Isla Boná, entre reclamo de una empresa y la aspiración de ambientalistas

La empresa Bona Pacific Corp, que busca desarrollar un proyecto petroterminal el isla Boná, salió a defender la obra y acusa a “grupos económicos de una feroz campaña” en su contra para mantener el monopolio de la venta de combustible a barcos en la entrada del Pacífico del Canal de Panamá.

En una conferencia de prensa, los directivos de la empresa, Raam Ady y Sandra Rogers, y el vocero Justino González, alegaron que la empresa ha hecho todos procesos administrativos, 45 en total, para desarrollar el proyecto y que han “cumplido cabalmente” con el ley de contratación pública.

También hablaron del tema ambiental y Ady alegó que realizan estudio que hasta el momento ha determinado que en el área, donde se construirá la obra, no presenta un peligro para las aves migratoria. El empresario, incluso dijo, que en la zona donde se realizarán las construcciones no se observa muchas aves.

Las declaraciones de los directivos de la empresa, quienes se identificaron como los únicos inversionistas del proyecto, surgen meses después que organizaciones ambientales y científica han solicitado que isla Boná sea declarada área protegida porque es un santuario de aves migratoria.

Al rechazo del proyecto se ha unido la Asociación Panameño de Hoteleros (Apatel) y la Contraloría General, por su parte, no refrendó el contrato firmado entre la empresa y la Alcaldía de Taboga. El presidente de la República, Juan Carlos Varela, se manifestó en contra del proyecto que fue avalado por el Consejo Económico Nacional (CENA).

Isla Boná, que queda a unas 10 millas náuticas de la turística isla Taboga, comprende 74.7 hectáreas, de las cuales 34.7 hectáreas fueron concesionadas a la empresa en un contrato a 20 años prorrogables.

De acuerdo a los directivos de la empresa, de las 34.7 hectáreas 10 hectáreas serán destinadas a zona de amortiguamiento y solo ocho hectáreas para la construcción de los tanques de almacenamiento de combustible.

Tanto Ady como González hicieron énfasis en que el área donde se desarrollará el proyecto no tiene mucha importancia ambiental y mostraron una gráfica sobre las condiciones de la zona. El 10% es herbazal y árboles dispersos, el 20% es rastrojo y vegetación arbustiva y el 70% restante es bosque secundario joven. González indicó que en 1971 operó una empresa minera en la zona y mostraron imágenes.

Según Ady y de González, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) realizó sobre el desarrollo logístico del trasiego de combustible que incluye a isla Boná como una de las zonas potenciales para la actividad.

Además de que el proyecto generará empleo a los residentes de los corregimientos de Otoque.

Sin embargo, la Asociación de Derecho Ambienta acompañado de residentes de Otoque reiteraron el rechazo al proyecto. Kevins Cortéz, de la Asociación de Jóvenes por la protección de Otoque y Boná, consideró que si bien es cierto el proyecto puede generar empleo, también es cierto que son temporales.

Este proyecto puede ser contraproducente para el desarrollo del turismo en la zona, alegó.