a tener un hub fortalecido como hub de las Américas con las nuevas perspectivas, porque definitivamente el mundo tiene que seguir volando y viajando, y probablemente se incremente el mercado pero antes va a haber una época difícil.
Sí, por supuesto. Lo primero que hicimos fue un informe a los bancos, las partes interesadas que han comprado bonos y a las calificadoras. Se hizo un informe de incidencia de lo que estamos haciendo y mantenemos reuniones constantes para explicar los planes de mitigación y la manera en que estamos manejando la parte financiera, buscando líneas que ayuden a pasar esta afectación en la parte financiera.
Es importante dividir dos temas: lo financiero y lo económico. Hay un problema de flujo, podemos generar facturación pero eso no quiere decir que me puedan pagar lo que estoy facturando. Afortunadamente, Tocumen tiene una posición sólida para pedir líneas de crédito para solventar el hueco financiero. Recordemos que Tocumen es una sociedad anónima que el 100% de las acciones son del Estado. No es una empresa del sector público no financiero, y esto le brinda la capacidad de salir al mercado y pedir dinero para manejar el hueco financiero, mientras hay una recuperación en el tiempo de la parte económica y de los flujos.
Nosotros hemos hecho una primera aproximación que va por los $25 millones. Recordemos que nuestra rentabilidad es de $60 millones anuales, pero hay compromisos importantes. Por sus reservas y la manera en que está estructurada la deuda, tiene la capacidad de cumplir en dos semestres siguientes todo lo que es la responsabilidad financiera con los stakeholders. Además, tenemos un gran compromiso laboral y los gastos de servicios recurrentes. Considerando la afectación que tenemos, se hace una proyección y se estima entre los ingresos y compromisos y se buscan esos recursos. Es un tema dinámico porque nadie sabe cuánto va a durar esto, pero llevamos una perspectiva, tres veces a la semana nos reunimos con las líneas aéreas, los prestatarios y la gente que tiene negocios en Tocumen para ir viendo cuáles van a ser las necesidades según los lineamientos sanitarios e ir conteniendo los gastos.
Recordemos que la obra se esta finalizando. Lastimosamente se van a afectar los cronogramas. Se pretendía recibirla del todo en julio para empezar a operar en septiembre o noviembre, todo depende de cuándo se empezaban a instalar las aerolíneas y comenzaban sus operaciones. Definitivamente vamos a seguir adelante, pero hay que entender el modelo. El aeropuerto vive de las operaciones aéreas, los aviones que aterrizan, despegan, consumen combustible, de los pasajeros que entran y salen, los alquileres de los locales comerciales o duty free. Eso representa los ingresos del aeropuerto; nosotros tenemos que pagar la deuda de la construcción de la nueva terminal y servicios básicos como salarios. Lo que se busca es arrancar, seguir con la nueva fase del aeropuerto; teníamos pendiente un plan maestro que contemplaba una nueva pista que estará en evaluación. Esto que nos está pasando no solo es el periodo de cuarentena, sin la afectación a la economía mundial que afecta estos negocios. Probablemente tengamos que replantear los proyectos, los cronogramas, sin abandonar la perspectiva de que son oportunidades para el país, son inversiones que traen negocios y que probablemente se tengan que priorizar en la medida en que se recupere el mercado.
Precisamente estuvimos esta semana en reuniones con Copa. Nosotros tenemos reuniones periódicas para planear la reapertura. Ya comenzaron los vuelos humanitarios y de alguna manera ya están estructurados. Todo tendrá que ser con nuevas medidas de bioseguridad. Los vuelos humanitarios, para ilustrar, representan los panameños que están fuera del país, que quieren venir, y los extranjeros que están en Panamá y quieren retornar a sus casas. Mientras no se levante la cuarentena no se puede iniciar el tráfico comercial de vuelos. Lo que estamos planteando son las medidas, además de seguridad, que vamos a tener que implementar para la salida e ingreso de pasajeros al país y para entrar a lo que llamamos la zona estéril, que es donde se mueven y están en contacto los pasajeros. Todo esto tiene que coordinarse con dos elementos: que haya destinos a donde viajar y que se tengan los protocolos de las medidas aptas para viajar; en esto último es donde estamos en este momento. Pero las curvas de la epidemia deben estar coordinadas con las políticas y la apertura de otros países.
Tuvimos un mes y alargamos otro mes, es como si te preguntara cuándo se va a acabar la epidemia. Es un factor totalmente exógeno que depende del departamento epidemiológico y también de los otros destinos. Nosotros esperamos abrirla para diciembre de este año.
No importa. Si las medidas sanitarias requieren más espacio, lo tengo. No voy a tener un aparato de $1,200 millones sin usarlo.
Eso es un caso interesante. La única empresa pública que ha hecho un acuerdo con su sindicato para reducir horarios y postergar el pago de bonos, o llegar a acuerdos laborales ha sido Tocumen, S.A. Se hicieron acuerdos en busca de proteger las fuentes de trabajo.
Prácticamente ninguno, algún tipo de facturación que está mermada. Recuerda que los locales comerciales tienen un porcentaje de alquiler, otro porcentaje de la venta y el mínimo garantizado. En este momento estamos en conversaciones porque no podemos dejar de facturar, si dejamos de hacerlo tenemos problemas con los cuentahabientes. Esto es para pagos futuros, vamos a cobrar un porcentaje del alquiler, no puedo no cobrar o no facturar. También tenemos una responsabilidad con los prestamistas.
Eso lo estamos manejando. En este momento el tema de los alquileres lo estamos paralizando para que los negocios no tengan erogaciones económicas, pero hay que entender algo, el aeropuerto ha sido tan afectado como los negocios, pero tenemos un compromiso con las partes interesadas que han invertido en los bonos para la ampliación. Es una situación muy difícil que alguien gane a costa del otro. Hay que estar en comunicación, compartir los costos que tenga la afectación y siempre tenemos una política de apoyar a los clientes, aerolíneas y concesionarios para manejar esto, porque todos tenemos que recuperarnos buscando fórmulas conjuntas.
Va dirigido en lo financiero y lo económico. Una cosa es que te facture y otra que me puedas pagar. En este momento no pueden pagar, pero no quiere decir que cuando esto se recupere no hagan frente a los meses que no pudieron pagar. Es el mismo principio de la moratoria, hay políticas que nos ayudan a diferir los flujos al igual que nosotros los estamos tomando con los actores financieros. Pero es un efecto de cascada que requiere de negociación, agilidad y ser socios estratégicos.
Probablemente Copa está entre el 70% u 80% de la actividad que proporciona al aeropuerto. No solo es decidir volar, sino que tiene que haber destinos a donde volar. Hay varios actores: que el mercado recupere la confianza de montarse en un avión y que haya capacidad económica de los pasajeros para volar. Nosotros calculamos eso, hacemos ejercicios financieros semanales, y esa falta de flujo es lo que se tiene que financiar de alguna manera y buscamos la confianza en el mercado. Lo importante es que el mercado apueste a esa confianza, porque definitivamente después que esto pase, si hacemos las cosas bien, con prudencia, el mercado se va a recuperar y va a ser una fuente de ingresos para el país. Es un balance, tenemos un gran compromiso financiero con las partes interesadas, con nuestros clientes y hay que tener un monitoreo muy cercano.
Hay que ver bien los efectos que esto pueda tener en el mercado. Cada acción tiene una reacción. Si subes la tasa, tienes que tener en cuenta que tiene otros efectos; nos marca un análisis de competitividad. ¿Qué busca Copa? Salir de esta crisis fortalecido como un hub donde compitamos con nuestros socios estratégicos que son otras aerolíneas usuarias del hub, y nuevas aerolíneas, con un motor de desarrollo pero dentro de los elementos que nos permitan la competitividad.
Nosotros estábamos creciendo adicionalmente con Wingo, habíamos recibido ofertas de otras aerolíneas de Estados Unidos que querían viajar a Panamá, pero al final, todo dependerá del mercado, de cómo se abra el mundo. Los expertos dicen que probablemente el mercado se va a reducir, que va a haber menos aerolíneas, menos frecuencia, probablemente en algún tiempo los pasajes aumenten, pero el mercado tiene que volverse a poner donde tiene que estar. A nosotros nos importa cómo le va a Copa, afortunadamente la crisis lo agarró en una posición fuerte. Hay otras aerolíneas que son la competencia de Copa que no les está yendo bien.
Por supuesto, pero para que estemos claros: para Tocumen, Copa es lo que es Iberia para Barajas, España. Nosotros hemos logrado que vengan alimentadores de Europa. Lo importante de la nueva terminal es que tendremos más capacidad para horarios nocturnos, por ejemplo, las líneas de bajo costo.
Ya estamos coordinando eso con médicos. Tenemos que seguir las políticas internacionales y todos los reguladores del mercado aéreo. Son muy parecidas a las que estamos utilizando en otras partes, mantener el distanciamiento social, usar mascarilla, sistemas de tamizaje, medir temperaturas con cámaras térmicas –que ya contamos con ellas–, que las personas no se sienten una al lado de la otra, son básicamente las mismas medidas que cuando el mundo decida que las pruebas serológicas son acertadas u otras cosas se irán adhiriendo.
La mascarilla es fundamental. Aquí todos los días vemos soluciones de desinfección, pero hay que avanzar con prudencia proactiva. Una de las cosas que están comprobadas es el uso de la mascarilla, hay que entender que es para no contagiar. El tamizaje por temperatura corporal y distanciamiento social son vitales. Evidentemente las aerolíneas, si tienen que hacer distanciamiento entre los pasajeros, tendrán un costo, y tal vez el mercado aéreo no será el mismo. Pero te puedo decir, por las reuniones que hemos tenido, que Copa trabaja muy de cerca en las prácticas de desinfección de los aviones. El mundo tiene que seguir viajando.
Evidentemente hay dos etapas. Ya lo estamos haciendo, el aeropuerto es uno de los lugares más seguros en este momento por la cantidad de desinfección, por la limpieza que se hace 24/7; está pulcro, pero evidentemente esto cuesta. En este momento tenemos que pasar la cuarentena que tendrá un impacto en el flujo de caja que se ve a través del financiamiento. Cuando se van los ingresos por un periodo se busca un préstamo, pero después hay que adaptarse a una nueva realidad que conlleva medidas y estos costos, y alguien siempre va a tener que pagar las cosas. El mundo va a cambiar y volar no va a costar lo mismo, esa es una realidad con la que tenemos que vivir, pero nadie va a dejar de volar por eso.
Hasta ahora se viajaba a Europa por $500, yo creo que eso va a cambiar.
Te recuerdo que antes del 11 de septiembre era una historia muy distinta volar. Las medidas de seguridad adoptadas luego de esto incurrieron en una tasa aeroportuaria por pasajero. Proporciones guardadas puede pasar algo similar, pero aplica en la economía de escala. Afortunadamente Panamá es un hub que maneja 4 millones de pasajeros y puede diluir mejor esos gastos de bioseguridad que aeropuertos más pequeños. Si hay aumentos se pueden diluir en la medida en que vayamos creciendo.
Afortunadamente las reservas en los lagos están en niveles normales, es una buena noticia. La planta de Chilibre está produciendo su capacidad nominal. Evidentemente al estar la gente en casa hay más consumo de agua, pero son situaciones que están en el rango de lo manejable. El Idaan ha tenido algunos daños que ha tenido que enfrentar, pero es producto de la necesidad del cambio que requiere.
En realidad la planta está en capacidad nominal, los niveles de los lagos no solo para el consumo, sino para el Canal se encuentran dentro de los límites normales, lo único es que el problema del Idaan me preocupa más la parte financiera. El Idaan no fue incluido dentro de la morosidad de pagos, vamos a estudiar no hacer recargos, pero es una institución descentralizada y vive de lo que la gente paga de agua, en esa medida se puede seguir funcionando. Hago un llamado a la población para que pague el agua.
Sabemos que el sistema es susceptible a los daños eléctricos y es un problema de resiliencia en donde hay daños y la planta de Chilibre demora en recuperarse. El gobierno anterior no hizo una inversión en mantenimiento de esa planta, fue muy poco y hay mucho deterioro. En este momento el enfoque va a ser en dos direcciones: terminar los proyectos que se iniciaron para que no queden abandonados, meterle mucho a repuestos y mejorar el mantenimiento de todas las plantas. Es la única manera de continuar el servicios y no vivir de suplicios.