Enclaves y Desigualdades: los escabrosos imaginarios de la gestión pública

Actualizado
  • 06/01/2019 01:00
Creado
  • 06/01/2019 01:00
La acelerada transición demográfica, la gradual concentración urbana de la población; la diversidad de las desigualdades en su conjunto definen un escenario propicio para el desarrollo de una serie de estrategias

1. DESARROLLO.

A lo largo de la historia del país, las políticas públicas y sus formas de articulación en una estrategia de desarrollo han sido reducidas a una secuencia de actividades parciales y poco relacionadas con la calidad de vida de los ciudadanos. Este hecho no es casual. Tiene un punto de partida claro y preciso: la inversión de la dinámica de lo público. Las políticas públicas son el resultado del imaginario de lo público que tienen, o no, quienes aspiran el Estado.

Actualmente existen condiciones políticas, sociales e institucionales para redefinir y adecuar una serie de intervenciones que permiten vincular fácil y ágilmente las políticas públicas con las perspectivas ciudadanas. La larga transición democrática, la acelerada transición demográfica, la gradual concentración urbana de la población, la diversidad de las desigualdades, en su conjunto, definen un escenario propicio para el desarrollo de una serie de estrategias sectoriales con mirada 360°.

Hasta el momento se reconocen en lo público dos estrategias con sus hojas de ruta y tableros de mando: pobreza y competitividad. Sin embargo, no están claramente definidas las tendencias en las cuales esas estrategias pueden modificar las condiciones que la economía de enclave gestó, desarrollo y consolidó a lo largo del Siglo XX. Por ahora veamos sólo dos dimensiones del escenario emergente.

2. DESRURALIZACIÓN.

La distribución territorial de la población en el país cambió. La prestación de servicios de calidad, la productividad del trabajo y los salarios inciden en ese proceso en tanto provoca la concentración de la población y, al mismo tiempo, localiza la pobreza en las áreas rurales. Este hecho condiciona la forma como se focalizan las políticas públicas y se distribuye la inversión pública tanto en el ámbito nacional como local.

El desarrollo reciente del país acrecentó la concentración de la población en las áreas urbanas. El 71.3% de la población del país reside en áreas urbanas. Las provincias de Panamá (94.6%), Panamá Oeste (84.3%), Herrera (60.5%), Colón (72.1%) y Chiriquí (57.9%), son predominantemente urbanas. Es decir, en esas provincias más de seis de cada diez personas residen concentrados en lugares poblados urbanos. Por su parte el 28.7% de la población reside en las áreas rurales. En el caso de las provincias de Darién (88.5%), Veraguas (62.7%), Coclé (60.4%), Los Santos (59.6%), Bocas del Toro (55%) la población es predominantemente rural. Es decir, en esas Provincias más de seis de cada diez personas residen dispersos en lugares poblados rurales. Por su parte, el 100% de la población de las Comarcas reside en áreas rurales.

En las áreas rurales el esfuerzo para cerras las brechas y proporcionar servicios de calidad a la población son mayores en todo sentido. Por ello, aunque los niveles de acceso a los servicios básicos han mejorado de manera significativa en los últimos años, todavía persisten brechas y desigualdad en el acceso y la cobertura. Es decir, el acceso a los servicios básicos no es universal, debido principalmente a las diferentes características geográficas y territoriales que existen en el país.

3. DESIGUALDAD.

Una comparación entre los diez distritos con mayor pobreza y desigualdad con los diez con menos pobreza y desigualdad muestra grandes diferencias en educación, salud, educación, brechas de pobreza y promedio de ingresos per cápita.

MISIÓN Y VISIÓN DE FLACSO

La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) es un organismo regional, instituido por la UNESCO para impulsar y satisfacer necesidades en el conocimiento de las Ciencias Sociales.

El Programa FLACSO-Panamá busca dotar a la población de análisis sobre los principales problemas que la aquejan, y contribuir con las estrategias de programas de solución.

El distrito de Panamá, con una mejor cobertura en salud, entre los menos pobres, tiene tres veces más cobertura en salud que el distrito de Kankintú, entre los más pobres. Asimismo, el distrito de Panamá, con mejor cobertura en educación tiene ocho veces más cobertura que el distrito de Nole Duima, que tiene menor cobertura educativa, entre los distritos con mayor pobreza. Esto sin analizar la calidad y eficiencia de los servicios prestados.

En el caso de la prevalencia de la baja talla, los distritos con mayores niveles de pobreza tienen entre el 26.7% y el 60% de su población por debajo de la talla para la edad. Lo que muestra la dinámica de las desigualdades en alimentación y atención en salud. En los distritos con menores niveles de pobreza, sólo entre el 8.6% y 2.0% de su población tiene una talla por debajo de la edad. Es decir, en los distritos con menores niveles de pobreza, una de cada diez personas tiene baja talla, mientras que en los distritos con mayores niveles de pobreza, cinco de cada diez personas tienen baja talla.

Con relación a la brecha, en los distritos con mayores niveles de pobreza, los pobres tienen hasta 25 veces menos ingresos que los no pobres. Mientras que en los distritos con menores niveles de pobreza, los pobres tienen hasta 1.1 veces menos ingresos que las personas no pobres. Pero también las desigualdades se expresan en el ingreso promedio per cápita. Los distritos con menores niveles de pobreza tienen en promedio hasta seis veces más ingresos per cápita que los distritos con mayores niveles de pobreza. Es decir, la calidad y productividad de las actividades en las áreas rurales indígenas es baja.

4. DERROTEROS.

Entre las décadas del noventa y dos mil, el 58.4% de la reducción de la pobreza se produce como resultado del crecimiento económico. Sólo el 41.6% de la reducción de la pobreza se logra mediante las políticas públicas de redistribución de la renta. Sin embargo, el crecimiento de la economía tuvo un impacto mayor en la reducción de la pobreza en la década del noventa (78.7%), mientras que las políticas de redistribución de la renta tuvieron un impacto mayor en la década del dos mil (61.5%).

Pero aún y con la reducción de la pobreza, persisten las desigualdades que interactúan con el crecimiento económico, la inserción laboral, la escolaridad de la población económicamente activa, las políticas de protección social, la calidad de los puestos de trabajo, la productividad del trabajo, la profundidad, severidad y dispersión de la pobreza, además de la migración interna, resultado de la políticas públicas de enclave y sus promesas de calidad de vida. He allí derroteros que marcaran la agenda del quinquenio.

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