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- 04/04/2009 02:00
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CHIRIQUÍ. Moradores del corregimiento de Juay en el Distrito de San Félix, están alarmados ante el incremento de los cuadros de vómito y diarrea que se han presentado en las últimas semanas, por lo que temen se desate una epidemia.
Isabel Cáceres, manifestó que esta situación se debe a la mala calidad de agua que se extrae de uno de los acueductos rurales que funciona con luz eléctrica, ya que el tanque nunca es limpiado, mientras que el otro acueducto que funciona por gravedad está dañado.
Esto ha traido como consecuencia que el agua mantenga un estado insalubre, afectando principalmente a la población infantil del área.
“Mi nieta ha tenido vómitos y diarreas frecuentes, y sabemos que es por el agua, al igual que ella muchos niños estan así”, expresó la señora Maribel Cáceres.
Lo más lamentable es que en el lugar existe un puesto de salud, y el médico encargado sólo atiende los martes de ocho a diez de la mañana, además la gente denunció, que en el lugar nunca hay medicamentos.
A raíz de esto, la mayoría viaja al Hospital de San Félix, mientras que otros a falta de dinero utilizan algunas hierbas para calmar el malestar.
Con el paso del tiempo para los residentes de esta comunidad, obtener agua de las plumas en sus casas, es un sueño muy anhelado.
Y es que hay días que el agua no llega, y cuando viene salen algunas cuantos litros por lo que no pueden recolectar toda el agua que necesitan.
La población se mantiene en un estado de vigilancia permanente porque el agua no se obtiene a la misma hora.
La señora Isabel Cáceres narró que tienen que realizar un largo recorrido hasta la comunidad de Mangote, que es donde se ubica este acueducto, gran cantidad de niños, jóvenes y adultos se trasladan con sus tanques y hacen enormes filas, para llevar aunque sea un poco de agua a sus hogares.
Es por ello, que cansados de cargar estos pesados tanques, los hombres de la región han elaborado una especie de pequeña carretilla, para arrastrar los tanques, pero ahora, ni las llantas quieren rodar, porque se encuentran desgastadas por el ir y venir, así que se necesita más de una persona para trasladar la carretilla a cada hogar.
La población se siente burlada ya que el pasado 20 de febrero funcionarios del MINSA se comprometieron a brindarles una respuesta, sin embargo el tiempo pasa y las enfermedades se acentúan.
Desafortunadamente tanto ríos como quebradas que antes eran utilizadas para lavar y fregar, están totalmente sucios.
Lo peor aún, es que está temporada seca ha sido muy difícil, por lo que no todos los días llega agua a está humilde región habitada por más de 600 personas.
Hercilia Camaño, tesorera del Comité de Agua dijo que las autoridades han tomado el problema muy a la ligera.
Según esta mujer, en junio del año pasado se construyó un acueducto por gravedad a un monto de 136 mil dólares, precisamente para solucionar el problema que tenía el otro, pero más que beneficios lo que ocasionó fue perjuicios, porque cuando comenzó a funcionar lo que salía era agua con una contextura verduzca y a veces hasta salían camaroncitos, indicó.