Elecciones en la UP, con matices políticos que no aportan a lo académico

Actualizado
  • 06/07/2021 00:00
Creado
  • 06/07/2021 00:00
La campaña para reelegir a las autoridades debe estar enfocada en proyecto académicos y no en discusiones de tipo político
Eduardo Flores, reelecto para el periodo 2021-2026

La reciente campaña para escoger a las autoridades de la Universidad de Panamá estuvo marcada por la politiquería, en lugar de convertirse en un escenario para discutir la institucionalidad y los problemas académicos. “A mí me pareció que la campaña tenía tácticas de carácter político”, expresó Rafael Ruiloba, catedrático universitario, investigador y escritor.

Recalcó que la campaña debió ser un proyecto académico que permitiera conocer la cantidad de investigaciones realizadas en la casa de estudios, la formación de los docentes y el estatus administrativo, entre muchos otros temas.

Pero el centro de la campaña fue la discusión sobre la reelección de las autoridades de la universidad, que no está fuera de la norma, explicó Ruiloba.

Eduardo Flores, actual rector de la primera casa de estudios, reelecto el 30 de junio pasado para el periodo 2021-2026 con el voto ponderado de los catedráticos, administrativos y estudiantes, había sido un crítico de la reelección de su antecesor Gustavo García de Paredes.

“La reelección es la semilla de muchos males de la universidad”, dijo alguna vez el rector. No obstante, recurrió a ella porque la mayoría de los universitarios cree que es conveniente para la institución que él siga dirigiendo por cinco años más.

Rufino Fernández, presidente del organismo electoral universitario, que es responsable de organizar, ejecutar y fiscalizar las elecciones, detalló que la reelección es ilimitada, según la Ley 64, del 15 de octubre de 2010, para todas las autoridades. Aunque el Consejo General Universitario reglamentó que la reelección sea por un solo periodo, lo que prevalece es la ley, que solo puede ser cambiada por la Asamblea Nacional de Panamá.

Con esa ambigüedad, la reelección universitaria quedaría a discreción del funcionario. “El que quiere candidatizarse puede hacerlo”, añadió Fernández.

“Esta ley hay que cambiarla para que se creen vicerrectorías y se limite la reelección universitaria a un solo periodo para que se ponga mayor énfasis en la dinámica académica. Incluso puede ampliarse el periodo”, recomendó Ruiloba.

Flores expresó no estar de acuerdo con la reelección perpetua. Intentó cambiar la ley para impedir la reelección por más de un periodo, pero su iniciativa no prosperó.

El actual rector obtuvo el 41% (del 60%) de votos de los profesores, el 17,7% (del 30%) de los estudiantes y el 5,7% (del 10%) de los administrativos para alcanzar el 64,5%. El 95% de los profesores, el 93% de los administrativos y el 28% de los estudiantes emitieron su voto.

Para escoger a las autoridades universitarias se usa el voto ponderado, es decir, que el ganador debe tener el mayor porcentaje de votos de los docentes, administrativos y estudiantes, y no voto a voto. Flores ganó en las tres instancias, lo que le ofrece legitimidad al triunfo, opinó Ruiloba.

Fernández aplaude el mecanismo para elegir a las autoridades. “Creo que funciona bien, no hallo fallas, habría que hacer algunos pequeños ajustes en el manejo de base de datos”, reconoció.

El sistema de elección, sin embargo, ha sido criticado por docentes, administrativos y estudiantes por acentuar la división, la politiquería y el descontento. Y urgen a crear una nueva ley que permita escoger a las autoridades por su trayectoria y competencia, para despolitizar la primera y máxima casa de estudios superiores del país.

En las pasadas elecciones se eligieron cerca de 25 decanos y vicedecanos de la sede y de las regionales de diferentes facultades de la casa de estudios. También se eligió al rector, máxima figura administrativa de la universidad.

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