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- 25/08/2024 15:34
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Más de 230,000 migrantes irregulares cruzaron la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia y que une a Sur y Centroamérica, en lo que va de este año, la mayoría de nacionalidad venezolana (66 %), seguidos de colombianos y ecuatorianos, informó el Ministerio de Seguridad Pública en un comunicado.
Desde el 1 de enero y hasta la fecha atravesaron la jungla en su ruta hacia Norteamérica un total de 231,089 viajeros irregulares, siendo las principales nacionalidades la venezolana, con 153,226 migrantes o el 66,3 %; la colombiana, con 14,659 o el 6,3 %, y la ecuatoriana, con 14,569 o el 6,3 %, precisó la entidad.
La cuarta nacionalidad por número de migrantes es la china con 12,067 migrantes o el 5,2 % de la totalidad del flujo hasta este 25 de agosto, seguida de la haitiana, con 11.224 (4,8 %), mientras que 25.330 tienen otras nacionalidades no precisadas.
“Durante este año también han llegado a Panamá un total de 133 menores de edad no acompañados y un total de 42 personas han perdido la vida en la travesía peligrosa de Darién”, detallaron.
La migración irregular por la selva fronteriza está controlada por el grupo criminal colombiano Clan del Golfo, de acuerdo con las autoridades de Colombia y Panamá. Los migrantes que se adentran en la jungla se enfrentan a asaltos y violaciones así como a los rigores propios del entorno, como animales salvajes y crecida de ríos.
Cae el flujo migratorio
Al llegar a Panamá, los migrantes son atendidos en estaciones migratorias donde reciben atención sanitaria y alimentación, y se les toman datos biométricos, lo que permite a las autoridades llevar una estadística de cruces y detectar criminales, como ellas mismas han señalado.
Es así que el Ministerio de Seguridad Pública precisó este domingo que en enero entraron al país a través de la selva 36.001 migrantes, en febrero 37.176, en marzo 36.841, en abril 29.259, en mayo 30.747, en junio 31.049, en julio 20.519, y en lo que va de agosto 9.497.
La caída del flujo migratorio en julio y en lo que va de este agosto coincide con la medida panameña de cercar trochas en la selva para intentar canalizarlo y la puesta en marcha de un plan conjunto de Panamá y Estados Unidos para repatriar a los viajeros que crucen la selva.