DIJ: La relación del hurto pecuario con la estructura criminal del Este

Actualizado
  • 17/01/2022 00:00
Creado
  • 17/01/2022 00:00
Estudios de inteligencia preparados por la Policía Nacional, el Senafront y el Senan advierten de que fincas privadas dedicadas a la ganadería y agricultura son usadas como escondite de organizaciones criminales
Organizaciones criminales adquieren fincas agrícolas para ocultar actividades ilícitas.
Las fincas son usadas como caletas o escondite de los cargamentos de droga. (Imagen ilustrativa)

Los hallazgos encontrados por los estamentos de seguridad mientras realizaban los trabajos de campo para determinar las rutas del narcotráfico, muestran un punto de coincidencia, la existencia de fincas apartadas que son usadas como caletas o escondites de los cargamentos de droga que provienen de Colombia en lanchas rápidas.

La información es obtenida por estudios de inteligencia preparados por la Policía Nacional, el Servicio Nacional de Frontera (Senafront) y el Servicio Nacional Aeronaval (Senan) y que fueron transcritos en el informe de la Dirección de Investigación Judicial (DIJ) que revela cómo el narcotráfico se ha enquistado en la región este de la provincia de Panamá (corregimientos de Pacora, 24 de Diciembre y San Martin, así como el distrito de Chepo y la provincia de Darién).

El informe fue preparado por la DIJ para la Fiscalía Superior contra la Delincuencia Organizada, ante el acelerado incremento de hechos delictivos de altos impacto (decomisos de droga, homicidios, robos y secuestro) en el sector este de esta región del país, que dieron origen a la ejecución de la operación Damasco que logró desmantelar la mayor organización pandillera en esa área autodenominada con los nombres de HP, Clan Agua o Manzana Cero.

Según el Senafront, la organización objeto del estudio tiene entre sus integrantes “a colaboradores con pleno conocimiento y dominio sobre toda el área costera del Pacífico de la provincia de Darién, distrito de Chepo y Panamá este”.

El Senafront logró identificar a los colaboradores encargados del dominio de estos territorios en donde operan fincas privadas dedicadas a la ganadería y la agricultura. “Sobre la identificación y soporte logístico, se pudo conocer que dicha organización contrata a colaboradores, como alertas tempranas, lancheros y cuidadores de caletas, ya que en su mayoría son residentes en estos sectores y conocen todo el terreno”, agrega el estudio.

El documento de Senafront identifica sectores como San José, Zahina y Mamoní Arriba, en el distrito de Chepo, controlados por alias El Científico y alias Chichi, este último hermano de Robert, líderes de la organización, como los colaboradores del grupo que tiene el control de pandilleros para darle el traslado y custodia de la droga que proviene de comunidades costeras del Caribe y el Pacífico.

Mientras que por parte de la Policía Nacional, a través de la Dirección Nacional de Inteligencia Policial (DNIP), en un trabajo de campo a estos sectores, que se complementó con interceptaciones telefónicas, determinaron cómo los líderes de esta organización conocidos con los apodos de alias Robert y alias Frankilito adquirieron fincas muy costosas que han logrado controlar a través de acercamientos con personas que han sufrido hurtos de sus reses.

Según destaca el informe, el Ministerio Público adelantó una investigaciones por el delito contra el patrimonio económico, en su modalidad de hurto pecuario, donde se vinculó a unos siete sujetos, todos relacionados con el nivel operativo del grupo pandillero HP, dirigido por alias Robert y Frankilito.

La investigación se originó tras una denuncia presentada el 30 de marzo de 2019 por una serie de hurtos pecuarios en sectores de Carriazo, Loma Bonita, Río Indio, La Chapa, entre otros.

El informe de inteligencia de la DIJ muestras que en una oportunidad el mismo Robert le indicó a una fuente de colaboración de los estamentos de seguridad que deseaba que le consiguiera una finca. “Están comprando muchas fincas”, fue el dato que la fuente le comunicó a los estamentos de seguridad, que originaron un plan de búsqueda de información que arrojó los lugares deseados, el monto y la extensión de estos terrenos.

Se trataba de fincas “no muy grandes”, como dijo Robert en interceptaciones telefónicas, entre 20 a 25 hectáreas y que estén un poco apartadas, porque desea preferiblemente que sean en el área de Cañita distrito de Chepo y que no tenga muchas casas cerca, aparentemente eran para regalárselas a un tío, para la cría de cerdos.

Fincas que adquirían a costos cercanos al medio millón de dólares y ofrecían entre 15 mil y 17 mil dólares de comisiones a los moradores que servían de intermediarios.

El trabajo de inteligencia del Senan confirmó que la base de la estructura de esta organización objeto del estudio se sostiene con la adquisición de estas fincas en zonas apartadas, porque permite el acceso a tierra firma de la droga que proviene de sectores apartados de Gonzalo Vásquez, Brujas, San Buena Ventura y Chimán, de donde desembarca la droga transportada desde Colombia por medio de lanchas rápidas.

Según el estudio del Senan, son fincas ubicadas en poblados de Tortí y Unión Santeña, los cuales poseen carretera. La gran mayoría de los terrenos poseen títulos de propiedad empeñados a la agricultura, ganadería, entre otros, condición privada que garantiza la seguridad por terceros de las rutas y accesos terrestres. Por lo que ante la necesidad del control de las rutas del narcotráfico implicaría evidentemente un aumento significativo de casos relacionados con la expropiación de muchos de estos terrenos o la oferta hacía propietarios de estos bienes inmuebles. Esto es con el fin de ser utilizados por estas organizaciones criminales, ya sea para esconder los estupefacientes o como fachada para ocultar las actividades ilegales al presentarse como ganaderos o agricultores.

Pero las constantes incautaciones realizadas por las fuerzas de orden afectan directamente las finanzas de las organizaciones criminales establecidas en sectores de Panamá este que se asocian a los eventos de impacto registrados en dicha zona. Se estima que continúen aumentando estos hechos delictivos de alto impacto, mientras sus estructuras sigan siendo afectadas producto de los golpes de las fuerzas de seguridad.

El notable flujo de casos judicializados producto de incautaciones llevadas a cabo por las fuerzas del orden ha permitido la identificación del modus operandi de esta estructura criminal.

Las fuentes de colaboración utilizadas por los estamentos de seguridad aducen que los miembros de esta organización tienen tareas muy bien definidas para estructurar el andamiaje logístico que les permita enviar grandes cantidades de droga a varios países de Centroamérica, México y Estados Unidos.

Se estima que está organización, en colaboración con organizaciones criminales de Colombia, son responsable del envío anual de 36 toneladas de estupefacientes a Estados Unidos.

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