Muere Fonseca Mora, fundador del despacho Mossack &Fonseca

La noticia de la muerte de Ramón Fonseca Mora (71 años) ha recorrido las páginas de los diarios más importantes del mundo. Ayer su nombre estaba en el primer lugar de las tendencias de redes sociales. Habíapolíticos, funcionarios, economistas y usuarios comunes y corrientes que lamentaban su desaparición física.

Era mucho más que el abogado y cofundador del bufete Mossack & Fonseca que tuvo sucursales alrededor del mundo y por lo que mayormente se le conocía. Era también “un amigo”, “un político”, “un filántropo”, “un caballero” y, sobre todo, un “escritor”. Así lo han descrito en redes sociales después conocerse la noticia de su muerte a causa de una neumonía que lo complicó.

Dedicó parte de su obra a la literatura infantil y juvenil: La isla de las iguanas (1995), La ventana abierta (1996) y Ojitos de ángel (2010). También escribió teatro: Mujeres vestidas de negro (2000), por ejemplo.

Sin embargo, fueron sus novelas para adultos las que le dieron mayor reconocimiento: Con Soñar con la ciudad (1998) ganó el Ricardo Miró, máximo galardón de literatura del país donde nació el 14 de julio de 1952. Con Ojitos de ángel se internacionalizó y vendió más de 75.000 ejemplares en Perú, Panamá y Venezuela.

Con La danza de las mariposas ganó un segundo Miró (2014). Es su obra más reconocida. Allí plantea la estrecha relación entre el poder y la moral. Está enmarcada en situaciones históricas ocurridas en Panamá. El protagonista es un hombre de bien que cae víctima de maquinaciones políticas.

Su pasión por la letras lo llevó a convertirse en socio fundador y primer presidente de la Cámara Panameña del Libro. Era “una pluma genial”, señaló el economista Felipe Argote.

A Fonseca Mora también le gustaba ña política, pero le trajo muchos sinsabores. En 2011 se convirtió en vicepresidente del Partido Panameñista, uno de los más importantes del país.

Apoyó y financió la campaña presidencial de Juan Carlos Varela. Pero, siendo parte del gabinete consejero de Varela, realizó fuertes cuestionamientos a la gestión gubernamental.

Dejó el partido y el cargo en el entonces gobierno varelista cuando aparecieron los “papeles de Panamá”, una filtración de documentos del despacho de abogados, que develó cómo figuras políticas, deportivas y celebridades, contrataban los servicios del bufete para crear sociedades y esconder dinero. Fonseca Mora y su socio Jurgen Mossack eran el centro del escándalo.

La investigación fue desarrollada por más de 400 periodistas de varios países y los resultados fueron presentados simultáneamente por 109 medios de comunicación en 76 países en abril de 2016.

En 2017 fue conducido al Ministerio Público por el caso de “Lava Jato” y la creación de sociedades anónimas para “supuestamente” lavar dinero.

En la entrada de la institución acuñó la frase “que me parta un rayo” para asegurar que decía la verdad sobre los malos manejos del gobierno de Varela y donde reveló la presunta implicación del entonces presidente con el dinero de Odebrecht.

“Sufrió una persecución por el ejercicio de su profesión como abogado. Le tocó la peor parte de lo que todos sus colegas sufrimos con la satanización del sistema panameño ...”, dijo Eduardo Leblanc, defensor del Pueblo en su cuenta de X.

En 2018, el bufete Mossack y Fonseca anunció el cierre de sus oficinas en Panamá y el resto del mundo a consecuencia del escándalo de los Panamá papers.

Fonseca Mora no pudo asistir al juicio que se realizó en abril pasado por los papeles de Panamá. Justo en ese momento cayó en un hospital del interior del país. Su salud se deterioró agudamente y tras varias semanas en cuidados intensivo,s falleció.

La fiscalía pidió para cada uno de ellos 12 años de cárcel, la pena máxima por blanqueo de capitales.

El expresidente panameño Ricardo Martinelli, asilado en la Embajada de Nicaragua tras ser condenado a casi 11 años de cárcel por blanqueo de capitales, lamentó la muerte de Fonseca, quien fue compañero de clases.

El Colegio Nacional de Abogados (CNA) lamentó el fallecimiento del abogado. En palabras de un amigo: era “un buen tipo”.