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Exclusiva: EE. UU. busca sumar a Costa Rica al programa de deportaciones
- 08/07/2024 13:03
- 07/07/2024 17:50
Costa Rica observa con atención la implementación del Memorando de Entendimiento suscrito entre Panamá y Estados Unidos, un plan piloto que pretende reducir el número de migrantes que cruzan la selva del Darién que divide la frontera colombo-panameña. El programa consiste en la repatriación vía aérea de las personas que no tienen justificación legal para permanecer en el istmo.
El norte quiere que Costa Rica también participe en el programa, pero como nos dijo el presidente Rodrigo Chaves en entrevista exclusiva a La Estrella de Panamá, antes de comprometerse a cualquier cosa, quiere ver cómo funciona el plan y la experiencia de Panamá en este ejercicio. A Chaves le saltan algunas incógnitas sobre la operación, se pregunta qué tipo de protecciones le daría la legislación costarricense a los migrantes antes de la deportación; qué sucede si alguien se niega a ser deportado. Espera absolver esas preguntas cuando se ponga en práctica el Memorando. Por otro lado, el mandatario costarricense envió un mensaje alto y claro a su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, a pocos días de que ocurran las elecciones presidenciales en el país samericano.
Nosotros hablamos de todos los temas bilaterales. El presidente Mulino fue a Costa Rica cuando era candidato, entonces la conversación ya había empezado. Con la migración en específico, Costa Rica ha sido clarísimo. Nosotros vemos que hay factores que empujan a gente salir de Ecuador, Colombia, Venezuela, incluso algunos que vienen de lugares muy lejanos como Pakistán, Somalia, esos factores que empujan no los controlamos. También hay factores en Estados Unidos, temas que tienen que ver con mejores oportunidades. Esos temas tampoco los controlamos.
El papel de Costa Rica es administrar los flujos de manera efectiva y evitar que los migrantes se queden en nuestro país. Acuérdese que Costa Rica es el país que tiene el salario más alto de toda Latinoamérica. Si cambian los parámetros, y Panamá decide cerrar la frontera del Darién, nosotros nos adaptaremos de manera consecuente. El presidente Mulino lo ha dicho, y para él la frontera de Estados Unidos se encuentra en Darién. En la conversación estuvimos intercambiando escenarios y fue muy productiva.
Habría que ver cuáles son las consecuencias de ese cierre en términos prácticos. Cerrar el Darién operativamente no es sencillo. Habría que ver cuánta gente efectivamente pasaría, cuáles serían los desafíos de identificación, si Colombia va a entregar documentos de las personas pasaron por ahí o no. Entonces nosotros somos un gobierno muy práctico que se ha adaptado a las circunstancias como lo estamos haciendo hoy. Tuvimos problemas en el pasado, mucha gente se nos quedaba en el país, había desorden en la frontera hasta que lo organizamos, y ahora los llevamos de frontera a frontera y que Dios los acompañe en su camino.
Ambos. No puede haber una sociedad segura que no respete los derechos humanos, y al mismo tiempo no puede haber una sociedad segura sin que la gente cumpla con comportamientos de estándares mínimos.
Colombia también es un lugar de paso. Lamentablemente también hay personas que llegan de lugares remotos como Pakistán, Somalia, China, que vienen a Colombia y a raíz de la constitución ecuatoriana adquieren un pasaporte y son ciudadanos de ese país con tan solo presentarse a la oficina de migración. Yo creo que el papel constructivo de Colombia es entender que los factores que hacen que la gente quiera salir de sus países no son modificables en el corto plazo: seguridad, oportunidades de empleo, inflaciones enormes, pobreza. Lo que nos toca hacer en nuestros gobiernos es administrar de manera razonable e inteligente los flujos con un enfoque de seguridad y derechos humanos.
Yo lo observo con cuidado y atención para ver qué ocurre. Es una decisión soberana entre Panamá y Estados Unidos, el último está considerando propuestas de que Costa Rica participe también en ese programa. Nosotros lo estamos evaluando y vamos a tener conversaciones participativas de trabajo en las próximas semanas. No hemos tomado una decisión, pero vamos a observar el caso de Panamá, el acuerdo se firma con Estados Unidos con mucho detalle.
Estados Unidos tiene un interés de que ciertas personas con antecedentes criminales no lleguen a su frontera y estamos discutiendo la posibilidad primero, operativamente si es posible identificarlos, cómo hacerlo y una vez identificados cómo se deportarían.
Yo no estoy en negocio para decirle a una nación soberana qué es lo que debe hacer con las políticas públicas. Lo que puedo decir es que sería bueno para todo el hemisferio que Estados Unidos tome una decisión de política migratoria. Es decir, cuántos, de qué características, con qué habilidades y qué antepasado van a permitir que entren y cuántos no. Decírselo al mundo y mantener la política de una manera robusta y por un periodo largo. Esos cambios hoy sí, mañana no, vamos a deportar, eso no le ayuda a nadie porque no crea certidumbre. Entonces respetando la soberanía de ese país, digan qué van a hacer y nosotros lo respetamos.
Es un tema operativo, tecnológico. La viabilidad de la propuesta hay que analizarla desde ese punto de vista si se puede: qué pasa si la persona se niega a ser repatriada; qué tipo de protecciones le daría la legislación costarricense; qué pasa si el país emisor de ese migrante que no corresponde llega a Estados Unidos u otro destino y éste país no lo recibe. Estamos en principio estudiando la propuesta. Me imagino que Panamá ya hizo esa evaluación y por eso estamos interesados en ver qué ocurre aquí.
Costa Rica ha repatriado, por ejemplo, somalíes, es un ejercicio caro porque lo hacemos en vuelos comerciales y tienen que viajar dos agentes de seguridad costarricenses como lo exige la aerolínea cuando se trata de un extraditado. Eso se puede hacer con personas muy específicas en casos particulares, pero no se puede hacer en números mayoristas.
Esa es harina de otro costal. Costa Rica tiene cientos de miles de solicitudes de refugio. Una cosa es una persona que legítimamente alega que en su país se le persigue. Costa Rica, para ese tipo de personas, tiene una política de brazos abiertos para las personas que buscan refugio de manera legítima. No vamos a cambiar eso. Estamos hablando de otro perfil, personas con antecedentes criminales, asociados a grupos terroristas, etc.
Costa Rica ha tenido una apertura enorme para recibir a personas perseguidas. Nosotros tenemos ya de por sí un 20% de nuestra población migrantes económicos, fundamentalmente nicaragüenses a quienes hemos recibido, y les damos servicios sociales. No estamos pensando en convertirnos en un país donde se estacionen migrantes económicos.
Mire eso no me corresponde a mí, sino a los organismos internacionales. Yo lo que le digo de manera clara y evidente es que los venezolanos han votado con sus pies y arriesgando su vida para salir de ese país a niveles de millones de ellos. Algo está pasando en Venezuela que hace que grandes números de venezolanos no quieran vivir su vida, y aparentemente sufriría, en ese territorio.
No tengo idea, no tengo una bola de cristal. Hay que ser franco
Esa es la pregunta. Primero hay que saber qué va a decidir el pueblo venezolano, si lo va hacer en libertad, y si efectivamente en sufragio la decisión de la mayoría la va a respetar el gobierno y va a entregar el poder. Tenemos muchísimos años en esas circunstancias. Entonces veremos. Yo creo que es del interés del pueblo venezolano recibir a los observadores internacionales que certifiquen el resultado de la elección, cualquiera que éste sea, como un resultado legítimo. Eso le sirve a los venezolanos y a todo el hemisferio.
Eso es lo que debería hacer si gana la oposición.
Yo lo que puedo decir es que cualquier gobernante que pierda una elección tiene que tener el patriotismo, la elegancia, la valentía de entregar el poder porque nosotros somos servidores públicos, no somos dueños de un país. Mi llamado al señor Maduro es que él permita, que su ejército y autoridades permitan unas elecciones limpias y justas. Que acepte los resultados de la voluntad del soberano, que es su pueblo. Que él debe servir, incómodo o no, esos objetivos nobles.
Yo sin dar instrucciones a nadie, y el pueblo costarricense, pueblos hermanos de Panamá y ambas naciones pequeñas, aspiramos a ver a Panamá asertivo, claro, y que tome el lado de lo correcto. Nos representa. Yo me siento orgulloso de ver a una hermana república representándonos ahí. Queremos valentía, transparencia y claridad.
Yo siento que Centroamérica debe pensar más allá de lo instantáneo, de lo urgente. Pensar en el largo plazo, el sueño de integración no se ha dado. El Sistema de Integración Centroamericana (SICA) no está funcionando, hay muchos puntos de vista. Nosotros hemos hecho propuestas con la presidenta Xiomara Castro de Honduras, que tuvo la cortesía de venirme a visitar a Costa Rica. Yo le dije: mire señora presidenta - tenía la secretaría pro témpore de SICA y tiene la de Celac- yo como presidente de Costa Rica iré a donde vayan los presidentes al mismo tiempo, a la capital que sea. Ya pasó en Esquipulas (Guatemala), en momentos de guerra se juntaron los presidentes ahí, ¿por qué no ir todos? Pero eso sí, todos, a Centroamérica a discutir y tomar una decisión final.
Mire, Costa Rica es un país desarmado. No tenemos un sólo tanque de guerra. Nicaragua tiene 50 o 52 tanques rusos. Tienen bases rusas. Lo observamos. La relación que tengo con el gobierno nicaragüense es de respeto, eso incluye aceptar que hay diferencias desde el punto de vista del mundo y de lo que debería ser la sociedad, sin embargo es una relación respetuosa a nivel de Estados. Entendiendo esas diferencias queremos mantener la paz. Costa Rica es una nación que depende del marco legal y del tratado de asistencia mutua de nuestros países.
Nosotros queremos sentarnos a conversar, tenemos una relación de hermanos, no hay disputas fronterizas, pero sí hay una pequeña porción de nuestra frontera marítima que no está absolutamente definida. Es pequeña, no hay disputa, pero le permitirá a Costa Rica tener todos sus límites bien delineados.
No sé exactamente dónde está, pero hablamos con el presidente Mulino, él dijo que iba a consultar con las agencias correspondientes. Los detalles los maneja Cancillería en Costa Rica, los límites territoriales están muy bien definidos.
Ser operativamente eficientes, es un tema logístico. Ahora, tenemos que entender que no se puede evitar del todo que los seres humanos persigan su ambición para tener una mejor vida. Me pregunto qué tipo de percepción o de realidad tienen que tener personas que deciden cruzar el Darién, una selva, con sus niños pequeños, sujetos al riesgo de violación, robos o asesinato para aventurarse a hacer eso con tal de salir de un lugar. Tiene que ser tremenda la presión. A nosotros nos encantaría que todos los venezolanos se sintieran felices en su país, pero las condiciones no están para eso, razón por la que han salido millones de ellos. Lo que tenemos que hacer es administrar los flujos de manera efectiva, entender la política migratoria de Estados Unidos, que debe ser clara, mantenerla de manera robusta y nosotros adaptarnos.