Este viernes 20 de diciembre se conmemoran los 35 años de la invasión de Estados Unidos a Panamá. Hasta la fecha se ignora el número exacto de víctimas,...
- 03/06/2010 02:00
- 03/06/2010 02:00
PANAMÁ. Es un mal que afecta a muchos, ha generado millones de dólares en pérdidas y, en contadas ocasiones, la de vidas humanas producto de incendios provocados por cortocircuitos tras el robo de los cables de redes eléctricas enteras, y solo para vender el cobre de los cables en el mercado negro.
Ya no es un secreto que gran parte de la ‘piedra’ o crack que se consume en las principales calles de Panamá y Colón se sufraga con la venta de metales robados por los adictos a estos alcaloides.
Una cosa es la oferta y otra la demanda. Si no existieran comercios legalmente establecidos que compran este tipo de materiales para luego comercializarlos en el mercado internacional, el hurto de estos metales no afectaría de la manera en que lo ha hecho.
En estos negocios, la libra de cobre puede llegar a valer hasta 3 dólares con 25 centavos.
En los grandes mercados, y aunque con una tendencia a la baja debido al retroceso del euro y las señales de desaceleración en el ritmo de expansión económica de China, el cobre o ‘metal rojo’ se transó ayer en $ 3,04587 la libra.
Fernando Peñamorán es un artista plástico con varias décadas de estar vinculado a periódicos nacionales, donde se desempeña como caricaturista. Desde 1982, la marca personal de sus trabajos la simboliza un pequeño ratón junto al hoyo de una alcantarilla a la que le han robado la tapa metálica. ‘¿Y dónde está la tapa?’, se pregunta el vivaracho roedor.
Son casi treinta años de denuncias sobre el hurto de estos elementos de nuestras calles, por lo que la atención al problema llega un poco tardía.
En el 2006, por ejemplo, en San Miguelito, 625 mil usuarios de la red telefónica fija que controla la transnacional inglesa Cable & Wireless (C&W) se quedaron sin el servicio debido al hurto del cobre.
Por esos días, la telefónica reportaba una pérdida económica de casi dos millones de dólares por el hurto de cables en todo el país.
Hoy en la Asamblea Nacional —y con la ponencia del diputado José Luis Varela— se impulsa un proyecto de ley que sanciona a aquellas empresas y personas jurídicas que se dediquen a la compra de hierro, cobre o bronce robado.
El artículo 12 de esta propuesta establece que las empresas dedicadas a esta actividad deberán exigirle al vendedor una prueba de la propiedad o declaración del bien, así como copia de la cédula de identidad personal.
Además, la persona natural o jurídica que adquiera hierro, cobre o bronce sin exigir la prueba mencionada, será responsable solidariamente ante el propietario que reclame o reivindique el bien adquirido, sin perjuicio de la responsabilidad penal que corresponda por la recepción de artículos provenientes de delitos. En el caso de material robado que sea propiedad del Estado, se ordenará el cierre definitivo del local destinado a la compra.
Hace poco, el IDAAN inició una campaña de reemplazo de las tapas metálicas del alcantarillado por otras plásticas. Ojalá todas estas medidas logren acabar con este mal.