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Laboratorios fabricantes, responsables de las medicinas caras en Panamá
- 10/08/2022 00:00
- 10/08/2022 00:00
Las quejas persistentes por los altos precios de los medicamentos reflejan la frustración de la sociedad panameña por la incomprensible diferencia que existe entre el valor del mercado panameño y el de otros países de la región. ¿A qué se debe esta diferencia?
La Estrella de Panamá conversó con diferentes actores académicos, gubernamentales y privados, que están relacionados con el sector de los medicamentos, para identificar cómo funciona la cadena de importación y comercialización.
En el proceso de investigación, este diario determinó que los laboratorios fabricantes (Bayer, Sandoz, Mega Labs, Sanofi, Unilever, Abbott, Pfizer y Merck, por mencionar algunos), imponen los precios de los medicamentos a las casas distribuidoras que a su vez los venden a las farmacias privadas y al Estado, obteniendo márgenes de ganancias razonables.
Por ejemplo, un medicamento que el laboratorio fabricante extranjero ofrece al distribuidor en $40,11, este puede venderlo a la farmacia privada en $52,10, con un margen de ganancia aproximado de 23%. Este porcentaje es sin los descuentos que los distribuidores realizan a las farmacias privadas que pueden oscilar entre 5% y 15%.
Ese mismo medicamento, la farmacia privada a su vez lo vende a $71,75, lo que significa un margen de ganancia aproximado de 27%, a sabiendas de que puede modificarse por el descuento del 20% que reciben los jubilados y personas de la tercera edad. No obstante, ese mismo medicamento tiene un costo de $39.10 en las farmacias colombianas.
El ejemplo anterior es una muestra de los precios a los que acceden las distribuidoras panameñas de los laboratorios fabricantes, sustancialmente superiores al precio asignado a otros países de la región, tal como lo explicó a La Estrella de Panamá una fuente vinculada al sector de los medicamentos.
Los grandes laboratorios, además, exigen a los distribuidores la firma de un contrato de confidencialidad, que impide divulgar los precios a los que son adquiridos los medicamentos, que es similar a los firmados por Panamá con los laboratorios fabricantes de la vacuna contra la covid-19.
De violar este principio, los distribuidores pueden perder el negocio con los fabricantes, que pueden negarse a vender los medicamentos.
Panamá, sin embargo, es un pequeño mercado para los laboratorios extranjeros que fabrican los medicamentos para el mundo entero. Un pedazo del pastel prácticamente insignificante que pueden dejar de abastecer por considerar que no es rentable para sus intereses, lo que podría provocar un desabastecimiento de productos de alta calidad en Panamá, en caso de que el gobierno imponga precios tope o no logre negociar un valor más barato de las drogas con los fabricantes. El músculo de Panamá con las casas fabricantes es débil.
Rosa Buitrago, decana de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Panamá, en una entrevista que realizó este diario en el mes de febrero de 2022, explicó que uno de los aspectos que más influye en el precio de los medicamentos es la cantidad de personas para las que el país, hospital, institución u otros adquieren los medicamentos.
A menudo se suelen comparar los precios de España y Panamá. Pero para la académica “nunca son comparables”. España cuenta con más de 47 millones de habitantes versus una población de alrededor de 4,5 millones.
Por otra parte, las políticas de salud de ambos países difieren de forma notoria. España tiene un nivel de subsidio en los precios que puede superar el 50%. En otros casos, como el de nuestro vecino Colombia, tendríamos que destacar, además de la población y diferencias en políticas sanitarias, la fuerte industria nacional farmacéutica.
Panamá cuenta con menos de una decena de laboratorios fabricantes, por lo cual depende casi totalmente de la importación para cubrir la demanda. Todo ello establece importantes diferencias en los precios de medicamentos, concluyó la docente, Buitrago.
La importación de medicamentos está exenta de aranceles, explicó Tayra Barsallo, de la Dirección Nacional de Aduanas. Aunque los productos deben cumplir con los controles sanitarios establecidos por el ente regente de la salud para ingresar al país.
En Panamá, el mercado de la venta de medicamentos tiene dos mundos: las farmacias privadas y el gobierno. En el gobierno, los mejores clientes son la Caja de Seguro Social, el Ministerio de Salud (Minsa) y el Instituto Oncológico.
La CSS adquiere medicamentos a través de las denominadas licitaciones de precios únicos. Los distribuidores, en conjunto con los laboratorios, les dan seguimiento a las licitaciones que publica el Estado y deciden si licitan o no.
El distribuidor no puede ir solo sin tener el visto bueno del fabricante, que le debe garantizar la cantidad requerida por el licitante al momento preciso y, además, garantizar el precio ofertado por el tiempo de vigencia de la licitación.
Los márgenes de ganancia para el distribuidor establecidos por el laboratorio fabricante pueden oscilar entre 5% y 8%, considerando el precio de referencia de la institución.
La entrega de medicamentos que hacen los distribuidores es a solicitud de la CSS. No es hasta que se hace cada entrega que el distribuidor presenta sus facturas.
La realidad es distinta cuando la institución compra a entidades internacionales, quienes exigen que se les pague todo el monto desde el inicio y se reciba el total de los medicamentos.
El otro mundo es el de las farmacias privadas. La cadena de comercialización funciona desde el laboratorio fabricante del medicamento, que lo vende al distribuidor local, que lo importa y distribuye a las farmacias e instituciones.