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Canciller dice que los evasores están en otros países, no en Panamá
- 23/09/2024 14:21
- 22/09/2024 19:34
A pesar de que lleva menos de tres meses como canciller, Javier Martínez-Acha ha tenido que enfrentar situaciones duras y desafiantes relativas al cargo.
Desde su nombramiento, ha tenido que navegar por aguas turbulentas, enfrentándose a movimientos migratorios masivos, a la inclusión del país en listas negras y grises, y a la crisis humanitaria en Venezuela, lo que hace que el papel del canciller se vuelva crucial para enfrentar estas complejidades.
La situación actual de la política internacional y los retos internos que enfrenta el país, son temas de gran relevancia en la agenda del canciller de la República.
Durante esta entrevista, exploraremos cómo su gestión ha sido influenciada por estos factores, así como las estrategias implementadas para fortalecer las relaciones exteriores.
El canciller ha destacado la importancia de una política exterior proactiva y colaborativa, buscando no solo el bienestar del país, sino también contribuir con la estabilidad regional.
Martínez-Acha ha enfrentado múltiples desafíos debido a la crisis en Venezuela, que se ha convertido en un problema regional e internacional de gran magnitud. La situación en ese país ha llevado a un éxodo masivo de venezolanos, constituyendo una crisis migratoria para Panamá.
Uno de los principales retos ha sido la necesidad de proporcionar asistencia humanitaria a los migrantes, en su mayoría venezolanos, quienes llegan sin nada. El canciller ha destacado la dificultad de atender a estas personas, pero, aun así, se les asegura alojamiento, comida y demás, todo esto en un contexto de recursos limitados y siempre velando por los derechos humanos de los migrantes.
A pesar de que el canciller tenía dos importantes reuniones después de esta entrevista, que se inició a las 5 de la tarde, siempre estuvo relajado y cordial. “Él no descansa y, en ocasiones, ni siquiera come”, afirma un cercano colaborador del ministro.
Se trata de un hombre tranquilo, sereno y sus amigos cercanos lo consideran un hombre de consenso y un mediador.
Pero, ¿sabía el abogado Martínez-Acha que el cargo que ocuparía sería tan retador? Él indica que tenía la idea de que era un trabajo al que había que dedicarle bastante tiempo, pero lo que no esperaba era tener que enfrentar tantos desafíos a la vez.
No hay mucho tiempo, así es que, sin demoras, empezamos la conversación.
Ministro, ¿cuál es la posición del Estado panameño en relación con el tapón de Darién? ¿Se quedará como está?
El tapón de Darién es, más que nunca, una representación del castellano muy bien hecha. Es un tapón, que es reconocido por la Unesco; es nuestro Amazonas y debemos protegerlo.
A raíz del flujo irregular de migrantes, tenemos diferentes amenazas. Por supuesto, la amenaza principal es la que proviene de grupos ilegales; recientemente Panamá tuvo a tres afganos vinculados a Al-Qaeda y, por supuesto, también está la amenaza al ecosistema, al bosque tropical del tapón del Darién.
Estamos determinados como país, bajo el liderazgo del presidente José Raúl Mulino, primero, a defender nuestro territorio; segundo, a establecer nuestras políticas migratorias como país soberano que somos, y a partir de ahí, por supuesto, también tener sensibilidades con ese fenómeno irregular de la migración, cuyas raíces están en otros países que tienen serios problemas sociales y políticos.
Se trata de una situación muy dramática, y por ser Panamá un país de tránsito, tenemos que atender todo tipo de pruebas derivadas. Dedicamos más de cien millones de dólares al año para atender esta situación: desde ayuda humanitaria, ayuda sanitaria, alimentaria, y, por supuesto, también la defensa de nuestro territorio, siempre respetando los derechos humanos.
Hablando del tema migratorio, pareciera que ha disminuido un poco la avalancha que tuvimos los meses pasados. ¿Cuáles estrategias concretas está aplicando el Gobierno panameño en este tema? ¿Cómo está enfrentando esa crisis migratoria?
Es una crisis multidimensional que se debe atacar desde diferentes ámbitos. Es cierto, el flujo hasta agosto estaba en un 20 % por debajo del año pasado. No podemos concluir que es debido a las políticas del nuevo gobierno, aunque por cierto sí tiene mucho que ver la determinación del presidente Mulino y de su gobierno en atender este fenómeno con una característica íntegra, no solamente desde el punto de vista humano, sino también desde el punto de vista de defensa del Darién, de defensa del territorio y de proteger al país contra amenazas asimétricas.
Por supuesto, el Memorando de Entendimiento con Estados Unidos que permite, con la anuencia de los países de origen de los flujos migratorios, repatriar voluntariamente a sus nacionales, sirve como una forma de disuasión para que no inicien el viaje desde sus países. No obstante, hay que decir que Panamá solo no puede contener ni resolver el problema de la migración irregular, sino que debe ser el concurso de países de origen, de tránsito y de destino.
Hay una situación particular en Venezuela que nos preocupa en estos momentos, y es que la coyuntura pareciera indicar que se puede empeorar. Si eso ocurre, Panamá debe estar preparado para enfrentar un incremento en el flujo de migrantes irregulares. Hoy en día, a pesar de la reducción de la migración, el número de venezolanos sigue siendo el mayor, en segundo lugar están los ecuatorianos, tercero Colombia, luego la República Popular China y Haití.
Panamá tiene toda la intención de seguir siendo un país con una cara amiga ante el flujo irregular de migrantes, pero el país tiene una principal misión: resolver los problemas de nuestros ciudadanos y reducir el impacto de la migración irregular, sobre todo, en lo que se refiere al presupuesto nacional.
En otro tema, ¿qué está haciendo o qué piensa hacer Panamá en relación con las listas en las que el país es incluido, desde la óptica de muchos, injustamente? Pareciera que Panamá no ha tenido una estrategia para enfrentar eso...
El tema de la inclusión de Panamá en esas listas, hay que decirlo, es injusto, sobre todo, hoy en día. Yo podría darle por escrito más de 17 medidas que Panamá ha tomado con una total rigurosidad por encima de las que tienen muchos países de la OCDE o de la Unión Europea. Panamá tiene una legislación fiable, que cumple con los estándares y requisitos de las mejores jurisdicciones que compiten con nosotros.
La inclusión del país en esas listas obedece simplemente a coyunturas particulares, cuando un gobierno permitió que una situación de un bufete de abogados asumiese el nombre de la República. Yo no soy defensor de ese bufete, pero hay que destacar que ese caso en nuestro país, obtuvo un veredicto a favor de los acusados.
Sin embargo, el país sufrió toda la mala fama y la propaganda negativa debido a esa coyuntura. Hay que decir que los mal llamados, los injustamente llamados “papeles de Panamá”, en un 98 % eran papeles de otros, ¿por qué se permitió que se llamaran papeles de Panamá?
Dicho lo anterior, nosotros no vamos a permitir que se nos coloque en listas indignas. Si somos socios fiables como, por ejemplo, para ser miembro del Consejo de Seguridad, desde el primero de julio; si somos socios fiables para extraditar a ciudadanos, precisamente por evasión fiscal, de aquellos países que nos tienen en listas; si somos socios para luchar por la democracia; si somos socios para luchar en pro de los derechos humanos... ¿por qué nos tienen en esas listas?
Consideramos, reitero, de que se trata de una injusticia, y el país tiene todo el derecho de defenderse y de tomar las decisiones que el presidente de la República estime convenientes. Queremos tener las mejores relaciones con todos los países amigos, pero exigimos un trato igualitario.
Nuestro centro financiero tiene cien mil millones de dólares, más o menos. Los centros financieros donde posiblemente estén los dineros de esos evasores no están aquí. Nosotros representamos menos del 3 % de los activos del centro financiero general. Si hay que buscar evasores, que los busquen en otros sitios, porque en Panamá no están. Además de que tenemos, como muchos países, tratados de doble fiscalidad, tratados de cooperación fiscal y somos una jurisdicción que colabora abiertamente con todos aquellos que nos piden esa cooperación.
Ahora hablemos del conflicto de Venezuela. Cuando el presidente Mulino se ofreció como mediador para la solución de conflicto, ¿cuál fue la reacción de Lula y Petro?
No le puedo decir exactamente cuál fue la reacción de ellos. En lo que sí estoy claro es en que todas las democracias del continente desean algo y es que se cuenten las actas. En el caso de Panamá, lo que queremos y esperamos es que el presidente electo, Edmundo González, asuma la presidencia el 10 de enero del próximo año.
Ya lo he dicho: si el gobierno actual afirma que ganó unas elecciones, ¿por qué no enseña las evidencias? Para Panamá, el señor Maduro es un candidato derrotado, vencido, que perdió las elecciones, y para Panamá el presidente electo se llama Edmundo González. Esperamos, repito, que el diez de enero sea el presidente en funciones de la República de Venezuela.
Vimos una reunión de la ONU que se realizó recientemente en Nueva York, donde se dio a conocer un pronunciamiento sobre el caso Venezuela. Usted fue el vocero de ese importante encuentro, ¿cuántos países había representados en esa reunión?
En lo que respecta a presencia física, no le puedo confirmar el número, podría ser arriba de 30 países. Pero los que subscribieron el comunicado fueron más de 50. Tengo que reconocer el esfuerzo de la misión de Panamá en la ONU; hicieron un trabajo destacado, sin descanso, para presentar, digamos, la intención de consensuar el texto con la participación de democracias importantes del mundo. Estados Unidos, España, Italia, países de Asia se fueron sumando; evidentemente todos compartimos los valores democráticos.
Fue una idea que se conversó con países aliados, que fue consensuada poco a poco y que fue creciendo. A los Estados Unidos le interesó la propuesta y muchos países hablaron entre ellos y, al final, llegamos a ese acuerdo y a ese consenso que se dio la semana pasada en la sede.
Lo que está sucediendo en Venezuela es una total violación de los principios democráticos.
¿Cómo usted fue seleccionado vocero de ese importante logro donde había tantos países representados?
Al inicio de las conversaciones éramos pocos. Hablé con el ministro de la Unión Europea, y desde el primer día se mostró a favor. A partir de allí, se dieron cuenta de que Panamá estaba buscando ese consenso de un texto común. Le recuerdo que Panamá, al igual que muchos países, reconoce al señor Edmundo como ganador y hay otros países que piden las actas. Entonces, encontrar un consenso en democracia a veces es complicado. Lo perfecto es enemigo de lo bueno, tal y como reza la frase célebre de Voltaire. Quizás ahí se dio algo muy bueno que no es lo perfecto: el mensaje se logró transmitir.
Después de ese mensaje, ¿qué espera esa gente que representa la democracia? ¿Qué va a pasar en Venezuela?
Nosotros esperamos que se respeten los resultados de las elecciones, que se respeten los derechos humanos en Venezuela, que se liberen los pesos políticos, que cese la represión, que los venezolanos tengan un proceso de transición pacífico y encuentren las fórmulas para vivir en paz y que al final el señor Edmundo González pueda ser el primer mandatario, a partir del 10 de enero.
¿Tenemos medidas de retorsión con Venezuela?
No hemos implementado ninguna medida de retorsión con Venezuela... A raíz de las posiciones que la República de Panamá ha tomado en relación con las elecciones de Venezuela, ese país rompió relaciones con nosotros, lo que ha provocado unas consecuencias en estos momentos, comerciales, por ejemplo. Pensamos que, eventualmente, cuando Venezuela logre ser un país democrático, todo volverá a ser muy fluido con ese hermano país.
Venezuela ayudó mucho a Panamá durante las negociaciones de los tratados Torrijos-Carter. Y durante la crisis política, económica y social de los años 87, 88 y 89, muchos panameños se refugiaron en ese país. El presidente Mulino jugó un papel importante durante esa crisis, junto con muchos buenos panameños, por lo que además de ser un convencido de los valores democráticos, sigue siendo agradecido con Venezuela.
Hablemos ahora del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). Sabemos que Panamá fue invitado a participar en ese bloque tan importante. ¿Qué hay de adelanto en ese proceso?
Estamos trabajando paso a paso. Se trata de un proceso sofisticado, porque Panamá sería miembro de un grupo donde hay cinco países (Argentina, Brasil, Paraguay Uruguay y Venezuela).
Inicialmente, lo que estamos buscando es poner la plataforma logística del país al servicio del Mercosur. Los países de ese bloque ven a Panamá como un trampolín para procurar que sus exportaciones lleguen más rápido y de la manera más eficiente a sus grandes mercados.
El presidente Mulino es consciente de la importancia de ese grupo y nosotros trabajaremos siempre procurando una operación muy fluida con ese sector, porque eventualmente tendremos que competir para que el mercado panameño sea atractivo para grandes inversiones y también para que podamos exportar a grandes mercados como el caso de Mercosur.
El MERCOSUR es muy interesante, porque permite la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados partes, entre otros beneficios.
¿Cómo anda el tema de los nombramientos de los cónsules y de los embajadores?
Vamos caminando a buen ritmo. Ya tenemos 14 beneplácitos, estamos esperando el resto. Esperamos que para el mes de octubre tengamos a todos los embajadores con beneplácito, para que puedan llegar a sus misiones, no solo para afianzar las relaciones diplomáticas, sino también las comerciales, culturales, y obtener objetivos que redunden en un crecimiento económico para el país.
Le ha tocado enfrentarse a situaciones difíciles en poco tiempo, ¿usted sabía que esto era así?
Bueno, sabía que era bastante movido el papel del canciller, que hay que dedicarle tiempo, pero han ocurrido coyunturas que no esperábamos. Con el liderazgo del presidente Mulino estamos marcando una diferencia en la región. Hay que agradecer la experiencia del presidente que ha sido canciller de la República, sobre todo en momentos difíciles para nuestra República; ha sido ministro de seguridad, por lo tanto, tiene una visión muy integral de lo que puede ser la gestión de una cancillería exitosa. Créame que lo que hacemos aquí es siempre con sus orientaciones y con su liderazgo. Es una persona que escucha, que toma decisiones. Me siento muy honrado de trabajar con él.
¿Qué va a pasar con el expresidente Ricardo Martinelli, que aún permanece en la embajada de Nicaragua? ¿cuál es el proceso a seguir?
Eso es un asunto que está siendo llevado en la cancillería con mucha sensibilidad. El señor Martinelli continúa en la embajada de Nicaragua y sus abogados están haciendo los trámites pertinentes a su caso y tengo que respetar ese proceso. Sí le puedo decir que en esta cancillería vamos a hacer lo que la ley nos obliga a hacer, siempre respetando el derecho internacional.