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Juana Herrera: 'Estoy aquí representando a las mujeres panameñas'
- 13/04/2023 00:00
- 13/04/2023 00:00
Juana Herrera parece una mujer sensible. Ante las cámaras de fotografías, sus ojos se humedecen: recuerda que su mamá es su mayor inspiración para trabajar por las mujeres.
Está sentada en un cómodo sillón amarillo, en la sala de reuniones que se halla justo al lado de su despacho, en el recién creado Ministerio de la Mujer. Está inquieta. Quiere lucir esbelta para las fotos. Usa sus dos manos para ajustarse el saco. Y al mismo tiempo busca la rectitud de su columna y empuja el pecho. El primer flash de la cámara la sorprende. Es su primera entrevista pública, como ministra de la Mujer.
En una conversación de media hora, a pleno mediodía, la ministra no solo muestra su lado humano sino también espiritual. Es creyente de las “diosidencias”, de aquellas pequeñas señales que un ser supremo envía a una persona. Y su llegada a este ministerio no es precisamente una coincidencia, para ella. ¿Era su destino?
Es hija de una humilde pero luchadora madre soltera, que no escatimó en trabajo para que sus hijos se convirtieran en hombres y mujeres profesionales que incursionaron en la medicina, la política y la diplomacia. Nuevamente la traicionan las emociones. Al referirse a su mamá debe hacer una pausa, visiblemente conmovida. Su progenitora es la persona que más admira.
Era apenas una adolescente de secundaria cuando incursionó en un movimiento feminista. Estaba inmersa en esta lucha por los derechos de las mujeres, cuando se adoptó el “Día Internacional de la Mujer” (1975).
En su adolescencia mostró su solidaridad y apoyo a otras mujeres. En casas viejas y abandonadas, que acondicionaba, cuidaba niños para que otras mujeres trabajaran, recuerda en tono bajo, pero claro.
Es socia activa del Foro de mujeres políticas, que le ha tocado presidir. Desde esta trinchera comprometió al actual presidente para la creación del Ministerio de la Mujer.
Las críticas que aluden a que este ministerio fue creado para engrosar la planilla estatal, no la incomodan. A un año de las elecciones, le corresponderá estructurar el presupuesto de la institución, que heredará el próximo gobierno. Mientras que ella trabajará con las estructuras y el personal del antiguo Instituto de la Mujer.
Los ventanales permiten apreciar una panorámica de los edificios y viviendas de La Cresta, una de las más exclusivas zonas de la ciudad de Panamá. El sol está en el cenit. El tiempo pasa rápido, pensé. La mirada de la asistente de la ministra parece alertarme de que no hay para más. Hay otros compromisos que cumplir, intuía. Juana Herrera quiere que la recuerden como esa mujer que luchó por la protección de otras.
La Estrella de Panamá presenta un extracto de la entrevista con quien debe velar por la seguridad, igualdad e inclusión de las 2,1 millones mujeres de Panamá.
Una mujer que ocupe este puesto tiene que ser una mujer comprometida con los derechos humanos, que deben respetársele a toda mujer. Debe ser sensible, debe identificarse y comunicarse con las otras mujeres sin importar la clase social ni la educación. Además, debe tener la facilidad de conectarse con esas otras mujeres que tienen éxito y también debilidades, porque tenemos que apoyarnos todas.
Yo antes me refería a coincidencias. En el transcurrir de mi vida, me he percatado de que no son coincidencias sino diosidencias. Cuando tenía 17 años participé de un movimiento femenino que promovió que se aceptara el Día Internacional de la Mujer (1975). Nos movíamos en las comunidades. Las estudiantes de secundarias del movimiento formábamos parte de la Federación Nacional de Mujeres Democráticas y cuidábamos centros infantiles. En casas prestadas y viejas, que acondicionamos, las mujeres que trabajaban dejaban a sus niños. Nosotras, con una adulta, los cuidábamos.
En (1975), la esposa de Nelson Mandela llegó a Panamá. Entonces se luchaba por su liberación de la cárcel. En medio de esto, se da un evento en la Asamblea Legislativa. A mí me pidieron que diera unas palabras. Entonces no tenía toda la preparación que tienen muchas de las chicas ahora. Pero lo hice con el apoyo de otras mujeres y compañeras. Desde entonces estoy inmersa en el movimiento de mujeres. Algunas veces es más intenso, otras menos. Y, digo esto último porque el ciclo de desarrollo de las mujeres es variable. Cuando uno llega a la universidad, se dedica a estudiar, pero luego vienen los hijos. Esas cosas priorizan en cuanto a la participación de las mujeres en movimientos.
¡Seguimos trabajando! Hace más de 15 años ingresé al Foro de Mujeres de Partidos Políticos, como socia activa. Y hace más de tres años, me correspondió asumir la presidencia del foro. Así vuelvo, y retomo desde otro ángulo la lucha de las mujeres por sus derechos a participar, a elegir y ser elegidas. A que ese derecho se dé en igualdad de condiciones.
Es un honor que me hayan considerado. La lucha de las mujeres de este país tiene una historia increíble, que va desde la que formó el primer partido feminista, las que luchamos por el derecho al voto, que entonces era parcial. Entonces, solo las que tenían cierta instrucción, podían tener el derecho al voto. Y se siguió luchando. Y después, las que fueron diputadas lo hicieron en un ambiente muy adverso. Yo siempre menciono a nuestra querida Marta Matamoros, que luchó por el fuero maternal. Ella luchó y ahora todas las que tienen hijos tienen ese derecho, gracias a esa mujer.
Hay una que admiraré el resto de mi vida: es mi madre. Ella representa a muchísimas mujeres panameñas en su día a día. (Se le llenan los ojos de lágrimas).
¿Qué te dice tú mamá? (Pregunta, pero se responde ella misma) “¡Estudie! Eso es lo único que puedo dejarte”. Hay mujeres que trabajan, que velan por sus hijos, que les dan la fortaleza para seguir adelante. Mi mamá representa a esas miles de mujeres.
Estoy aquí representando a las mujeres panameñas.
Pero, mi mamá es... (la emoción la deja sin palabras). Es una mujer que luchó. Yo provengo de un sector humilde (Nuevo Emperador, Arraiján). Pero, gracias al estudio, he salido adelante. Mi hermana (Balbina Herrera) fue candidata a presidente. Mi hermano es diplomático de carrera. Tengo otra hermana que es periodista, que es asistente de monseñor (José) Ulloa , en temas de comunicaciones. Tengo un hermano que es abogado. Y otro que es técnico. Somos seis hermanos.
Me emociono porque hay muchísimas mujeres en el mundo, pero mi mamá representa a la mía, a la tuya y a la de muchos otros. Incluso, a mí misma. Cuando veo una mujer que viene a buscar ayuda, que se atrevió a hacerlo, la admiro. Quizá nosotros vivimos muchas carencias. Y todo era adverso para que saliéramos adelante. (Pero, lo logramos).
El Gabinete del presidente Laurentino Cortizo tiene la mayor participación de mujeres. Más del 35% es mujeres, que es poco. Quisiéramos el 50% y 50%. Pero si revisamos gabinetes de otras administraciones, no tenemos la misma participación.
Antes de la instalación del gabinete y de ganar la campaña electoral de 2019, participamos, como presidenta del foro de mujeres, en el desarrollo del pacto “Mujer y desarrollo e igualdad”, que promovió el compromiso de la creación del Ministerio de la Mujer. En ese momento, el candidato (Laurentino) Cortizo lo firmó. Y dijo que tenía un equipo, esposa e hija, que estaban a favor de la creación de esta estructura.
Con esa idea empezamos el gobierno, pero la pandemia nos truncó todos los proyectos que teníamos. Lo que te quiero decir con esto es que hay un compromiso y una voluntad de hacer las cosas.
La administración del presidente Cortizo termina en junio de 2024. Estamos en marzo de 2023, a un año y meses de concluir esta administración gubernamental. Tenemos el compromiso de dejar instalado y estructurado el ministerio, con las direcciones correspondientes. Al próximo gobierno, a la otra administración, le corresponderá continuar con el trabajo.
La otra parte son las mujeres violentadas y asesinadas por sus parejas, las que cobran menos salarios por el mismo trabajo que están haciendo versus su competencia masculina, y las niñas abusadas. La no participación de las mujeres en puestos de gerencia. No todas las empresas tienen el 50% y 50%. Si nosotros vemos los resultados de las universidades: ¿quiénes se gradúan? (se responde) Las mujeres. Sin embargo, cuando vamos a las empresas o a las instituciones, no son las mujeres las que dirigen.
Cuando hablamos de la desigualdad, de la exclusión, nos preguntamos si vale la pena seguir luchando. Si Clara González hubiera pensado y se hubiera quedado callada, no hubiésemos tenido derecho al voto. Si la primera mujer presidente, (Mireya Moscoso) le hubiese hecho caso a las críticas, no lo hubiera logrado. Si la ingeniera, Balbina Herrera le hubiese hecho caso a las críticas, no hubiera sido la primera mujer presidenta de la Asamblea. Y así, hay un sinnúmero de mujeres en nuestro país que si hubiesen hecho caso a las críticas, no hubieran seguido adelante. Esa es la naturaleza de las mujeres: seguimos adelante. Estamos comprometidas.
Tengo la responsabilidad de crear la estructura administrativa. Estamos funcionando con lo que tenía el Instituto de la Mujer, con el personal y la estructura. Dos, nos corresponde estructurar un presupuesto, que sea cónsono con lo que se va a desarrollar para 2024. Y, tres, fortalecer un aspecto estructural, que es importante para nosotros, que son los centros de atención de las mujeres que son víctimas de violencia.
Como una mujer comprometida con la protección de las mujeres. Que está dispuesta a buscar los mecanismos para la protección inmediata de las mujeres. Que puedan tener acceso inmediato a su seguridad, que no tengan que subir y bajar ... (escaleras).
Cuando hablamos de la mujer en la política, todo el mundo piensa en la política partidista. Yo siempre estoy abogando en que si hay más mujeres participando en política, va a haber más políticas para las mujeres.
Nosotros queremos hacer alianzas con los organismos estatales para trabajar en equipo. Otro aspecto importante son las campañas de sensibilización. Los medios de comunicación deben ayudarnos. Confío en los medios porque siempre han ayudado... en la prevención del cáncer y en la salud mental. Tenemos que ayudar a sensibilizar a los familiares, a que la mujer sepa que puede ir a buscar ayuda y que no va a ser cuestionada. Que ellas puedan sentir ese acompañamiento que le va dar nuestro centro de atención. Que se sientan seguras de que van a tener un equipo que las va a respaldar .